Histórico hotel en Córdoba que esconde recuerdos nazis
Según relatos de un antiguo conserje, Jaime Echeverría, que vivió la época dorada entre 1937 y 1945 del Edén, en La Falda, Córdoba, los antiguos dueños del hotel, Walter Eichhorn y su esposa Ida, eran amigos personales de Adolf Hitler: Habían puesto una foto ampliada, enmarcada en el lobby, donde los Eichhorn se veían junto al Führer tomando el té.
Además de la fotografía tomadas durante una visita del matrimonio a Berlín, abundan testimonios y correspondencia que dan cuenta delvínculo estrecho de los hermanos Walter y Bruno Eichhorn con el Fhürer, quienes lo apoyaron económicamente en su ascenso al poder.
Declarado Monumento Histórico Municipal y de Interés Provincial, sin dudas el legendario Hotel Edén (aunque aparece sin tilde en los documentos originales), en La Falda, encierra un pasado sombrío que se extiende entre principios de la Primera Guerra y hasta finales de la Segunda Guerra Mundial
Los orígenes
Sin embargo, los inicios del hotel se remontan todavía más atrás, cuando a finales del siglo XIX, un oficial del ejército alemán llamado Roberto Bahlcke recorría a caballo las Sierras Chicas en el Valle de Punilla y seducido por los paisajes serranos y las bondades del clima, compró 900 hectáreas de la antigua Estancia La Falda de la Higuera, que había pertenecido a Juan Bialet Massé.
Ese fue el terreno donde finalmente se levantaría el hotel, construido a todo lujo y confort con materiales importados de Europa. Así, a finales de 1897 el Edén abrías su puerta a la primera temporada turística. Contaba con cien dormitorios, treinta baños y un salón comedor para 250 personas; un salón de fiestas, un salón para lectura y escritura, un jardín de invierno, un salón bar, una sala de billares y juegos de salón; una cámara oscura para fotografías, sótano y bodegas; dieciséis piezas para servicios, agencia bancaria una vez a la semana, cancha de golf de dieciséis hoyos, canchas de tenis, croquet, bochas y tiro al blanco; pileta de natación, caja de caudales, cocheras con dependencias para los choferes, usina eléctrica, cámara frigorífica, lavadero y solárium; huertos, chacinería, caballerizas y hasta un taller mecánico.
Una vez inaugurado, pronto comenzaron a llegar las primeras familias de la alta sociedad. La mayoría llegaban desde Buenos Aires a pasar largas temporadas estivales, pero también venían de Europa, sobre todo Alemania, con sus choferes, criados y niñeras.
Basta decir que entre sus visitantes pasaron ilustres como Rubén Darío, Arturo Toscanini; el físico Albert Einstein y hasta el Che Guevara cuando era niño. También se hospedaron el Duque de Saboya y el príncipe de Gales, así como los presidentes argentinos Julio Argentino Roca y José Figueroa Alcorta.
Hay que aclarar que el Edén ya no funciona como alojamiento ni hospedaje, sino que es un complejo recreativo, histórico y cultural, sujeto a visitas diurnas y nocturnas; cuenta con una sala teatral, salón de exposiciones y eventos.
Hay que aclarar que el Eden ya no funciona como alojamiento ni hospedaje, sino que es un complejo recreativo, histórico y cultural, sujeto a visitas diurnas y nocturnas; cuenta con una sala teatral, salón de exposiciones y eventos.
La Falda, una ciudadela nazi en medio de la guerra
Poco después de su inauguración, hacia 1905 los accionistas deciden por unanimidad la disolución y liquidación de la sociedad. El hotel pasa a manos de una de sus accionistas, María Herbert de Kraeutner, que se convierte en la única dueña de la Estancia La Falda y Edén Hotel y un año después, finalmente lo vende a los hermanos Eichhorn, que para afrontar la deuda deciden lotear la estancia.
Justamente, el loteo y venta del terreno, posterior a la llegada del ferrocarril en 1892, marcaría el surgimiento del pueblo y posterior ciudad de La Falda.
Los Eichhorn alternaban estadías entre su Alemania natal y La Falda. Fue justamente a mediados de la década de 1920, cuando Walter Eichhorn y su esposa viajaron a Alemania, y conocieron personalmente a Adolfo Hitler. Por esa misma época adhirieron al Movimiento Nacional Socialista Alemán y comenzaron a contribuir económicamente en la causa que llevaría al Führer al poder. Cuenta la leyenda, que cada avance del dictador alemán se celebraba con una fiesta, y cuando llegaban los invitados, ensayaban el saludo fascista extendiendo su brazo derecho hacia lo alto.
«De ahí que se hable de la supuesta presencia también de Hitler en el hotel, antes o después de la Segunda Guerra; incluso algunas versiones dicen que hasta pudo haber muerto acá en Argentina. Sin embargo, del hotel no hay ningún documento que avale esa teoría. Sí hay una foto suya con los Eichhorn, tomada en Berlín en 1935, durante una visita que habían hecho a Alemania, cuando fueron recibidos y condecorados por Hitler, pero no hay una foto de Adolf acá en el hotel», advierte el guía del lugar Ariel Mansani, con tonada cordobesa.
Con el fin de la Segunda Guerra, se inicia también una nueva etapa en el Eden, ya que después de 35 años al frente de su empresa, los hermanos Eichhorn decidieron venderlo. Posteriormente, en 1953 el edificio fue a remate, y luego de pasar por distintas firmas, en 1965 cerró definitivamente.
«Las puertas del hotel cerraron como hospedaje en 1965. En el 70 se estuvo por hacer un casino, que por cuestiones políticas no llegó a funcionar, y entre 1971 y 1996 comenzó una etapa de 25 años de saqueos y destrozos continuos. También pasaron los bomberos voluntarios, que tuvieron una breve concesión del lugar, y a partir de 2000 el municipio se hizo cargo del inmueble», sigue el guía. Así, recién en 1988 se lo declara Monumento Histórico Municipal y un año más tarde de Interés Provincial. No obstante, luego de sucesivas usurpaciones, la deuda de impuestos municipales lo llevó nuevamente a remate.
Regreso y recuperación
Finalmente, en 2006, se hace cargo del inmueble Emprendimientos Edén S.A, una iniciativa privada local que licitó el edificio y comenzó a trabajar en su recuperación.
«En 1998 el Municipio se hizo cargo de las deudas y se quedó con el edificio. Pero como no dieron con los créditos suficientes para comenzar con la recuperación, llamaron a licitación y se presentó esta empresa de Leandro Rossi que sigue hasta hoy, a la que también se sumó Fundación Cultural. Ellos se hicieron cargo en noviembre de 2006. Cuando vinieorn acá estaba destruido, se habían robado absolutamente todo: vajilla, mantelería, cuadros, hasta el piano de cola. Lo que no se pudieron llevar lo rompieron, era un desastre», cuenta, por su parte, Gabriela Sánchez, actual encargada del hotel, que desde el 17 de marzo permanece cerrado por la cuarentena.
«Lo primero que se comenzó a restaurar fueron los techos, porque llovía más adentro que afuera. Después se arreglaron los pisos, hubo que sacar mugre y escombros, fue muy duro arrancar con todo esto. Hoy hay bastante cosas recuperadas, igualmente todavía falta un rato, porque son un total de 11 mil metros cubiertos. La idea es que en estos 30 años de concesión que tiene la empresa se termine de recuperar todo», sigue Sánchez.
Actualmente la planta baja ya está recuperada casi completamente, así como los salones y las galerías. También se recuperó la bodega original, donde funciona una cava donde se venden vino y fiambres, se abrió un shop de artesanías, volvieron a funcionar las canchas de tenis y abrieron una posada lindera para alojarse.
También se han recuperado la suite presidencial y algunos cuartos sobre la fachada, y esperan seguir con otras habitaciones temáticas, ambientadas acorde a los cánones y costumbres de su época dorada.
«Desde el inicio de la cuarentena el hotel se mantiene funcionando con el personal mínimo, cerrado para las visitas guiadas, aunque ya abrió el sector de las canchas de tenis y la Universidad Siglo XXI, que ya funciona en un sector del edificio. Mientras tanto estamos pintando y seguimos trabajando en su mantenimiento y puesta en valor. Esperemos poder abrir antes de diciembre, ya que esta situación es insostenible», concluye Sánchez.
Hotel Eden. Av. Eden 1400, La Falda (Córdoba). En la web: edenhotellafalda.com. Informes: 03548-426 643 o 03548 504334. o por mail: edenhotellafalda@gmail.com.Por: Alejandro Rapetti
Fuente: La Nación