84 años y estrella de los videojuegos
Shirley Curry se ha convertido en una leyenda por la enorme masa de seguidores que tiene.
Shirley Curry ha acumulado miles de horas de juego desde los años 90. Lleva más tiempo jugando que los años que muchos de sus mejores competidores actuales llevan vividos.
Aun así, cuando la gente alaba sus encantadoras demostraciones del exitoso videojuego de rol The Elder Scrolls V: Skyrim, ella siente que los elogios están fuera de lugar.
“Cuando la gente dice cosas como ‘eres una leyenda’, me da pena”, dijo Curry, de 84 años. “Porque sólo soy una abuela novata. Sólo trato de ser honesta y ser yo misma. Me siento aquí en mi apartamento e invento historias. Es lo único que hago”.
Ella inicia cada día sentada frente a su computadora con la cámara encendida, lista para guiar a sus más de 900 mil suscriptores de YouTube en otro paseo por el videojuego de 2011: un calabozo qué conquistar, un pueblo qué explorar, o nuevos hechizos qué dominar. Al final de cada video, se despide de los espectadores con la misma frase: “bye-bye grandkids” (adiós, nietos).
Comenzó a interesarse por los videojuegos cuando su hijo le mostró el clásico de estrategia de 1996, Civilization II. “Jugaba muchísimo, día y noche”, dijo. “Conquistaba continente tras continente y me encantaba”.
Cuando estaba criando a sus cuatro hijos, Curry tuvo varios trabajos. Se jubiló en 1991, a los 55 años de edad. Dos décadas después, se suscribió a YouTube para ver sus canales de videojuegos favoritos y subió su primer video de Skyrim en 2015.
Ese video, en el que lucha contra una araña gigante, tuvo 2.1 millones de visitas. “Petición para que la abuela Shirley sea considerada un tesoro nacional”, dice uno de los comentarios principales.
Ahora, Curry es una figura permanente en el mundo de los gamers influencers, con cientos de miles de suscriptores en YouTube y 75 mil seguidores en Twitter.
Bethesda, el estudio que está detrás de la franquicia Elder Scrolls, ha prometido incluirla como personaje en la secuela de Skyrim. “Todos en el estudio saben quién es”, dijo Rick Vicens, un artista senior de Bethesda. “Quería hacerlo bien. Eso significaba no sólo capturar su apariencia, sino también el detalle de su piel y sus expresiones faciales”.
En un ecosistema de influencers que favorece a los jóvenes, Curry encontró espacio para una abuela. “Me esforcé mucho por responder a todos los comentarios y correos electrónicos”, dijo. “Sentía que, si se tomaron el tiempo de ver mi video y escribir algo, merecían una respuesta. Pero llegó a ser demasiado. Me la pasaba sentada todo el día respondiéndole a la gente”.
Curry dijo que gana una cantidad decente de dinero con su canal de YouTube, suficiente para viajar en el circuito de convenciones de gamers.
Esos viajes se han detenido debido a la pandemia, pero Curry dijo que sus rutinas diarias no han cambiado mucho: “Me sirvo mi café, me siento frente a la computadora, enciendo mis dos pantallas y reviso mis correos electrónicos, comentarios y Twitter”.
Es bien conocido el cansancio que experimentan los creadores de contenido en YouTube al tratar de satisfacer a sus seguidores. Curry dijo que siente algo de esa presión. “A veces me canso tanto, que me dan ganas de abandonar esto”, dijo. “Pero no puedo, simplemente no puedo”.
Solía pertenecer a un grupo de confección de edredones con gente de su edad. Sabían que ella jugaba videojuegos, pero nunca tuvo la oportunidad de discutir las complejidades de Civilization hasta que encontró YouTube.
“Hablábamos de confección de edredones y cosas así, pero no hablábamos de juegos porque no sabían nada sobre ellos”, dijo Curry. “No tenía a nadie con quien hablar de juegos”.
© 2020 The New York Times
Fuente: Clarín