Enfermedades oculares más frecuentes
Según datos del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO @Cgcoo_es), el 72% de la población reconoce tener algún problema de salud ocular. Sin embargo, la mayoría no hacemos una visita regular al especialista para valorar nuestra visión. De hecho, existe un desconocimiento general del alcance de ciertas patologías relacionadas con nuestros ojos.
En pacientes de avanzada edad, el glaucoma y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) están entre los problemas visuales más frecuentes. Por supuesto también lo es la catarata, la patología ocular con más prevalencia entre la población española.
En este sentido, Marc Biarnés, investigador del Institut de la Màcula (@Ins_Macula) y de la Barcelona Macula Foundation, asegura en el Libro blanco de la salud visual en España, editado por el CGCOO, que “el verdadero drama es que la mayoría de ellas tienen tratamiento, pero a pesar de esto mucha gente pierde visión como consecuencia de un diagnóstico tardío o de un tratamiento inadecuado. Por ello, el óptico-optometrista juega un papel fundamental en la detección o sospecha de estas enfermedades, especialmente en las asintomáticas como el glaucoma”.
En el glaucoma aparece una pérdida adquirida de fibras nerviosas del nervio óptico, debido generalmente a un nivel de presión intraocular excesivo para ese ojo en particular. El glaucoma produce una ceguera perfectamente evitable Pero como evoluciona sin dar síntomas es la primera causa de ceguera en los países más desarrollados.
En el caso de las enfermedades de la mácula, se ve afectada la visión central, del detalle, de modo que cualquier maculopatía puede tener un gran impacto en la agudeza visual del paciente y comprometer seriamente su calidad de vida. “La maculopatía más importante por su frecuencia y repercusión funcional es la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), la primera causa de ceguera en nuestro país”, asegura Biarnés, quién detalla en la publicación del CGCOO que “en ella se produce un deterioro progresivo de la mácula, que puede conducir a su desgaste (atrofia geográfica) o al crecimiento de nuevos vasos que sangran y alteran su morfología (DMAE neovascular). Para la primera no hay tratamiento, pero para la segunda, sí”.
Diagnóstico precoz
Está claro que la edad pasa factura a nuestra visión, y que, si no hay ninguna razón específica para hacerlo antes, al menos cada dos años deberíamos acudir a un especialista para que nos la revisen. Para Biarnés, que además de Óptico-Optometrista es doctor en Biomedicina, detectar precozmente una enfermedad que provoca una pérdida irreversible y que tiene tratamiento puede cambiar la calidad de vida del paciente a largo plazo: “Incluso en casos en los que no hay tratamiento y el pronóstico es malo, el orientar un diagnóstico y remitir al especialista adecuado para poder determinarlo con certeza puede ofrecer un alivio importante”.
El experto añade, como ejemplo, que “sospechar una retinosis pigmentaria en un paciente que lleva años con mala visión nocturna y pérdida del campo visual periférico sin un diagnóstico concreto y derivarlo a un especialista en enfermedades hereditarias de la retina para hacer pruebas electrofisiológicas y tests genéticos permitiría confirmar el diagnóstico. Aun reconociendo que la noticia es devastadora, esto puede aliviar al paciente en el sentido de saber a qué se va a enfrentar, permite descartar asociaciones sistémicas o recibir consejo genético, que determina el riesgo de transmitir la enfermedad a sus descendientes, facilitando así su planificación familiar”.
Fuente: https://www.65ymas.com/salud/estas-son-enfermedades-oculares-mas-frecuentes-en-personas-mayores_19921_102.html