Calidad de vida para jubilados
La nueva ley de movilidad, que replica lo mejor de aquella que aplicó entre 2009 y 2017, garantizará devolverle calidad de vida a quienes más necesitan del Estado, que son los niños, las niñas y nuestros adultos mayores.
El presidente Alberto Fernández promulgó la nueva ley de movilidad a través del Decreto Nacional 01/2021 dando de esa forma un nuevo paso hacía la mejora de los haberes jubilatorios. El hecho de que el primer decreto del gobierno nacional sea la promulgación de la nueva ley de movilidad demuestra nuestra vocación e interés en que este año de recuperación económica beneficie, en primer lugar, a nuestros jubilados y jubiladas. Esta fórmula de movilidad, que replica lo mejor de aquella que aplicó entre 2009 y 2017, garantizará devolverle calidad de vida a quienes más necesitan del Estado, que son los niños, las niñas y nuestros adultos mayores. De esta manera, casi 17 millones de personas actualizarán sus haberes a partir de marzo con aumentos que irán por encima de la inflación.
Desde 2009, por una decisión de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, las jubilaciones empezaron a actualizarse de forma automática siguiendo la evolución de los salarios, la recaudación tributaria de ANSES y su recaudación total. Hoy los jubilados y las jubiladas volverán a ver sus haberes actualizados bajo esa modalidad, pero de forma trimestral. Es decir que los aumentos serán más frecuentes, garantizando así una recuperación más pronta de los haberes y una adecuación más actual al ciclo económico.
Entre 2009 y 2017, período en el que tuvo vigencia la fórmula mencionada, los haberes previsionales se incrementaron un 25,8% por encima de la inflación calculada en base a el IPC de San Luis y CABA. Esto se dio gracias a que los salarios en ese periodo crecieron un 14,3% y la recaudación aún más gracias al multiplicador del consumo. Cabe mencionar además que solo en los primeros años las jubilaciones ya habían aumentado en términos reales un 20%, marcado por el fuerte crecimiento económico de ese momento.
Por otro lado, en diciembre 2017 el Gobierno de Mauricio Macri decidió suspender el mecanismo de actualización vigente, al cual se reemplazó por una Fórmula compuesta en un 70% por la variación del IPC y en un 30% por la variación de los salarios (RIPTE). Esta fórmula, que fue votada de espaldas al pueblo y en medio de una gran represión, hizo que entre 2018 y 2019 las jubilaciones perdieran un 19,5% de poder de compra. Esto se dio por el fuerte derrumbe de la economía que hubo en el período y los enormes rezagos que tenía la fórmula. Así, las jubilaciones siguieron siempre “desde atrás” a una inflación que subía de forma exponencial hasta alcanzar en el 2019 el valor más alto desde la hiper de 1991.
Hoy, luego de más de 11 años, vuelve a aplicarse una fórmula que garantiza la suficiencia de los haberes y contribuye a la sustentabilidad del sistema previsional. Suficiencia porque garantiza que los jubilados y las jubiladas perciban los beneficios del crecimiento económico. A su vez, la sustentabilidad se consigue gracias a que la evolución de los haberes acompañará a estas variables que están ligadas a los ingresos del organismo. El hecho de que el cálculo sea ponderando en un 50% los salarios y en un 50% la recaudación tributaria tiene también asidero en que es similar a la composición de los ingresos de ANSES. El organismo recibe todos los meses los ingresos de aportes y contribuciones que evolucionan en conjunto con los salarios. Mayores son los ingresos de los trabajadores y trabajadoras, mayores son los ingresos de ANSES. Estos aportes y contribuciones representan casi un 60% de nuestros recursos corrientes y los recursos tributarios son el otro 40%. Es por esto que la fórmula de movilidad toma esto, y sobreponderando la variable más expansiva, que garantiza un incremento más rápido de los haberes cuando hay crecimiento económico, realiza esta ecuación de 50% salarios – 50% recaudación tributaria.
En cambio, si una fórmula se actualizaría por inflación (evolución de los precios) nunca los haberes van a incrementar su poder de compra que nunca aumentarían por encima de los precios. En cambio, cuando la economía crece también lo hacen los salarios y la recaudación. Al mismo tiempo, es importante analizar que luego de 4 años de caída económica y este año de pandemia, nadie duda que los próximos años serán de crecimiento. Es en este contexto que la fórmula presentada es la mejor para volver a traer calidad de vida a la población, acoplándose al ciclo económico y garantizando más consumo y crecimiento.
(*) Secretario General de la ANSES
Fuente: Ambito Financiero