Cómo prevenir las fracturas de cadera

La osteoporosis, la enfermedad ósea más común, afecta sobre todo a las mujeres y debilita los huesos a un ritmo más rápido de lo normal, haciéndolos frágiles y más propensos a romperse. Una leve caída o golpe que para el resto de la población pasaría sin pena ni gloria puede convertirse en una seria amenaza para los pacientes osteoporóticos. La complicación más grave es la fractura de cadera, que cada año sufren alrededor de 170.000 personas con osteoporosis en España.

Por fortuna, existen tratamientos y pautas de estilo de vida que pueden disminuir considerablemente el riesgo de fractura de cadera, así como minimizar sus consecuencias una vez que se ha producido. El principal motivo de preocupación es la elevada mortalidad que conlleva.

José Luis Pérez Castrillón, coordinador del Grupo de Osteoporosis de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), apunta que “la mortalidad en el primer año tras sufrir una fractura de cadera es de aproximadamente el 30 por ciento”. Otro 30 por ciento “no recuperan la situación funcional previa y a muchos hay que ingresarlos en residencias”. Quienes componen el tercio restante logran volver a una situación parecida a la que tenían antes de la fractura.

¿Quién tiene más riesgo de sufrir una fractura de cadera?

Ante este panorama, identificar a las personas con más riesgo es crucial para poner en marcha medidas preventivas. Estos son los principales factores de riesgo:

  • Ser mujer.
     
  • La edad.
     
  • Estar diagnosticado de osteoporosis.
     
  • Haber sufrido una fractura ósea previa, principalmente de cadera, vertebral y del húmero.
     
  • Tener un peso bajo.
     
  • Una mayor tendencia a las caídas (por alteraciones visuales, por ejemplo).
     
  • Estar tomando medicamentos que favorecen el descenso de la masa ósea, como los corticoides.
     
  • La ingesta de alcohol y tabaco.
     
  • Factores genéticos.
     
  • Enfermedades que fomentan el deterioro de la masa ósea, como la menopausia precoz (por debajo de los 45 años) o la enfermedad celiaca.

El experto subraya que los factores más decisivos son el diagnóstico de osteoporosis y las fracturas previas.

Medidas preventivas

Prevenir la primera fractura debe ser la prioridad para evitar el subsiguiente deterioro. Para ello, existen diferentes medidas adaptadas a cada situación:

  • En caso de menopausia precoz, se puede administrar tratamiento hormonal sustitutivo durante un periodo de tiempo limitado. Posteriormente, y teniendo en cuenta la existencia de otros factores, se realizará una densitometría ósea y, en su caso, se planteará el tratamiento precoz con fármacos frente a la osteoporosis, como los bifosfonatos o denosumab. “Son tratamientos muy eficaces, pero desconocemos su seguridad pasados 10 años”, advierte Pérez Castrillón.
     
  • Salvo casos especiales, el tratamiento farmacológico se iniciará en personas mayores de 60 años.
     
  • Entre las recomendaciones para evitar las caídas se encuentran las siguientes: operar las cataratas para mejorar la visión, poner barandillas en las escaleras de las casas, evitar las alfombras y poner antideslizantes en el cuarto de baño y seguir los protocolos existentes de orientación a los pacientes para evitar caídas.
     
  • También es conveniente seguir las recomendaciones dietéticas para pacientes con osteoporosis. En primer lugar, ingerir una cantidad adecuada de calcio, en torno a 1.000-1.200 miligramos al día. Es preferible incorporarlo con la dieta que con suplementos. La leche, los yogures y el queso son alimentos ricos en calcio. Asimismo, hay que vigilar los niveles de vitamina D, que se sintetiza por la acción de los rayos ultravioleta sobre la piel, pero la capacidad de absorción disminuye con la edad y en los meses de invierno. Como es difícil suplementar la vitamina D a través de los alimentos, en este caso sí se recomienda el uso de suplementos, debidamente prescritos por el médico.
  • La práctica de ejercicio es fundamental para fortalecer los huesos. “En personas mayores, se aconseja, fundamentalmente, caminar”, señala el internista, quien apunta que la recomendación general serían 2ntre 30 y 40 minutos al día al menos cinco veces a la semana. “Mejora la estabilidad y la fuerza muscular y reduce el riesgo de caídas”, resume. En cambio, se desaconsejan los ejercicios violentos o con flexión o extensión.

Reorganización

Tras la colocación de una prótesis, entre los riesgos a evitar están las caídas y las luxaciones. Si el paciente puede pasar su postoperatorio en el hogar hay que reorganizar las estancias. Aunque según Zarzoso, “son pocas cosas las necesarias”, entre lo que sí debe haber es de un asiento “firme, cómodo y alto”, que permita que las rodillas queden ligeramente más bajas que las caderas; una silla que facilite la higiene en la ducha o bañera y un suplemento para el inodoro.

Otra cuestión básica es eliminar los obstáculos como objetos en el suelo y muebles molestos, teniendo en cuenta que serán necesarias herramientas como muletas, bastones o andadores. Y asegurar que existe una buena iluminación que permita una buena visibilidad al paciente.

Disminuir el riesgo de luxación protésica obliga a aprender cómo realizar los movimientos. Zarzoso aconseja no cruzar las piernas, no flexionar las caderas más allá de 90 grados, no realizar giros excesivos de los pies, realizar movimientos en bloque sin hiperflexión de la cadera y sin posturas extremas del miembro intervenido. A la hora de dormir, utilizar una almohada entre las piernas y dormir boca arriba durante unos dos meses.

Cuestión aparte son los pacientes en los que se practica una osteosíntesis. “Hay que tener cuidado con que no se desplace la fractura, pero no se restringen este tipo de acciones, sólo se hace un seguimiento con control radiólogo para comprobar la evolución”, advierte Marín Peña.

Otro riesgo grave es la infección, al que por su situación de fragilidad, los pacientes con fractura son más vulnerables. La cirugía de cadera implica una herida quirúrgica importante y requiere que las curas las lleve a cabo personal especializado y en condiciones de esterilidad, resalta Zarzoso. Una vez retirados los puntos, “se recomienda la limpieza con jabón neutro”. Hay que vigilar los signos de infección, como enrojecimiento de la herida, fiebre o drenaje de líquido, y si se detectan, hay que avisar “inmediatamente”.

Un peligro inherente a la cirugía es el tromboembolismo, frente al que se prescriben fármacos y se indican medias elásticas de compresión fuerte, que además reducen el edema. También se puede recurrir a dispositivos de compresión neumática intermitente.

Ingresos

El pronóstico y la evolución varían según si la prótesis de cadera es consecuencia de una fractura, generalmente en personas de edad avanzada, o derivada de una artrosis, habitualmente en pacientes más jóvenes y en mejor estado. “En el primer caso, el ingreso en una residencia con apoyo de fisioterapia durante un mes puede ser una buena solución; si  no fuera posible, el apoyo en casa y la rehabilitación domiciliaria durante el primer mes son de gran ayuda”, explica Zarzoso.

En los pacientes sometidos a una cirugía electiva, las necesidades de apoyo suelen ser mucho menores y, “en el plazo aproximado de una semana, pueden ser prácticamente independientes”, expone Zarzoso.

Pero en general, en todos, Marín-Peña destaca que se tiende a ser más agresivos con la rehabilitación que quince años atrás. “Se les pone a caminar desde el primer día y enseguida se pide que practiquen con las escaleras y la bicicleta estática”. Se ha visto que así se reducen complicaciones graves, como úlceras de decúbito, neumonías por aspiración y pérdida de masa muscular, e incluso se reduce la mortalidad.

En términos generales, tras una artoplastia, Zarzoso apunta que se recomienda el empleo durante dos o tres semanas de un andador o dos bastones dependiendo del estado físico del paciente, para pasar a un solo bastón durante otras dos o tres semanas. “Pasado ese periodo, normalmente el paciente se desenvuelve con normalidad”.

Consejos para adaptar la casa

Algunas recomendaciones para adaptar el hogar ante una cirugía de cadera, ayudar a la recuperación y evitar complicaciones serían. 

  • Evitar escaleras. Si el paciente vive en una casa de más de un piso se recomienda que, temporalmente, haga vida en la planta baja. Evitar escaleras es también evitar riesgos.
     
  • Suelos. Vaciar el suelo de obstáculos que puedan ocasionar tropiezos y resbalones, como alfombras, macetas o juguetes, habituales en las casas con niños. 
     
  • Baño. Instalar un pasamanos en la ducha o bañera que permita agarrarse y asegurar el movimiento. En el mercado existen pasamanos autoadhesivos muy fiables que evitan tener que hacer obra. Sustituir alfombras por tapetes antideslizantes. Una banqueta fija (que mantenga la cadera a 90 grados) puede ser muy útil para el lavado. Se recomienda colocar un alza ortopédica en el inodoro, para mantener la cadera elevada y evitar el riesgo de luxaciones. 
     
  • Cama. Se recomienda que sea lo suficientemente baja como para apoyar los pies en el suelo al acostarse o incorporarse y cuando el paciente se siente en el borde de la cama. Además, la cama deberá permitir una postura adecuada a la hora de dormir (boca arriba y con un cojín entre ambas piernas durante las primeras semanas tras la intervención). Si el dormitorio es pequeño y dificulta la movilidad, puede trasladarse temporalmente a una estancia más grande, como el salón. 
                    
  • Iluminación. Evitar las zonas oscuras en la casa. Espacios bien iluminados reducen el riesgo de caídas. 
     
  • Objetos cotidianos. Colocar los objetos más habituales allí donde sea más sencillo de encontrarlos. Calzadores y asideros pueden facilitar el manejo de los objetos. Por ejemplo, hay que evitar situar los útiles de cocina en armarios muy altos o muy bajos. Lo mismo con las prendas de ropa, los alimentos o los productos de limpieza corporal o cosméticos de uso diario.
     
  • Facilitar el desplazamiento. Es útil situar sillas o asientos despejados en cada habitación para poder sentarse cómodamente en cualquier momento. También, colocar bastones y andadores para facilitar el desplazamiento. Recolocar muebles para evitar tropiezos.

Fuente: https://cuidateplus.marca.com/familia/mayores/2018/10/23/como-prevenir-fracturas-cadera-167726.html