Historias sobre el cáncer de mama
La escritora y periodista Verónica Sukaczer hace un recorrido por los libros que a ella la sostuvieron durante su tratamiento oncológico.
Lo primero que sentimos las mujeres al recibir un diagnóstico de cáncer de mama es que una mano invisible acaba de empujarnos al borde del precipicio. Y la única opción para no caer al vacío, es aferrarse a algo. Vale todo: los afectos, las creencias, la ciencia, la fortaleza, los libros.
Leer todo lo que encontré sobre cáncer, y en particular libros sobre cáncer de mama escritos por sus protagonistas, es la balsa en la que transito mi tratamiento oncológico y que me permite entender y ponerle palabras a la tormenta de emociones en la que estoy inmersa.
¿Qué busco en estas lecturas? Principalmente sentirme identificada y acompañada. Saber que muchas otras mujeres vivieron lo mismo que estoy viviendo, me contiene y me permite enfocarme en lo que importa y lo que no.
Me dicen, estas mujeres que transitaron un cáncer de mama, que está bien estar de mal humor, tener miedo, angustia, ansiedad; que está bien no seguir los consejos no solicitados y pedirles a los demás que no hablen de luchas y de batallas.
Me dicen, a través de estos libros hermosos, que hay cosas que solo vamos a entender ellas y yo. Y entonces, cuando leo en sus palabras exactamente lo que quiero decir, lo que estoy pensando o sintiendo, sé que no estoy sola.
La escritora Verónica Sukaczer. Foto Martín Bonetto
En octubre se conmemora, por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Mes de la Sensibilización sobre el Cáncer de Mama, con el objetivo de promover la detección temprana.
Con el color rosa que identifica a este cáncer, que sacudirá la vida de una de cada ocho mujeres, octubre se llena de campañas, anuncios y hasta publicidades y promociones que poco tienen que ver con el tema. Pero sirve, este recordatorio, para que muchas mujeres agenden sus controles anuales.
Este octubre rosa, por mi parte, lo conmemoro con las lecturas que me acompañaron.
1. Rally de santos
Ángeles Alemandi. Editorial La Parte Maldita
A los 32 a Ángeles le diagnostican un carcinoma de alto riesgo.
Ángeles tiene un hijo pequeño, una pareja y una hermana que la acompañan, un padre. Pero, sobre todo, Ángeles tiene una madre que está a su lado cuando se lo permite, pero siempre está sobrevolando su pensamiento con una devoción que produce mucha simpatía y un poco de ahogo. Volcada a la religión, la madre llega con vírgenes, con santos, con milagros, con estampitas, con agua bendita, con rezos.
Así va construyendo la autora la crónica de su enfermedad, con un humor entre el sarcasmo y la ternura, a través de recuerdos, anécdotas, máximas, aceptando la situación, peleándose a veces, explicando los pasos que tocan: el diagnóstico, el tratamiento, mientas su madre se enfrasca en un rally de santos para pedir por ella.
«Mi madre me acompañó al cuarto ciclo de quimioterapia. Apenas me acomodé en uno de los sillones celestes, abrió Los cinco minutos del Espíritu Santo, un libro que por cada día del año trae un texto para leer antes de comenzar el rosario.
Amagué a seguir con la novela de Alice Munro, no llegué a dar vuelta una página, me desconcentraba. Interrumpí sus plegarias para pedirle que me lo prestara y encontré para este 22 de septiembre el …enséñame a esperar. Le pregunté la hora solo para callarla un poco, ese rezo bajito, atolondrado, me molestaba como el zumbido de un mosquito en medio de la noche.
(…) –Mami, siento que me estás velando –le dije.
Me contempló con turbación, guardó el rosario. Sangramos».
«Rally de santos», de Ángeles Alemandi (La Parte Maldita, $950).
2. Biografía de mi cáncer, crónica del año que vivimos en peligro
Patricia Kolesnicov. Editorial Indie Libros
El texto de Kolesnicov es directo, honesto, filoso y su humor es del negro más brillante. Ese humor que permite decirlo todo, lo malo y lo peor.
«Yo odio a los que tienen cáncer».
Así comienza.
«Odio a los que luchan contra el cáncer y a las fundaciones amigas.
Odio a los gurúes alternativos, felices de mostrar el camino de la salvación».
«Odio a los que interpretan y a los que comprenden y a los que saben lo que tengo que hacer. Odio a los que me lo dicen por mi bien.
A los que derrotan todo tratamiento. A los que reinciden. A los que se mueren de cáncer».
Biografía de mi cáncer fue mi primera lectura sobre cáncer de mama en un tiempo en que a mí no me iba a pasar. Cuando regresé a esas páginas descubrí que la autora decía exactamente lo mismo que quería decir yo, y que hasta elegía los mismos párrafos de otros libros para contar su historia, el mismo párrafo de Susan Sontag, el mismo párrafo de Audre Lorde.
Kolesnicov nos pasea por el subibaja de emociones que implica el diagnóstico y el tratamiento, mientras reflexiona sobre los miedos, sobre la idea insólita de que el cáncer debe enseñar algo, sobre lo que aguantan el cuerpo y la cabeza.
«Voy adoptando algunos dogmas: no callarme nada (difícil de cumplir), no estar donde no quiero, no forzarme, no justificarme. Sea cierto o no que el cáncer tiene algo que ver con no hacer lo que me da la gana, tengo la oportunidad dorada para hacer lo que quiero –y, sobre todo, no hacer lo que no quiero– sin culpa».
«Biografía de mi cáncer», de Patricia Kolesnicov (Indie Libros, $160).
3. Que no, que no me muero
María Hernández Martí y Javi de Castro. Editorial Modernito books
En este comic español dividido en 32 capítulos muy cortos titulados alfabéticamente: Árbol, ballena, cirugía; ojos, porros, quimioterapia, etc., Lupe, la protagonista, comparte instantes de su paso por la enfermedad.
La de Lupe es una voz fresca, irónica, que no esconde nada. Es una voz que transmite sus miedos y angustias pero que también se toma su tiempo para observar a los otros, para contar sus reacciones frente al cáncer, los consejos que ofrecen, el acompañamiento.
La lectura de Que no, que no me muero resulta además una muy buena guía para entender cómo transcurrirá el tratamiento, cómo se siente una luego de la quimioterapia o de la radioterapia, cuáles son los efectos colaterales de la medicación, y habla directamente y con ironía de las verdaderas preocupaciones de muchas de nosotras, esas que los demás invalidan con un «pero estás viva», que no alcanza, porque sí, nos importa el pelo, nos importan los pechos, nos importan los kilos de más.
Queremos estar vivas y queremos sentirnos bien física y mentalmente.
En G de «Gracias», Lupe cuenta: «Hoy me recomendaron que tomara remolacha, que es milagrosa para esto mío. Y yo dije ´gracias´, nada más.
No grité ni mordí ni asesiné a nadie. Alguien debería aplaudirme, darme unas palmaditas, comprarme un helado, algo.
Porque desde que tengo cáncer no pasa un día sin que venga un ser humano y me diga con infinito convencimiento que tome remolacha».
«Que no, que no me muerto», de María Hernández Martí y Javi de Castro (Modernito books, $3.450)
4. La historia de mis tetas
Jennifer Haydn. Editorial Reservoir Books
Esta «comedia dramática», como la llama la autora, fue finalista de los premios Eisner en Estados Unidos, los Oscar del cómic, y es la única que pone el foco en donde corresponde: en las tetas.
La historia de las tetas de Hayden no es solo la historia del cáncer, es la historia de su niñez, de su crecimiento, de sus relaciones, de sus deseos. Todo está arraigado en los pechos femeninos: queremos que crezcan, queremos que sean deseados, que alimenten a nuestros hijos, que no caigan fláccidos. Queremos no perderlos.
En esta novela gráfica el cáncer es un capítulo de la vida. Primero se lo diagnostican a su madre, le realizan una mastectomía y ella cuenta «una parte de mí no se creía que ya no tuviera sus dos tetas», pero la vida continúa, el padre tiene otra mujer, la protagonista se muda, finaliza sus estudios, consigue un trabajo, se casa, tiene un hijo, otro, amamanta, y un día es ella quien recibe el diagnóstico de cáncer de mama.
«Comprendí que me llamaba (el médico) desde una piscina, desde una vida en que no había sitio para mí».
Entonces el personaje dice: «Es que… lo siento, pero tengo otra pregunta. Lo que quiero saber es… ¿Puede decirme si voy a perder el pecho?».
«La historia de mis tetas», de Jennifer Haydn (Reservoir Books, $2.390).
5. Los diarios del cáncer
Audre Lorde. Varias ediciones
Este diario íntimo publicado en 1981 es mucho más que un libro sobre el cáncer. Es, sobre todo, un texto feminista y una crítica a la sociedad patriarcal y a la mirada de los demás sobre el cuerpo femenino.
Se hace duro leer a Lorde, no hay respiro, no hay humor, y todo en ella suena a crítica, incluso a las mujeres que toman decisiones diferentes a las suyas, como realizar la reconstrucción mamaria.
Por otra parte, la autora suscribe a la idea del cáncer como campo en donde se libra una, lo que implica poner la responsabilidad de la cura sobre la mujer.
Lo que atrapa de Lorde es el poder de su narrativa, el modo en que habla del dolor y de la pérdida, incluso aunque se piense o se vivan muchas cosas de otra manera.
«Bien, las mujeres con cáncer de mama son guerreras, también. He ido a la guerra, y todavía estoy en guerra. (…) Me rehúso a esconder o trivializar mis heridas detrás de lana de cordero o de gel de siliconas. Me rehúso a ser reducida, ante mis propios ojos o ante los ojos de otra gente, de guerrera a mera víctima, simplemente porque podría hacerme mínimamente más aceptable o menos peligrosa a los aún complacientes, a aquellas y aquellos que creen que si tapás un problema, deja de existir. Me rehúso a esconder mi cuerpo simplemente porque eso podría hacer sentirse más cómodo a un mundo que sufre de fobia a las mujeres».
«Los diarios del cáncer», de Audre Lorde (Ginecosofía, $800).
6. Historia del pecho
Marilyn Yalom. Editorial Tusquets
¿De qué hablamos cuando hablamos de los pechos femeninos? Que el peligro se esconda en los pechos me hizo querer ponerlos en contexto, entender cuál era mi relación con ellos, cómo son vistos, cómo hablar de los pechos, cómo separarlos de la idea de cosa prohibida, de fotos que se siguen censurando en las redes.
El ensayo de Yalom ofrece todo eso: es un ameno viaje que comienza con las primeras representaciones de los pechos femeninos en el arte prehistórico, y sigue hasta nuestros días a través de la política, la psicología, el sexo, la moda, también el cáncer.
En el capítulo «El pecho medicinal: dispensador de vida y destructor de vida», se lee: «El papiro egipcio que contiene más información respecto a las enfermedades del pecho describe cuarenta y ocho casos tratados mediante cirugía. El caso cuarenta y cinco –tal vez el primer registro de un cáncer de mama– nos dice que un pecho con bultos tumorales que sea frío al tacto es una enfermedad que no tiene cura».
«Historia del pecho», de Marilyn Yalom.
Fuente: https://www.clarin.com/cultura/octubre-rosa-historias-cancer-mama-ayudan-transitar-enfermedad_0_4tJVi-AHf.html