Ronco, ¿tengo apnea del sueño?
El ronquido es uno de los síntomas característicos de los pacientes que padecen apnea del sueño, pero no todas las personas que roncan tienen este síndrome. La apnea del sueño es un “trastorno común en el que la respiración se interrumpe o se hace muy superficial”. Esas interrupciones, continúa, “pueden durar desde unos pocos segundos a minutos y pueden ocurrir más de 30 veces por hora”.
La apnea del sueño es una enfermedad con una elevada prevalencia y se considera ya un problema de salud pública y es que, sólo en España “la padecen entre 5 y 7 millones de personas”, asegura la experta, “y se calcula que el 10% de la población mundial adulta padece este síndrome”.
Sin embargo, lamenta, “el 90% de los casos no están diagnosticados y esto hace que haya un mal control de los pacientes”. La razón de que esto ocurra, según Fraile es “la baja importancia que hasta ahora se le ha dado al sueño y a sus consecuencias diurnas”.
Pero, ¿todos los ronquidos son síntomas de apnea del sueño? Afortunadamente no. De hecho, hay muchas personas que roncan y que no padecen la enfermedad.
Ellas sufren lo que se denomina “ronquido simple”. La American Academy of Sleep Medicine (AASM), define este ronquido como “un ruido localizado en la vía aérea superior que no se acompaña de apnea o hipoventilación y que está causado por las vibraciones de los diferentes tejidos que ocupan la faringe”.
En concreto, tal y como señala Fraile, “una persona que ronca más del 10-20% del tiempo nocturno o más de 3-4 noches por semana debería clasificarse como roncador habitual”, lo que no quiere decir que tenga apnea del sueño.
Y es que, el ronquido en este síndrome “indica un cierto grado de obstrucción de la vía aérea superior”, apunta la experta. Además, según ella, “dependiendo del tipo de apnea (obstructiva, mixta o central), el ronquido será de mayor o menor intensidad, intermitente y variable según la posición que se adopte”.
Pero roncar no es el único síntoma de esta enfermedad. “El ronquido en apnea se acompaña con microdespertares, fragmentación del sueño, cefalea crónica, sequedad bucal, polaquiuria (necesidad de orinar muchas veces durante el día o la noche) o excesiva somnolencia diurna”, enumera la responsable de la Unidad del Sueño.
¿Quién tiene más riesgo?
No existe un perfil tipo de paciente predispuesto a padecer apnea del sueño, pero sí existen asociaciones como “la obesidad, el consumo de tabaco y alcohol o pacientes con condiciones anatómicas desfavorables de la vía aérea superior” que pueden ser más propensos a desarrollar este síndrome, confirma.
También está asociada a otras enfermedades como “trastornos del ánimo, glaucoma, infertilidad, cáncer o determinadas enfermedades autoinmunes” y puede producir problemas de salud en el paciente como “hipertensión arterial o ictus o desencadenar otros como accidentes de tráfico derivados de la falta de concentración provocada por la falta de un sueño reparador”.
Asimismo, el riesgo se incrementa cuando existen antecedentes familiares, cuando la persona toma de forma habitual alcohol, sedantes o tranquilizantes y, especialmente, entre los fumadores.
Tratamiento de la apnea
El tratamiento que ha demostrado mayores beneficios y que se considera actualmente de primera línea, es la CPAP (Continuous Positive Airway Pressure, en sus siglas en inglés).
“Se trata de dispositivos que proporcionan una presión positiva en la vía aérea de forma que impiden el colapso de sus estructuras a nivel de la orofaringe y, de este modo, la mantienen abierta posibilitando la respiración. Para ello, se emplea un compresor, un tubo y una interfaz”. Aunque existen varios tipos, el más usado es la mascarilla, bien sea nasal u oronasal.
Pero el tratamiento más importante está en manos del paciente. Es fundamental que “pierda peso, que cambie de posturas durante el sueño, que reduzca la medicación que altera el sueño y que disminuya la ingesta de alcohol y tabaco”, señala la experta.
Por último, en cuanto al tratamiento estarían las intervenciones quirúrgicas. “Cirugía del paladar/lengua, cirugía bariátrica en los pacientes obesos; la adenoidectomía (intervención quirúrgica para extirpar las adenoides o vegetaciones), para los casos en que las adenoides o vegetaciones producen obstrucción de la vía aérea superior o infección crónica que no responde a tratamiento médico o drenaje, sobre todo en niños”, concluye.
Fuente: https://cuidateplus.marca.com/bienestar/2020/02/17/ronco–apnea-sueno-172071.html