Tristán Bauer: «Tecnópolis se transformó en un fenómeno cultural «
El ministro de Cultura de la Nación repasó los 10 años de vida del parque temático que significó un vuelco en torno a la idea de lo que gestión cultural era capaz de involucrar.
Algunas actividades sujetas a protocolo por Covid-19, un vacunatorio acompañado de música en vivo, por el que ya pasaron 50 mil bonaerenses, y la expectativa de reabrir «avanzando hacia el esplendor del espíritu original de Tecnópolis», el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, repasó los 10 años de vida del parque temático que significó un vuelco en torno a la idea de lo que gestión cultural era capaz de involucrar.
En Tecnópolis se jugó el single más largo en la historia de la Copa Davis, de ahí partió el Rally Dakar, ahí se entregó la computadora tres millones del programa «Conectar igualdad». En el predio de 52 hectáreas un estudio de la TV Pública transmitía, en emisión especial, el lanzamiento del Arsat-2 en 2015, junto a las actividades gratuitas que desde su fundación en 2011 convocaron a más de 20 millones de personas: Zamba, los dinosaurios del parque geológico, conciertos.
«Tecnópolis se transformó en un fenómeno cultural en el mismo momento de su creación, el 14 de julio de 2011. Recuerdo perfectamente ese día -dice Bauer a Télam-, cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner contó la anécdota de cómo la comitiva del Bicentenario tuvo que salir a buscar el predio donde finalmente se levantó el parque temático».
La última carroza del desfile por los 200 años de Argentina evocaba a la tecnología como construcción histórica del país, pero fundamentalmente como futuro, repasa: «Cristina quiso como cierre de 2010 una feria de ciencias frente a la TV Pública que yo dirigía en ese momento, el gobierno porteño se negó y tuvimos que subirnos a un helicóptero con Javier Grossman y Oscar Parrilli para buscar un terreno donde fuera posible hacerla. Lo encontramos en el límite de los partidos bonaerenses de Vicente López y San Martín».
Tecnópolis mostró que la descentralización de la gestión cultural era posible y además satisfactoria. Foto: Florencia Downes.
«Las obras se hicieron con una celeridad que en la perspectiva histórica me asombra y aquel 14 de julio se dio inicio a un espacio que fue un hito en la cultura argentina: Tecnópolis mantuvo la intensidad de público desde el día de la inauguración, siempre tuvo una enorme convocatoria, fue el lugar de encuentro, teníamos ahí el estudio de Canal 7, transmitíamos todo el tiempo. Me acuerdo de la inauguración del Skate Park, de los shows sobre San Martín y Belgrano con Zamba, las proyecciones al aire libre», rememora.
La celebración involucra la potencia simbólica de lo inhabitual y asertivo, Tecnópolis mostró que la descentralización de la gestión cultural era posible y además satisfactoria. Reconfiguró el territorio pensándolo como un tejido celular, una red que entendió a la cultura como una herramienta «transversal, horizontal y desjerarquizada», imbricada con lo científico y lo social, capaz de reconstruir un tejido comunitario de pertenencia e inclusión.
«El concepto de cultura en Argentina muchas veces está vinculado a las disciplinas artísticas -teatro, literatura, danza- y a un emisor y un receptor muy claros, cosa que no existe en términos culturales, pero la palabra cultura es más amplia, más vasta, viene de cultivo, una manifestación de los pueblos cuando trabajan la tierra en comunidad, en diversidad, y Tecnópolis encierra esas cualidades, haciendo particular hincapié en el desarrollo de un país con el motor fundamental de la ciencia y la tecnología», explica Bauer.
La primera década de Tecnópolis viene atravesada por la asunción a la presidencia del entonces antagónico jefe de gobierno porteño, de Mauricio Macri, quien desmontó parte del predio en el marco de una política que degradó a secretaría ministerios como los de Cultura, Tecnología y Salud.
El décimo aniversario llega, además, tras una fugaz y celebratoria reapertura del parque, luego de que Alberto Fernández ganara las elecciones en 2019, corta por la irrupción de la crisis sanitaria y económica más importante de la historia global contemporánea.
«La palabra cultura es más amplia, más vasta, viene de cultivo, una manifestación de los pueblos cuando trabajan la tierra en comunidad, en diversidad, y Tecnópolis encierra esas cualidades». Foto: Luciana Granovsky.
La llegada de la pandemia
Y esa crisis trajo consigo las políticas preventivas de aislamiento y vacunación por las que el recuperado Ministerio de Cultura se mantiene hasta hoy «al servicio de la salud pública», decisión por la que Tecnópolis funcionó primero como centro de recuperación por el que pasaron 1.350 pacientes leves de Covid -entre julio y diciembre de 2020- y luego como posta de vacunación.
«Con la pandemia tuvimos que cerrar y hacer lo que jamás imaginé: transformar Tecnópolis en un centro sanitario. Lo recuerdo perfecto porque iba despedir a los pacientes cuando salían recuperados. En ese tiempo, muy al principio, con todos los miedos en torno al contagio rondando, armamos una biblioteca y pusimos a funcionar un cine al aire libre para los internados», repasa.
«La fuerza de Tecnópolis se inscribe en lo presencial, lo espectacular y lo masivo, por lo que el gran desafío es la virtualidad»TRITÁN BAUER
«Esta es una creación para todos y todas las argentinas, una construcción conjunta de la identidad nacional -asevera-. Cuando regresé a la gestión pública encontré el lugar que vimos brillar con millones de personas, vinculado a la alegría y celebración, venido abajo en su estructura, sus insumos destrozados. Pero nos rearmamos rápidamente otra vez y el mes que estuvimos abiertos, entre enero y febrero de 2020, nos visitaron 500 mil personas».
En 2021 volvieron los protocolos para espectáculos públicos exteriores y «reabrimos de manera muy extraña -se inquieta- Tuvimos que segmentar la masividad de visitantes en burbujas: volvieron Zamba y los dinos a los ‘Reencuentros cuidados»‘.
«Entre enero y marzo nos visitaron 40 mil personas, a razón de 1400 por día con reserva previa. Trabajar en aislamiento fue un gran desafío, teníamos miedo pero atendimos las prevenciones contra el contagio con éxito extraordinario», consigna.
Bauer advierte que «si bien en tiempos de pandemia nadie tiene la bola de cristal, se puede pensar que de la mano de la vacunación masiva y con la cercanía de la primavera se podría reabrir Tecnópolis, no en la dimensión y magnitud de los que conocimos su esplendor, pero sí avanzando en las características que tuvo».
Bauer destacó que Tecnópolis mostró que la descentralización de la gestión cultural era posible. Foto Julián Álvarez.
¿Cómo celebrar estos 10 años entonces? Habrá un pequeño acto, el viernes a las 14 en el predio de Villa Martelli, presidido por el ministro, en el que se inaugurará «un estudio de sonido equipado con la tecnología de los mejores del mundo, donde funcionará el Centro de Investigación en Audio y Música (CIAM), para desarrollar proyectos de profundo carácter federal».
El acto incluirá la presentación de un libro y un mediometraje sobre la década de Tecnópolis, así como también una videollamada con Adrián Paenza, el matemático y divulgador científico a quien el ministro define como «amigo de la casa».
Además, adelanta, «estamos desarrollando una muestra muy amplia que se llamará ‘Cultivar lo humano’ y que retoma el espíritu original de Tecnópolis, atravesado por las huellas que nos ha dejado esta pandemia y sobre las que tenemos que reflexionar para reconstruir un mundo más justo: hoy dos mil millonarios tienen la misma riqueza económica financiera que 4.600 millones de personas».
«La fuerza de Tecnópolis se inscribe en lo presencial, lo espectacular y lo masivo, por lo que el gran desafío es la virtualidad. Con el aislamiento vemos cuánto se profundizó el uso de internet y redes sociales, por lo que estamos desarrollando varios proyectos para la plataforma digital y también estamos manteniendo el diálogo con todas las provincias», agrega.
Tecnópolis se transformó en un fenómeno cultural federal.
Ocurre que «la pandemia tuvo un impacto demoledor en la industria cultural. De repente no hubo más cine, ni rodajes, ni teatros, ni música en vivo. Nos obligó a replantear los programas con los que veníamos trabajando y a trabajar fundamentalmente en torno a la crisis sanitaria».
«Los programas de asistencia que implementamos a medida que la crisis se fue extendiendo llevan una inversión de 17 mil millones de pesos. La idea es darles continuidad -hace unos días lanzamos un tramo más, de 15 mil pesos, de la beca Cultura Solidaria que reciben 55 mil beneficiarios-, pero el objetivo es que en algún momento dejen de ser asistencia y se enfoquen en lo productivo».
Fuente: https://www.telam.com.ar/notas/202107/561182-tecnopolis-tristan-bauer-cultura.html