Cuidadores de personas mayores

Son muchas las personas mayores que presentan algún grado de dependencia, y por tanto requieren la ayuda de un cuidador, la mayoría de esta necesaria atención se presta en el ámbito familiar y no está remunerada (más del 70% de los casos). A ella hay que sumar la que ofrece el cuidado profesional en centros residenciales y también la ayuda domiciliaria.

Según datos estadísticos el 18,8% de la población actual supera los 65 años y el progresivo aumento de la esperanza de vida apunta a que esta proporción se irá incrementando. El aspecto negativo de esta situación es que, a medida que ganamos años, también enfermedades crónicas, muchas de ellas de carácter degenerativo, aumentan su prevalencia.

el cuidadordebe adaptarse a las neceisdades de cada persona mayor dependiente

El papel del cuidador

Cuidar a una persona mayor dependiente significa prestarle ayuda atendiendo sus necesidades básicas e intentando mantener su bienestar con la mayor calidad posible en todos los sentidos.

A la hora de lograr este objetivo, las propias cualidades personales influyen pero, sin duda, contar con una buena formación es esencial para conseguirlo. evitando errores frecuentes como puede ser olvidar la necesidad de autocuidado del propio cuidador.

Empatía, es decir, capacidad para ponerse en el lugar del otro, constancia a la hora de realizar tareas que no siempre son fáciles de realizar, honestidad con aquel a quien se cuida y con su entorno social, capacidad de comunicaciónpaciencia, acompañada de capacidades para transmitir confianza y seguridad y cierto espíritu de servicio, que ha de existir tanto en los cuidadores profesionales, como en aquellos que proporcionan cuidados a un familiar, son algunos de esos valores que siempre van a ayudar a que prestar la ayuda necesaria resulte más sencillo y efectivo, tal como destacan profesionales especializados en el cuidado de personas mayores dependientes.

Además, en el caso de los familiares, intentar, en la medida de lo posible, adquirir los conocimientos básicos que hagan posible una mejor atención, facilitando, al mismo tiempo, su tarea, va a ayudar a que esos cuidados aporten más beneficios tanto a quien los necesita como a quien se encarga de proporcionarlos.

Cuidar implica responsabilizarse de múltiples aspectos de la vida de una persona. Alimentación, vestido, seguridad, medicación… son solo algunos de ellos. También supone decidir, en un momento dado, dónde y cómo han de repartirse los esfuerzos y recursos personales e incluso los económicos, afrontando, además, la sobrecarga física y emocional que implica el cuidado de una persona dependiente.

Las habilidades básica del cuidador de una persona mayor dependiente

Habilidades especialmente importantes

Cada persona es distinta y tiene necesidades específicas, no solo físicas, también psicológicas, sociológicas e incluso espirituales, algo fundamental, que es lo primero que tendrá que tener en cuenta el cuidador.

Aun así, entre los aspectos que revisten especial importancia, hay que destacar la ayuda necesaria que requiere un número considerable de personas mayores dependientes para su aseo y también para todo aquello que tenga que ver con su movilidad.

El Manual de Apoyo para Cuidadores no Profesionales indica una serie de recomendaciones importantes respecto al aseo de una persona dependiente. Es básico conocer la necesidad de ayuda de la persona y sus capacidades, para prestarla solo cuando sea necesaria, respetando las preferencia y opiniones de quien puede requerir cuidados determinados, intentando favorecer siempre y en lo posible su autonomía.

Vigilar la seguridad, evitando el riesgo de caídas, especialmente frecuentes en el baño durante el aseo, y por supuesto respetar absolutamente la dignidad de la persona en estos momentos tan íntimos, debe ser noma básica de cualquier cuidador.

También la seguridad en cada movimiento es el primer aspecto al que debe prestar especial atención quien se responsabilice del cuidado de un familiar (más aún en el caso de cuidadores profesionales). Ayudarle a mantener una marcha segura, enseñarle a sacar partido de los distintos elementos que pueden favorecer su movilidad, desde un andador o silla de ruedas, hasta un bastón y vigilar que mantenga siempre una postura correcta, que contribuya a su salud y buen estado general, son también aspectos que revisten especial importancia.

Evitar el síndrome del cuidador ‘quemado’

Cuidar de la propia salud física y emocional es esencial para que el cuidador pueda desempeñar su labor de manera eficaz. Si eres responsable de una persona mayor dependiente es importante que sepas detectar las señales de alarma que indican que tú también necesitas ayuda.

Entre los síntomas que pueden poner al cuidador en alerta sobre su propia situación, hay que destacar: problemas de sueño, sensación de cansancio y fatiga continuada, idea prevalente de que ‘nadie le va a cuidar como yo’, irritabilidad, deseo de estar solo… ante estas situaciones, por el bien el propio cuidador y de la persona dependiente, es importante buscar soluciones que eviten su agravamiento y sus consecuencias no deseadas.

 10 consejos para los que no pueden quedarse en casa porque siguen cuidando fuera a los demás

La guía, enumera las siguientes recomendaciones:

1.- Céntrate en el día a día. La vida sigue para ti y para la persona que cuidas.

2.- Nunca más que ahora, el equipo importa. Consulta, comparte y acuerda.

3.- Ten presentes tus capacidades para resolver situaciones. Confía en ti mismo.

4.- Una situación excepcional requiere ideas excepcionales, el buen cuidado también.

5.- Pide ayuda si la necesitas. Somos parte de un equipo que funciona mejor cuando lo hace desde el apoyo mutuo.

6.- Tómate, siempre que puedas, pequeños respiros. El descanso es parte esencial del buen cuidado.

7.- No olvides. Cada día que pasa es un triunfo. Sumirse en pensamientos negativos no hará que la normalidad regrese antes.

8.- Como bien, descansa todo lo que puedas y disfruta de tu gente. Esto último adoptando las precauciones necesarias.

9.- Nos cuidamos, cuidamos vidas. El cuidado mutuo y recíproco nos ayuda a desarrollar nuestra labor: acompañar vidas, vidas en marcha.

10.- Recibe la gratitud de las personas que cuidas, sus familias y la de la ciudadanía comprometida con el buen cuidado.

Fuente: https://www.65ymas.com/innovacion-cuidado-mayores/consejos-cuidadores-mayores_13612_102.html