Articulaciones y artritis

Dolor, inflamación y entumecimiento son sus principales síntomas. Cuanto antes se realice el diagnóstico y el tratamiento, mejor será el pronóstico ante esta afección.

e trata de una enfermedad que afecta las articulaciones -sobre todo las de las manos, las rodillas, las muñecas y los codos provocando dolor y deformaciones, si no se recibe el tratamiento adecuado.

En muchos casos, también causa un alto grado de discapacidad que se traduce en pérdida de días de trabajo e imposibilidad de desarrollar tareas cotidianas.

Señales de alerta:

Cuando comienza a percibirse cierto grado de inflamación en las articulaciones, que puede durar entre 15 o 20 días, y si existe rigidez matinal, es hora de realizar una consulta. 

El diagnóstico temprano es de vital importancia, ya que se ha demostrado que antes que comiencen las manifestaciones físicas, es posible que la persona ya esté sufriendo desajustes a nivel orgánico.

Tratamiento:

Incluye la realización de ejercicios de rehabilitación, actividad física adaptada a las posibilidades de cada paciente (por ejemplo, yoga especial), actividades recreativas y manuales.

También un menú saludable y la contención familiar y social constituyen pilares en los que se debe apoyar el abordaje de las personas con artritis reumatoidea.

El tratamiento farmacológico incluye los medicamentos sintomáticos para disminuir el dolor y las drogas modificadoras de la enfermedad. Los primeros (antiinflamatorios no esteroideos y corticoides) disminuyen el dolor y la inflamación, pero no cambian el curso de la enfermedad y además hay que tener cuidado con los efectos secundarios, mientras que las segundas retrasan la evolución y deben indicarse inmediatamente al diagnóstico.

Los llamados agentes biológicos, que están dirigidos contra sustancias químicas y células del sistema inmunológico, disminuyen los síntomas y signos de la enfermedad y retardan su progresión.

Otra actividad fundamental es la rehabilitación, cuyo propósito es preservar o mejorar la capacidad psicofísica y comprende ejercicios terapéuticos, terapia ocupacional y fisioterapia. Además de la contención de amigos y familiares, muchas veces es necesario buscar apoyo profesional. La oportunidad de recibir ayuda incrementa las posibilidades de mantener una buena calidad de vida. 

Dos recomendaciones:

En cuanto a la alimentación, la persona afectada que sigue una dieta saludable podrá mantener un peso adecuado, que prevenga un daño mayor a sus articulaciones; tolerar mejor los tratamientos; proteger la función inmunológica y disminuir el riesgo de infecciones. Mientras que se deben evitar las grasas, las proteínas son nutrientes importantes para la formación de músculos y huesos.

La actividad física aumenta la sensación de bienestar y mejora la condición muscular. Permite moverse con menos molestias, sin exigir las articulaciones. Antes de iniciar cualquier programa de ejercicios consultar al reumatólogo.

Fuente: https://mia.perfil.com/noticias/salud/como-combatir-la-artritis.phtml