Cuando un “trámite fácil” se convierte en un dolor de cabeza

Fotos de personas que no son reconocidas, gestos “imposibles” de copiar y errores en el sistema, son algunos de los problemas que surgieron con las gestiones online.

La pandemia le dio el empujón que faltaba al avance de la tecnología para que los trámites digitales avanzaran sobre los presenciales. Con menor o mayor complejidad, las gestiones en oficinas de organismos públicos, empresas de servicios y bancos son cada vez menos. Para cada cosa hay una app. Hoy se puede obtener una clave fiscal, gestionar una contraseña, generar un token o modificar datos sensibles desde el celular.

El reconocimiento facial, una herramienta que recopila un conjunto de datos biométricos para verificar la autenticidad de una persona, es una pieza clave para realizarlos. Se implementa en diferentes industrias: seguridad, bancos, instituciones financieras y organismos gubernamentales. Pero, ¿por qué muchas veces el procedimiento resulta más complicado y los intentos fallidos se transforman en un dolor de cabeza

Para Rocío, la situación fue desesperante. “Necesitaba sacar la clave fiscal para poder hacer el cambio de obra social, pero estuve durante horas y días enteros sin lograrlo. La app fallaba. Empecé a contactarme con todo el mundo para pedir ayuda hasta que un empleado del organismo me asistió por teléfono. No fue fácil, la página se trababa y tuvimos que reiniciar el trámite al menos 3 veces. Lo resolvimos, pero nunca pudimos hacer el reconocimiento facial”, le cuenta a Clarín.

Paola experimentó una situación similar con la app Mi Argentina. “La bajé para contar con los certificados necesarios. Primero, no me tomaba la foto. Hice varias pruebas durante horas. Siempre saltaba error. Desinstalé la aplicación y volví a instalarla. Finalmente, arrancó, pero a veces, el reconocimiento facial se tilda o me aparece un cartel diciendo que no acepté condiciones. Al menos, ya tengo los documentos”, recuerda en diálogo con este medio.

Problemas con el reconocimiento facial

La identidad de una persona se puede validar de diversas formas. “La biometría, compuesta por el reconocimiento facial o de voz y la huella dactilar, es uno de los mecanismos más robustos porque utiliza diferentes tecnologías aplicadas al reconocimiento de las personas, a través de sus características fisiológicas o de comportamiento”, refiere Pablo Lima, Sales Director South Cone en VU.

Explica que se obtiene un patrón único que identifica puntos característicos de la cara, (la distancia entre los ojos, la longitud de la nariz o el ángulo de la mandíbula), evalúa distancia y profundidad, entre otros factores.

Y agrega: “Existen casos en los que nos piden cumplir ciertos desafíos como guiñar un ojo, sonreír o girar la cabeza, ya que mediante estos micro gestos faciales se puede garantizar que la persona es quien dice ser, y al mismo tiempo, tiene los medios vitales para estar haciendo la operación ese momento en particular”.

Un marco de limitaciones

Desde que se implementó la posibilidad de gestionar la obtención de la clave fiscal necesaria para la realización de ciertos trámites ante la AFIP y de otros organismos que utilizan su interfaz se puede observar que gran cantidad de personas se han encontrado con problemas respecto del reconocimiento facial.

“Como sistema que se implementa a gran escala, la diversidad de casos donde este tipo de aplicaciones no funciona se dispara. Puede haber múltiples causas, pero todas se retrotraen a la capacidad de generar una fotografía (o video) de buena calidad: mala iluminación, uso de anteojos o ‘artefactos’ y manipulación incorrecta”, enfatiza Pablo Negri, científico del Conicet y del Instituto de Investigación en Ciencias de la Computación (ICC).

Otra limitación que menciona es que, como la app está diseñada para evitar fraudes, suelen rechazarse las pruebas y/o gestos de vida realizados durante la prueba.

Adrián Galarza es profesor de la cátedra de Matemáticas para Decisiones Empresarias de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata. Observa que una de las dificultades que presenta la autenticación del documento aparece cuando no hay consistencia entre los datos de la base de la aplicación y el registro de las personas, ante inscripciones erróneas del sexo que figura en el DNI y el de la persona portadora del mismo.

“Por ejemplo, un masculino con apellido De Juana es inscripto como femenino. Entendemos que ante la novedad de que AFIP ya no vincula los dos primeros dígitos del DNI a un sexo determinado, estos problemas deberían dejar de ocurrir”, puntualiza.

En cuanto al proceso de prueba de vida, Galarza ofrece una serie de consejos para evitar los rechazos más frecuentes: evitar sombras en la cara, posar sobre un fondo blanco, sonreír mostrando los dientes, mantener los dos ojos cerrados hasta escuchar el sonido de confirmación, girar la cara lentamente hacia los hombros, evitar los movimientos bruscos del celular.

La aplicación Mi Afip, una de las que implementaron la tecnología de reconocimiento facial.

La aplicación Mi Afip, una de las que implementaron la tecnología de reconocimiento facial.

“Estas situaciones suceden cotidianamente cuando le solicitamos a alguna persona que genere la clave fiscal y los padecemos durante la atención presencial en el estudio. Genera incomodidades en el solicitante que, a veces, se va sin resolver el trámite con la esperanza de tener éxito en su hogar. Hemos llegado a contar como récord 17 intentos para lograr obtener la tan preciada clave fiscal”, manifiesta.

Desde la Secretaría de Innovación Pública, le explican a Clarín: «Para aquellas personas que no pueden validar su identidad en Mi Argentina (por cambios físicos respecto a su último DNI, falta de luz a la hora de hacer la validación, inconvenientes por tipo de cámara de dispositivo móvil o dificultades de acceso), se implementó la Mesa de Ayuda (https://www.argentina.gob.ar/miargentina/mesadeayuda)».

También, reciben y siguen casos desde las redes oficiales del organismo. «Incluso, se ofrece el mecanismo de validación presencial y asistencia en los Puntos Digitales. Hay más de 600 puntos ubicados en todo el país», remarcan.

¿Cómo funciona esta tecnología?

“Al igual que marcas de autos o gustos de helados, existen diferentes softwares y algoritmos de Reconocimiento Facial. La combinación con distintos tipos y marcas de cámaras, sensores y placa equipos que procesan las imágenes dan como resultado mayor o menor eficiencia.

También, pueden influir el entorno, el ángulo de ataque de la cámara, la luz y el ambiente”, argumenta Gabriel Zurdo, CEO de BTR Consulting, especialista en ciberseguridad, riesgo tecnológico y de negocios.

El experto explica que los sistemas de reconocimiento facial funcionan con el aprendizaje profundo, una forma de IA que opera a través de múltiples capas apiladas de neuronas “artificiales” o “simuladas” para procesar la información.

“Estas redes neuronales están entrenadas en miles o incluso millones de ejemplos de los tipos de problemas que el sistema probablemente encuentre, permitiendo que el modelo ‘aprenda’ cómo identificar correctamente los patrones de los datos.”

Determina que los sistemas de reconocimiento facial utilizan este método para aislar ciertas características de una cara que se ha detectado en una imagen. “Un grado de precisión alto, solo es posible en condiciones ideales donde hay consistencia en la iluminación y el posicionamiento, y donde las características faciales de los sujetos son claras y despejadas“, asegura.

El envejecimiento es otro factor que puede afectar las tasas de error, ya que los cambios en las caras de las personas con el tiempo pueden dificultar la coincidencia de las imágenes tomadas con muchos años de diferencia. Otro agravante es la amplia variación entre los criterios y calidades entre múltiples proveedores y la ausencia de estándares.

“Los problemas que se pueden presentar alrededor del reconocimiento facial mayormente tienen que ver con la aptitud tecnológica que tenga el usuario. Es primordial contar con buena luz y fondo claro para poder captar todos los rasgos del individuo”, agrega Lima.

¿Qué pasa con los adultos mayores?

A diferencia de los nativos digitales, muchos adultos mayores miran con recelo las nuevas disposiciones de la tecnología aplicada a lo cotidiano.

“En el caso de la obtención de la clave fiscal, aún no existe una herramienta que los beneficie. Si desean realizar el trámite on-line, suelen recurrir a algún familiar o persona cercana que los ayude. Incluso, sigue vigente la opción de solicitar la clave en forma presencial lo cual requiere acercarse a alguna de las agencias de atención al público de la AFIP presentando, según informa el sitio web del fisco, original y copia del DNI y formulario 206-Multinota”, describe Galarza.

Para Negri, los obstáculos con que puedan encontrarse pueden deberse a que manejan poco los sistemas tecnológicos, a la diferencia etaria que puede influenciar en el reconocimiento facial o a que no renueven el DNI. “El documento de identidad debe tener un código de barras para escanear al inicio el trámite, por lo que los de formato libreta no sirven para la solicitud de la clave on-line”.

Los pasos a seguir para gestionar la clave fiscal con la app

  • En primer lugar, hay que tener descargada la aplicación “Mi Afip” que está disponible para los sistemas operativos Android e IOS.
  • Se debe tener a mano el DNI de la persona que solicita la clave.
  • Abierta la aplicación hay que seleccionar la opción “Solicitá o recupera tu clave fiscal a través de RECONOCIMIENTO FACIAL”.
  • Se escanea el código de barras del documento nacional de identidad. Si la aplicación no detecta problemas, se puede continuar con el trámite.
  • La aplicación muestra un código alfanumérico que debe ser ingresado, sin tomarse más de quince segundos, con el teclado del teléfono celular y picar en el botón siguiente.
  • Inicia el proceso de prueba de vida en el que la aplicación abre la cámara frontal del teléfono celular y la persona que solicita la clave debe colocar su rostro completo en un área circular para que, como primer paso el sistema, le tome una foto hasta escuchar el sonido de confirmación.
  • Luego, el generador de la clave debe realizar ciertos gestos y movimientos con el objeto de que la aplicación detecte que no se le está exponiendo una fotografía o pantalla. Estos movimientos consisten en mantener durante el tiempo de captura gestos como sonreír, guiñar un ojo o cerrar ambos y mover la cabeza hacia alguno de los lados.

Si los pasos descritos anteriormente operaron sin errores, la aplicación exhibe los datos de nombre y apellido y CUIL y aparece un recuadro donde la persona ya puede introducir una clave fiscal (debe cumplir con los requisitos de tener al menos diez dígitos dentro de los cuales deben encontrarse al menos dos números, cuatro letras, una mayúscula y una minúscula) que debe ingresarse dos veces.

Realizadas las validaciones, la aplicación comunica que se culminó el proceso con éxito. Cuando se ingrese por primera vez al sitio de acceso con clave fiscal, la página web de la AFIP va a solicitar el cambio de la misma, razón por la cual, esta segunda clave que será la definitiva (hasta que el organismo solicite el cambio por razones de seguridad), es la que debe ser pensada con mayor detenimiento a fin de no olvidarla fácilmente y de que dificultar su hackeo.

Desde este momento, la persona ya cuenta con una clave fiscal que le va a servir para tramitar desde la página web del fisco nacional el alta en el monotributo o cualquier otro régimen tributario que desee, solicitar la devolución de la percepción por compra de moneda extranjera, presentar las retenciones correspondientes al impuesto a las ganancias de la cuarta categoría para informarlas a su empleador o registrar a su empleada doméstica, entre otros servicios que brinda el perfil de relaciones de la clave fiscal.

Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/reconocimiento-facial-tramite-facil-celular-convierte-dolor-cabeza_0_Q1UO8pwOG.html