Refranes: «Hierba mala nunca muere»

Otra del refranero español. Nacido como Bicho malo nunca muere, se popularizó en América cambiando bicho por hierba, o yerba, según los países. ¿Qué hay detrás de esta sentencia que le da certificado de eternidad al mal? ¿Sólo los buenos mueren?

POR HUGO PAREDERO

Telam SE

Hierba mala nunca muere

Este refrán nació hace siglos, en campos españoles. Los agricultores sufrían plagas, bichos, hierbas que complicaban sus sembradíos y nunca se terminaban de erradicar, no morían… ¡O sí, pero siempre reaparecían nuevos reemplazantes!…

¡Cuántas cosechas arruinadas por esas malezas!… Entre los humanos también existen bichos así, que todo lo arruinan. Personas de consabida maldad que persisten en hacer daño, y no están dispuestas a mejorar su conducta… “Nacidos para el mal”, que le dicen…

Fíjense que en “Hierba mala nunca muere” sobrevuela cierto cinismo. ¿Por qué? Porque se entiende que la persona que lo dice no espera que el malvado cambie, ni le sorprende que tenga voluntad para hacer daño una y otra vez, y otra vez… ¡Y claro, porque así es el mal: per-sis-ten-te! 

¡Ojo que hablo del mal que practican los malvados eh, no los malditos! Diferenciemos. Los malditos hacen maldades cada tanto, para despuntar el vicio, en cambio los malvados van al hueso del mal y no paran… Maldito es ese que va al hospital a visitar a un amigo enfermo, y le da ánimos diciéndole: “Tranquilo, ya te vas a curar… Yerba mala nunca muere”… ¡Aunque si logra que el amigo se ría con su chiste, ya no sería tan maldito!…

Quizá sí lo sea aquel otro que se encontró en la calle con un amigo de otra época, y le mandó: “¡Qué hacés loco tantos años, ¿sos vos? La miércoles che, yerba mala nunca muere”…  En cambio, el malvado es infame por vía sanguínea; y, aunque aparenten hacerlo, los infames nunca cambian, llevan la maldad por dentro, está en su adn…

Además, ¿notaron que los malvados siempre se salvan de las cosas malas que provocan a otra gente?… ¡Ufa!… Mientras tanto, alerta con esos “buenos cansados de serlo” y se harían gustosos una transfusión de mala sangre… por curiosear nomás… 

Fuente: Télam