Una artista diseña cubrebocas para recaudar fondos para un santuario de animales
La sensibilidad y el amor por la naturaleza, siempre estuvieron presentes en la vida de Marianna. De manera temprana y desbordante. Y un motor de expresión, casi lógico si le damos entidad a esas divinidades griegas llamadas musas, fue el arte. Euterpe, la inspiración de la música, fue la primera que la conquistó siendo aún muy joven y que incluso dejó huella en su seudónimo. “Mi nombre artístico es Marianna DD King. Soy de la ciudad de La Plata. Cuando era chica tenía una amiga inglesa que por carta siempre escribía mal mi nombre, y adopté su error. Por otro lado, DD King surge del seudónimo Dee Dee King el bajista de los Ramones, una de mis bandas favoritas”, nos cuenta la hoy experimentada artista y tatuadora que tiene por clientes a personajes famosos como Araceli Gonzalez, Fabián Paz, Micaela Tinelli, Migue Granados, Candela Ruggeri, Delfina Pignatiello, entre otros.
Los diseños que hasta antes del aislamiento social Marianna plasmaba en esos lienzos vivos que son las pieles, decidió volcarlos con la misma inspirada dedicación en telas que adoptaron la forma de los que, con el devenir del tiempo, pasarán a ser verdaderos íconos de un período de la humanidad, de una pandemia que hoy nos toca protagonizar: los barbijos. Claro que estos tapabocas tienen el extra de la solidaridad por una entidad que se ocupa de animales que han estado en situación de explotación y maltrato.
“Quería buscar una forma de ayudar a aquellos que también atraviesan necesidades en esta cuarentena – subraya la artista – y a veces quedan en un segundo plano, los animales. El refugio El Paraíso de los Animales es una fundación sin fines de lucro en General Rodríguez, con más de 30 años de existencia, que se encarga del cuidado y protección de casi 900 ejemplares de diversas especies, rescatados de situaciones de maltrato y explotación». «Fue el primer refugio interespecies en Argentina y hace años trabajan para crear un hospital veterinario para los animales del refugio y de los alrededores», explica. «El santuario afronta sus gastos cotidianos y generales exclusivamente con las donaciones, apadrinamientos y ventas de productos de su tienda online. Pensé en recaudar fondos a través de la venta de un producto que hoy en día es de primera necesidad como son los tapabocas, y que a la vez sea reutilizable». Para ello, preparó un diseño para estampar, se realizó la producción y se donaron 200 barbijos al santuario para que puedan venderlos en su página online. El 100% de la ganancia es para ellos. El amor por los seres vivos y por el ecosistema en general, y su acción solidaria por ellos, no es algo nuevo para Marianna y limitado al desempeño de su oficio. A propósito, nos cuenta: “No como carne hace 24 años, me hice vegetariana a los 13. Siempre seguí la acción de diversos grupos ecologistas, me informe sobre las cuestiones ambientales y sigo muchos trabajos de diversas organizaciones y santuarios». «Colaboro como diseñadora gráfica en la Sea Shepherd Argentina», explica. «Hace cuatro años pase al veganismo y con esta nueva norma las preguntas se dispararon en otras direcciones, no consumo comida de origen animal, ¿pero mi ropa de qué materiales está hecha?, ¿y mis cosméticos? Y así llego al lugar inevitable: mi profesión. Como vegana me importa ofrecer una opción alternativa en el tatuaje, una opción cruelty free y sin productos de origen animal, los pigmentos que utilizo, tanto de color o negro, el material con el que se hace el stencil, el producto con el que se pega, son veganos”.
Durante la elaboración de los tattoo, en la fase de lubricación por ejemplo, no utiliza vaselina, un producto que deriva del petróleo. Decidió cambiarla por una crema que emplea componentes 100% naturales, orgánicos y veganos, la tattoo butter. “Informo a mis clientes que existen estas opciones, creo un espacio de trabajo sin elementos perjudiciales y ayudo a encontrar productos alternativos, porque el tatuaje no termina con el acto de hacerlo, el cuidado posterior también puede hacerse con jabones y cremas cruelty free y veganas. A la vez, más allá de lo que ingresa al cuerpo, es muy importante tener en cuenta los desperdicios que se generan». «El tatuaje es una industria que usa mucho plástico y materiales de un solo uso, como guantes, afeitadoras, film plástico, los receptáculos de las tintas. Se está desarrollando en la industria una conciencia de los desperdicios y de cambiar a materiales compostables y eco friendly para el tatuaje, más allá de que nuestros residuos tienen un tratamiento especial por ser clasificados como patógenos”, indica. Los productos compostables se diferencian de los biodegradables en que los primeros no solo se degradan, sino que además se convierten en compost o abono.
Una de las primeras tatuadoras de la Argentina Marianna DD King comenzó a tatuar profesionalmente en el 2009 en la ciudad de La Plata. Hace seis años que trabaja tanto en la capital bonaerense como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, alternando viajes a convenciones nacionales e internacionales. Cuando no es receptora de invitaciones de locales especializados y otras importantes figuras del ambiente, que quieren contar con su concepto sobre el tatoo y talento. “Tengo una formación en tatuaje tradicional americano, no obstante, a lo largo de los años, me fui inclinando más a los tatuajes de línea fina, acromáticos, de gráficas botánicas, ornamentales y de personajes como sirenas y animales. Me gustan las temáticas románticas y delicadas que decoran el cuerpo y que se integran de forma orgánica», explica.
La artista destaca que en la actualidad existe «más libertad a la hora de diseñar un tatuaje, menos reglas», aunque cree que «hay que conocer los fundamentos para luego romperlos». «En mi caso, me gusta como la línea fina cura y se mantiene a lo largo de los años, siento que acompaña al cuerpo de una forma más orgánica y permite piezas más pequeñas y complejas que, junto al avance tecnológico en el campo de las máquinas, agujas y pigmentos, pueden lograrse piezas de una complejidad que eran inimaginables hace tan solo unos pocos años. Hago muchos trabajos también en puntillismo y en grises”, explica DD sobre el devenir de su estilo artístico. Y hablando de diseños, le preguntamos puntualmente sobre el que ha sido impreso en el barbijo del Santuario El Paraíso de los Animales: “El tapaboca debía tener un nombre, los diferentes modelos en venta en la página del santuario hacen alusiones a los animales que ellos cuidan allí, así que me pareció adecuado llamarlo Botánica, pensando en el entorno que nos alberga a todos, tanto animales humanos como no humanos. Hice varios modelos hasta llegar a este, comencé por una estética más literal con plantas y animales, pero preferí dirigirme más a una gráfica abstracta, ornamental. El diseño final es uno y responde más a la gráfica que estuve estudiando y desarrollando durante la cuarentena. Viene en dos opciones de color, rosa y azul, con combinaciones en negro, blanco, dorado e índigo”.
Con respecto al impacto de la cuarentena, en lo personal y en general, en el desempeño profesional, nos dice que “la cuarentena nos hizo replantearnos muchas cosas de nuestro ritmo cotidiano. Yo trabajo en La Plata y en Capital y me dio la oportunidad de detenerme, descansar y pensar a conciencia sobre cambios que me gustaría hacer en mi estética y en mi práctica. Estuve estudiando más sobre gráficas ornamentales y sus fundamentos en los tatuajes tribales tradicionales». Dedicó ese tiempo para preparar «nuevos diseños y piezas de propuestas a mayor escala, que requieren de más tiempo de estudio». «Aún no comencé a tatuar, y estoy esperando unas semanas más a que la circulación por la vía pública vuelva un poco más a la normalidad para asegurar algo más fluido para mis clientes y para mi. Es la primera vez en todos los años que tatúo, que llevo tanto tiempo sin hacerlo”, explica. Agosto, tiempo de cambios de fase en la apertura de la cuarentena (siempre y cuando no se produzcan disparadas brutales en los índices de contagio, por incumplimiento de las consignas de salud preventivas), es esperanzador para tantos oficios. Y los artistas del tatuaje no están fuera de esa realidad, “tanto el estudio donde trabajo en La Plata como en Palermo pueden retomar sus actividades en agosto. Ya estamos autorizados por el gobierno en nuestro rubro con nuevo protocolo de seguridad”, informa con optimismo la artista solidaria. Barbijos bien especiales por combinar lo mejor de los seres humanos, la expresión del arte y la solidaridad con perspectiva universal y ecologista. Una forma de encarar el futuro como una verdadera y esperanzadora «nueva normalidad».