A 45 años del mítico gol de Suñé

A 45 años del mítico gol de Suñé y otra estrella para Boca, en el primer mano a mano del superclásico. El 22 de diciembre de 1976, el jugador con un tiro libre le dio el triunfo a Boca sobre River, en la primera final mano a mano que jugaron los dos grandes del fubtol argentino. Ese gol le valió a los xeneizes sumar otra estrella al escudo. 

POR HÉCTOR SÁNCHEZ

Fue el 22 de diciembre de 1976 en un estadio de Racing repleto que vibr con esa definicin a partido nico

Fue la primera final mano a mano que jugaron Boca y River en el fútbol argentino y quedó en la historia por ese mítico tiro libre que Rubén Suñé pateó ante una distracción de la barrera «millonaria» para darle el triunfo y otro título al «xeneize».

Fue el 22 de diciembre de 1976, en un estadio de Racing repleto que vibró con esa definición a partido único.

Una multitud desafió el calor de esa jornada y ya desde el mediodía los hinchas daban vueltas cerca del «Cilindro», a la espera de un partido que recién comenzaría a las 21 y que tenía en vilo a los boquenses, ya que el triunfo podía significar el bicampeonato para el equipo que dirigía Juan Carlos Lorenzo, el mismo logro que había alcanzado en 1975 el once de Ángel Labruna.

Boca, campeón del Metropolitano de ese año, le había ganado un desempate a Quilmes para quedar como líder de la zona A, mientras que River resultó primero en el grupo B.

Con una definición jugada en su totalidad en Avellaneda, Boca eliminó a Banfield (2-1) en Racing y después a Huracán (1-0) en el estadio de Independiente, mientras que River derrotó 2-1 a Quilmes y 1-0 a Talleres de Córdoba en la Bombonera.

Eran dos equipos bien trabajados por sus entrenadores, y entre varias estrellas en cada equipo, en la noche de la definición se enfrentarían los dos mejores arqueros de esos años, ambos de Selección: Hugo Orlando Gatti y Ubaldo Matildo Fillol.

Con TV en directo de Canal 7, fue River el que arrancó mejor y llegó a través de Juan José López: Jota Jota vio a Gatti adelantado y probó desde afuera del área, pero el «Loco» voló y envió la pelota al córner. La ofensiva «millonaria», con Pedro González, Leopoldo Jacinto Luque y Oscar «Pinino» Más amenazó varias veces pero no concretó.

Boca confiaba en su estructura combativa, sobre la base de una sólida defensa, un mediocampo de marca y esfuerzo, y la capacidad para definir de Ernesto «Heber» Mastrángelo y el mendocino Darío Felman, con Carlos «Toti» Veglio para jugar a ras del piso y el gran despliegue de Jorge Ribolzi, quien también aportaba juego.

Fue a los 27 minutos del segundo tiempo, cuando Daniel Passarella le cometió una discutida infracción a Veglio cerca del área, en que el partido comenzaría a entrar en la historia: tiro libre para Boca y la mención inevitable para el árbitro Arturo Ithurralde, quien en la previa había avisado en los vestuarios sobre las nuevas instrucciones de la FIFA.

«Antes de empezar el partido el árbitro nos dijo a los capitanes (Roberto Perfumo llevaba la cinta en River) que no era necesario tocar el silbato para patear un tiro libre. Que si había la distancia correspondiente, se podía tirar», contó después el «Chapa» Suñé, cuando su gol ya era leyenda.

Nadie de River se paró delante de la pelota, que viajó hacia la red impulsada por Suñé, ante un atónito Roberto Mouzo, el presunto pateador. Y nada pudo hacer el «Pato» Fillol, el gran arquero que sería campeón con Argentina en el Mundial ’78, mientras otro ídolo inoxidable del «mundo Boca» gritaba el gol desde un para avalancha de la bandeja alta del «Cilindro» de Avellaneda: Ángel Clemente Rojas, «Rojitas».

El gol legendario estuvo «perdido» de las pantallas de la TV por décadas: solo fotos y relato oral para contar una épica que crecía junto con las versiones más increíbles: que la cinta fue regrabada de apuro con una nota en el canal; que se perdió en un depósito; y hasta que un gerente puesto por las autoridades militares de esos años de terror la hizo desaparecer debido a sus simpatías riverplatenses.

Como fuere, la imagen, o algo parecido, reapareció a fines de 2019, cuando un grupo de socios de Boca localizó a un xeneize coleccionista que la había filmado en Súper 8 de la pantalla blanco y negro en esa lejana noche de 1976. La joya tanto tiempo buscada estaba en la provincia de Entre Ríos y de allí pasó al Museo de la Pasión Boquense.

Tres años antes, el 22 de diciembre de 2016, el «Chapa» Suñé, fallecido el 21 de junio de 2019, pudo ver la inauguración de su estatua en Brandsen 805, como homenaje permanente al gran capitán de una noche imborrable.

«Nunca, jamás, vi tanta gente en una cancha», recuerda el «Ruso» Ribolzi sobre esa noche. Y debe estar en lo cierto: los memoriosos de la «Academia», que saben que el récord en esa cancha será siempre el de aquella tarde de 1967, la del triunfo por 2-1 ante el Celtic de Escocia, sostienen que en ese Boca- River la multitud fue parecida.

Las entradas vendidas (69.099), en todo caso, no tuvieron mucho que ver con la cantidad de gente que se vio en las tribunas (bandeja alta -sin plateas entonces- para Boca; sector bajo para River), para aquella primera final superclásica mano a mano. Fue 1-0 para Boca, que festejó el bicampeonato y puso primera hacia la Copa Libertadores que ganaría por primera vez al año siguiente. Pero esa es otra historia.

Síntesis

Boca: Hugo Gatti; Vicente Pernia, Francisco Sá, Roberto Mouzo y Alberto Tarantini; Jorge Ribolzi, Rubén Suñé y Carlos Veglio; Ernesto Mastrángelo, Juan Taverna y Darío Felman (Mario Zanabria). DT: Juan Carlos Lorenzo.

River: Ubaldo Fillol; Pablo Comelles, Roberto Perfumo, Daniel Passarella y Héctor López; Juan José López, Reinaldo Merlo y Alberto Beltrán (Victorio Cocco); Pedro González, Leopoldo Luque y Oscar Más. DT: Ángel Labruna.

Gol: ST 27′ Rubén Suñé.

Árbitro: Arturo Ithurralde.

Estadio: Racing Club.

Fuente: Télam