Experiencias de las enfermeras con la prevención de caídas

Las caídas en las personas mayores son un problema importante de salud pública que, a menudo, resulta en dolor prolongado, deterioro funcional, discapacidad, ingreso prematuro en una residencia de ancianos, mayor duración de la estancia en los hospitales y mortalidad. Las caídas de personas mayores en los hospitales son comunes, con tasas que varían de 3 a 17,1 caídas por cada 1000 camas días.

Un estudio longitudinal que utilizó datos de la Base de datos nacional de indicadores de calidad de enfermería (NDNQI) recopilados entre 2004 y 2009 encontró una disminución en las tasas generales de caída de los pacientes. Sin embargo, las caídas en los hospitales suelen ocurrir en personas mayores de 65 años. En las personas mayores hospitalizadas, las caídas han aumentado constantemente durante las últimas 3 décadas y se prevé que las cifras aumenten significativamente debido a aumentos sustanciales en el envejecimiento de la población.

Las caídas se identifican como eventos de alto volumen y alto costo que podrían prevenirse razonablemente mediante la aplicación de pautas basadas en evidencia. El resultado es una meta de cero caídas para muchos entornos de atención sanitaria, donde el personal de enfermería es responsable de brindar atención directa a los pacientes y de cumplir con el objetivo de cero caídas del hospital. Sin embargo, es escaso el conocimiento sobre el impacto de las «caídas cero» en enfermeras, pacientes y la organización.

El estudio que explora la prevención de caídas

Un grupo de investigadores de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Wisconsin-Madison, llevó a cabo un estudio cualitativo,  para explorar las experiencias de las enfermeras con la prevención de caídas en entornos hospitalarios y el impacto de esas experiencias en la forma en que las enfermeras ofrecen atención a los pacientes con riesgo de caídas.

Veintisiete enfermeras y auxiliares de enfermería certificadas participaron en entrevistas en profundidad. Se desarrolló un modelo conceptual que ilustra el impacto de los mensajes intensos de la administración de enfermería para prevenir las caídas de los pacientes en las enfermeras, las acciones que las enfermeras llevan a cabo para abordar el mensaje y las consecuencias para las enfermeras, los pacientes adultos mayores y la organización.

Resultados del estudio

Los mensajes intensos de la administración del hospital para lograr el objetivo «cero caídas» dieron como resultado que las enfermeras desarrollaran un miedo a las caídas, se protegieran a sí mismas y a la unidad, y restringieran a los pacientes con riesgo de caídas como una forma de detener los mensajes y cumplir con el objetivo del hospital.

Se hacen evidentes las consecuencias no deseadas y potencialmente dañinas para las enfermeras y los pacientes adultos mayores. Generalmente, se carece de una base de pruebas sólida para la prestación de atención a los pacientes con riesgo de caídas. En este sentido, se necesitan más investigaciones para comprender mejor cómo las enfermeras ofrecen apoyos a los pacientes con riesgo de caídas. Existe la necesidad de intervenciones centradas en el paciente y basadas en unidades que eviten las caídas del paciente y también preserven la función del paciente.

Los resultados de este estudio identifican las consecuencias no deseadas del mensaje de prevención de caídas en enfermeras y pacientes adultos mayores. Se necesitan más investigaciones para comprender cómo las enfermeras atienden a los pacientes con riesgo de caídas.

La OMS define las caídas como la “consecuencia de cualquier acontecimiento que precipite a una persona al suelo en contra de su voluntad”, y las caídas en personas mayores constituyen uno de los síndromes geriátricos más importantes por la elevada incidencia en este sector de la población y, sobre todo, por las consecuencias que acarrean y las repercusiones que provocan en el anciano.
La mitad de las personas mayores que se caen lo hacen repetidas veces. Es un problema en el que se suele ‘reincidir’. Es una paradoja, pero la caída es un factor de riesgo para sufrir nuevas caídas.
Pese a que las caídas constituyen un fenómeno frecuente durante la vejez que pueden originar graves consecuencias, son un problema frecuentemente ignorado y muchas veces no se les presta la atención necesaria.
Se tiene la idea errónea de que las caídas son eventos comunes e incluso normales dentro de la vida cotidiana de las personas adultas mayores. De hecho, se asume como una consecuencia natural del proceso del envejecimiento.
El objetivo de este artículo es dar a conocer los principales factores de riesgo y causas de las caídas, y las consecuencias que pueden traer consigo, respecto a las residencias geriátricas. Además se mencionan una serie de recomendaciones dirigidas a prevenir las caídas.

Consecuencias más frecuentes

· Reducen la movilidad – inmovilización

· Afecta a la calidad de vida (disminución)

· En un gran número de casos provocan un aumento de la dependencia y necesidad de ayuda incluso para las actividades

· Pérdida de la autonomía

· En muchas ocasiones dan lugar a fracturas, requiriendo a menudo inmovilizaciones prolongadas o ingreso hospitalario para su curación. En ocasiones tienen que ser intervenidos quirúrgicamente, con el riesgo que ello conlleva

· Se asocian con mayor morbilidad y mortalidad

· Aumenta la probabilidad de institucionalización del paciente en una residencia u hospital

· Frecuentemente las caídas provocan lesiones importantes

Causas y factores de riesgo que inciden:

Generalmente las causas y los factores de riesgo que influyen o inducen a una caída no son hechos únicos, sino consecuencia de procesos multifactoriales, complejos e interrelacionados entre sí.
Causas intrínsecas (relacionado con el propio paciente)

· Presencia de determinadas patologías – enfermedades:

· Alteración de la marcha, movilidad y el equilibrio

· Alteraciones visuales, auditivas y vestibulares

· Desorientación y cuadros confusionales. Agitación

· Deterioro cognitivo. Alteración de la percepción, comprensión y orientación espacio-temporal, con tendencia al paso errático y sin rumbo

· Problemas neurológicos. Disminución de las aferencias propioceptivas, del reflejo de “enderezamiento” y del aumento del tiempo de reacción, lentitud en los reflejos

Causas extrínsecas (dependen del ambiente y entorno)
Factores circunstanciales (dependientes de la actividad que se esté realizando).

Medidas para prevenir el riesgo de caídas

En un número elevado de casos las caídas son evitables y se pueden prevenir. Para llevar a cabo una prevención eficaz de las caídas debemos abordarlas de manera multidisciplinar. Por lo tanto, deberemos identificar las causas y los factores de riesgo y actuar sobre ellos, disminuyéndolos o eliminándolos en la medida de lo posible.

Cuidados generales

· Realizar un buen seguimiento del estado de salud y el control de la medicación del paciente

· En caso de que el residente presente agitación, valorar la necesidad de cambio de tratamiento y/o utilizar contenciones mecánicas, en caso que sea estrictamente necesario

· Es muy importante que los profesionales “no vayan con prisas”, no dejen a los residentes solos y que presten atención a lo que hacen.

Iluminación

· Buena iluminación en general (evitar áreas mal iluminadas)

· Tener interruptores cerca de las puertas y de la cama, que estén accesibles

Se aconseja la instalación de “luces nocturnas”, que son pequeños pilotos que se encienden durante la noche.

En el baño

· Instalar barras de sujeción, tanto en el retrete y/o ducha, que ayuda a: incorporarse, agarrarse, levantarse y/o movilizarse

· También resultan de gran ayuda los asientos / sillas en la ducha

Suelos

· Evitar suelos irregulares, deslizantes y resbaladizos, con desniveles y desperfectos

· El suelo debe mantenerse seco, hay que evitar que se puedan caer porque el suelo esté mojado

· Eliminar obstáculos, aquellos elementos que puedan entorpecer la marcha, sobre todo en las zonas de paso.

Calzado

· Procurar utilizar zapatos cómodos, que sujeten bien el pie. Se deben evitar zapatillas abiertas por detrás y el calzado demasiado flojo, porque no· sujetan bien el pie

· Es importante proveer un buen apoyo y amortiguación del talón, por lo que deben ser firmes

· Además, se recomienda que las suelas sean antideslizantes

Pasillo

Es recomendable que el pasillo disponga de pasamanos/barandillas (al menos a un lado), en los laterales, para que los residentes puedan sujetarse y mantener más la estabilidad.

Dispositivos de ayuda

· Utilizar dispositivos de ayuda, tales como bastones y andadores, que ayudan a aumentar la base de sustentación y de apoyo

· Dejar frenadas las sillas de ruedas

· Barandas firmes y seguras en la cama

· Evaluar la necesidad de la utilización de dispositivos visuales y auditivos (gafas y audífonos) y revisar su buen estado

Fuente: https://www.qmayor.com/salud/enfermeras-2/