¿Cómo adaptarse a una nueva medicación?
Las personas mayores suelen ser pacientes crónicos con una medicación habitual aunque ésta puede experimentar cambios al acudir a las revisiones con el especialista o por el desarrollo de nuevas patologías. “A veces también se cambia la dosis por el calor y su efecto ambiental. En cualquier caso, el seguimiento en la farmacia cuando hay algún cambio lo hacemos en la zona especializada, donde elaboramos una ficha al usuario con información sobre cómo y cuándo hay que tomar los nuevos fármacos”.
La forma de actuar ante un cambio de medicación en la tercera edad depende las habilidades y el nivel cognitivo de cada individuo. “Si la persona es autosuficiente, conviene que se familiarice con el nuevo tratamiento, haga planificaciones semanales o diarias y, si es posible, lo haga de forma gráfica con el número de tomas, el horario y las dosis de las mismas”. En cambio, cuando se trata de personas mayores dependientes, sugieren utilizar el seguimiento desde la farmacia . En estos casos, conviene advertir que también los cuidadores deben extremar las precauciones ante cualquier cambio de medicación y, del mismo modo, seguir exhaustivamente las indicaciones facilitadas por los sanitarios”.
Consejos prácticos para recordar una nueva medicación
Para facilitar la adaptación a nuevas terapias en la tercera edad, Iracheta y Ramos dan las siguientes recomendaciones aplicables por los propios pacientes y sus cuidadores.
Establecer un planning
Como ya se ha comentado, es útil elaborar una hoja con la medicación prescrita por el médico, los horarios, la dosis y otras observaciones como, por ejemplo, si la ingesta es antes o después de las comidas. También se pueden apuntar las indicaciones en la caja pero hay que tener cuidado al reponerlos para no olvidarlas.
Usar pastilleros
Estas cajitas sirven para recordar el tratamiento necesario para cada día y ayudan a que si nos despistamos, comprobar si hemos tomado o no la pastilla correspondiente y, en base a ello, actuar en consecuencia. No obstante, Iracheta advierte que a veces los pastilleros se llevan en el bolso y puede olvidarse.
SPD con dispositivos electrónicos
Los Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD) que se trabajan desde la farmacia están desarrollando dispositivos electrónicos que recuerdan la medicación. “Están programados para dar avisos acústicos y/o luminosos que evitan los olvidos”, precisa Ramos, quien menciona otros sistemas de liberación-retención en los que cuando se da el aviso, solo permiten que se libere el fármaco que en esa franja horaria debe tomar la persona mayor, impidiendo que los restantes puedan utilizarse.
Aplicaciones móviles
“Hay apps que permiten a los pacientes o a sus cuidadores llevar un control exhaustivo de la medicación mediante alarmas para recordar el momento de la toma y añadir avisos sobre alergias, interacciones y fotografías de los fármacos”, describe Ramos.
Formación sanitaria
La importancia de la educación sanitaria tanto entre las personas mayores como el entorno familiar a través de distintas acciones como, por ejemplo, talleres en la farmacia. “Además, es muy importante la coordinación entre los distintos profesionales sanitarios: médicos, enfermeros y farmacéuticos”, destaca.
Gestionar el rechazo
En ocasiones surgen sentimientos de rechazo durante el proceso de adaptación, algunos de ellos, relacionados con los fármacos genéricos. “Es algo lógico, ya que el paciente tiene puesta su confianza en ellos y un cambio puede interpretarse como un fracaso”, estima Ramos. En su experiencia, para facilitar la transición hay que ofrecerle toda la información al respecto, incluyendo que el abordaje terapéutico es equivalente al anterior y explicarle muy bien cómo debe proceder: horarios, dosis e interacciones. “Cuando observan que su salud mejora, suelen desaparecer las objeciones. En cuanto a los genéricos, el 80 por ciento de los usuarios los aceptan sin problemas”, añade Iracheta.
¿Qué hacer si aparecen efectos secundarios con la nueva medicación?
Si son efectos leves es preciso esperar entre una y dos semanas para comprobar si es algo pasajero. Si las molestias persisten, hay que acudir al médico para que valore si es necesario un nuevo cambio de medicación. “Si tampoco lo conseguimos así, deberíamos analizar si estos efectos secundarios se deben más que al nuevo tratamiento prescrito, a la interacción de éste con alguno de los que previamente ya tomaba”, indica Ramos.
Además, este especialista comenta que en algunos casos las molestias son inevitables y, a pesar de ello, desaconseja tomar nuevos medicamentos para esos efectos secundarios ya que se produciría una prescripción en cascada que tiene consecuencias negativas para las personas de la tercera edad.
Por último, ambos indicen en el papel fundamental que tiene el cuidador en todo el proceso. “Esta persona tiene que comportarse como si fuese el propio paciente, procurando entender la nueva medicación para posteriormente encargarse de trasmitírselo al afectado en función de sus posibilidades y nivel cognitivo”.
Fuente: https://cuidateplus.marca.com/familia/mayores/2017/07/12/consejos-adaptarse-nueva-medicacion-tercera-edad-143743.html