Calabaza, la hortaliza antiedad

Es perfecta para mantener la balanza a raya y, a la vez, disfrutar de su dulce y suave sabor. Por sus propiedades nutricionales y antioxidantes aporta grandes beneficios para la salud. Conocela mejor e incorporala en tu menú diario.

Esta hortaliza es abundante especialmente en betacaroteno o provitamina A y otras dos vitaminas antioxidantes, la C y la E. Otra de las propiedades de la calabaza es que proporciona licopeno, el mismo pigmento antioxidante del tomate, y varias vitaminas del grupo B, (B2 y B6 y ácido fólico). Entre sus minerales se destacan el potasio, el fósforo, el magnesio, el hierro y el zinc.

Crudas y secas, las semillas de calabaza constituyen un sano aperitivo o colación. Entre sus minerales sobresale el magnesio, importante para los sistemas cardiovascular y nervioso. Además, su riqueza en zinc, poco habitual en los alimentos vegetales, mantiene en buen estado el sistema inmunológico.

No cocinar la calabaza en exceso para que no pierda vitaminas: máximo, unos 20 minutos.


Beneficios:

Baja en calorías: Si por algo se destaca es por su bajo aporte energético (15 calorías por cada cien gramos).

Hidratante: contiene 90 por ciento de agua, lo que explica su escaso valor calórico.

Antioxidante: su vivo color proviene de su elevado contenido en alfa y betacaroteno, compuestos con altas que previenen el envejecimiento prematuro de las células.

Diurética: el agua de su composición y su contenido en potasio la convierten en una hortaliza con propiedades diuréticas, perfectas para ayudar a eliminar el exceso de líquido en el organismo.

Laxante: su riqueza en fibra la hace una buena aliada para regular el tránsito intestinal.

Suave: es fácil de digerir y apta para el consumo de las personas con estómago delicado, los niños y los mayores con problemas de masticación.

Cómo usarla en la cocina:

Se la puede preparar de múltiples maneras: en sopa crema, su pulpa cortada en dados queda perfecta en ensaladas, o se la puede pasar brevemente por la plancha para hacer un acompañamiento diferente. Se la puede freír, rehogar, estofar, saltear o gratinar.

También se puede disfrutar de la calabaza en postres. Existen variedades dulces que se aprovechan en repostería como relleno de diversos dulces, natillas, pasteles, flanes y mermeladas.

Fácil de conservar:

Al tener una cáscara tan dura, si una vez comprada se guarda en un lugar fresco y aireado, aguanta durante meses sin problemas. Eso sí, si se adquiere en trozos ya cortados y pelados, no durarán más de dos o tres días en la heladera. Si sobra calabaza cruda, se puede congelar. Hay que cortarla en cubitos y blanquearla en agua hirviendo. Ponerla escurrida en bolsitas y al freezer.

Las especias le sientan bien tanto en platos dulces como salados: canela, vainilla, cardamomo, comino, jengibre… También el curry, sobre todo en las sopas.

Fuente: https://mia.perfil.com/noticias/cocina/calabaza-la-hortaliza-antiedad.phtml