«No hubo ni malos ni buenos en la caída de Tenochtitlan»

La caída de Tenochtitlan se dio el 13 de agosto de 1521, cuando las huestes españolas y sus aliados lograron capturar a Cuauhtémoc, el último tlatoani mexica. Casi 500 años después hay algunas corrientes de pensamiento que señalan a los tlaxcaltecas, aliados de los conquistadores, y a La Malinche, como traidores; sin embargo, especialistas invitan a no analizar la historia como sucesos en los que participaron “malos y buenos”.

Los arqueólogos Arturo Montero y Eduardo Matos Moctezuma analizan los factores que incidieron para la caída de Tenochtitlan y sostienen que la conmemoración de esa efeméride puede servir para reflexionar sobre la situación actual y para matizar algunos sucesos.

La caída de Tenochtitlan no fue un suceso aislado, fue parte de un proceso que se consumó cuando fue capturado Cuauhtémoc en 1521; sin embargo, antes se dieron otros hechos, como la Batalla de Centla (marzo de 1519), la Matanza de Cholula (octubre de 1519), la Matanza de TóxcatL (mayo de 1520), la Noche Triste (junio de 1520) y la Batalla de Otumba (julio de 1520), ésta última fue la única ocasión en la que el ejército español fue doblegado por los mexicas.

¿Pero, qué provocó la caída de Tenochtitlan? El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, integrante de El Colegio Nacional, explica que hubo diferentes factores que incidieron y que cuatro fueron los principales, aunque indica que no sólo cayó el imperio mexica, también Tlatelolco.

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Un muro conmemorativo en Tlatelolco recuerda “el doloroso nacimiento del México de hoy”. Foto: BERENICE FREGOSO. EL UNIVERSAL
 

Pese a que eran ciudades vecinas, Tenochtitlan y Tlatelolco eran enemigas, pero se unieron en contra de los españoles porque los mexicas conquistaron a los tlatelolcas.

En ambas ciudades, dice Matos Moctezuma, incidieron los cuatro factores: los psicológicos, el económico-político, porque Tenochtitlan imponía a los otros pueblos un tributo y eso “los obligó a que se levantaran y que apoyaran a Hernán Cortés”; el factor del armamento y el de salud, porque en las dos ciudades hubo una propagación considerable de la viruela.

“Pero hay otro factor que es el del lenguaje. A través de La Malinche y de Jerónimo de Aguilar, Cortés se iba enterando de determinados aspectos que le permitían tomar medidas antes de que sucedieran los acontecimientos. El lenguaje fue una forma interesante de apoyo para Cortés”, señala Matos Moctezuma.

Fuente: https://www.eluniversal.com.mx/cultura/no-hubo-ni-malos-ni-buenos-en-la-caida-de-tenochtitlan