El libro sobre el rockero
Reeditan libro de Víctor Pintos con la más exhaustiva investigación sobre Tanguito
Bajo el título «Tanguito y los primeros años del rock argentino» y en coincidencia con los 50 años de la muerte del legendario artista, se reeditó el libro publicado en 1993 originalmente llamado «Tanguito. La verdadera historia», una exhaustiva investigación realizada por Víctor Pintos, que la convirtió en la más completa biografía del músico.
Se trata de una producción que llevó varios años y contó con las voces de absolutamente todas las personas que conocieron a Tanguito, desde familiares y amigos, hasta compañeros ocasionales de celda o internación.
Allí desfilan testimonios de la madre y la hermana del artista, y de figuras como Litto Nebbia, Luis Alberto Spinetta, Sandro, Miguel Abuelo, Javier Martínez, Moris, y Pipo Lernoud, entre las alrededor de 200 personas consultadas.
El origen de este trabajo se remonta a 1981 cuando, al acordar su ingreso al staff de la revista El Expreso Imaginario, Víctor Pintos propuso escribir una nota sobre Tanguito a su director Roberto Pettinato.
A lo largo de los años, con la ayuda de Miguel Abuelo, el periodista fue acumulando una gran cantidad de información, la cual fue tomada por Marcelo Piñeyro como base para crear el argumento del gran éxito cinematográfico que sería «Tango Feroz».
En sintonía con el estreno del filme, Editorial Planeta publicó la investigación que Pintos había convertido en un libro. En contraposición a la película que aclaraba que trataba sobre la leyenda de Tanguito, el libro fue publicado como «Tanguito. La verdadera historia».
«El libro elude la existencia del relator. Yo nunca digo que las cosas pasaron de esa manera, sino que hice hablar a los protagonistas. ¿Quién va a desmentir a Moris? ¿Quién va a desmentir a Pipo Lernoud?», destacó Pintos en diálogo con Télam.
Pero aunque marcó la clara diferencia entre la leyenda y la realidad de los hechos, aceptó el impacto del filme a la hora de construir la imagen de Tanguito.
«Tanguito para mucha gente no es más que un rockero con la cara de Fernán Mirás, que se enamoró de Cecilia Dopazo y que antes de que lo mate un tren se hizo amigo de Imanol Arias. Eso lo tengo claro», ironizó.
Tan exitoso como la película, el libro cuenta con una edición independiente de 2013, sin embargo su autor aceptó casi como un halago esta propuesta de Editorial Planeta de relanzar la investigación.
«Como me pasa con el mito Tanguito, es una pregunta sin respuesta lo que está viviendo este libro. Aunque existe una edición independiente, me pareció muy bueno sacar otra vez el libro y el interés, en una sociedad en la que nadie se acuerda de nadie», expresó.
Tanguito: el camino del «héroe»
Casi como si supiera que estaba llamado a ser un mito, José Alberto Iglesias abandonó por completo su nombre cuando era apenas un adolescente y adoptó el mote de Tanguito, más acorde a la fantasía en la que vivía que a la realidad a la que no quería amoldarse.
El apodo con el que iba a hacerse conocer desde entonces y pasar a la historia se trataba solo de una broma que le hacían los amigos del barrio por su afición a bailar el rock, pero también hablaba de una personalidad que le escapaba a toda regla y disciplina, y buscaba la manera de sobrevivir sin tener que adaptarse a horarios y obligaciones.
Fuente: Télam
Nacido el 16 de septiembre de 1945 en la localidad bonaerense de Caseros, en el seno de una familia trabajadora, Tanguito se volcó a la música desde muy joven y comenzó a recorrer bailes barriales en donde interpretaba los rocanroles clásicos traducidos al español.
Así llegó a ser en los primeros años de la década del ´60 vocalista de Los Dukes, una agrupación alineada dentro de lo conocido entonces como «nueva ola», que abordaba un ecléctico repertorio que combinaba música beat, tropical y boleros. Allí registró su primera composición «Mi Pancha», una tonada al estilo de «El Club del Clan».
A pesar de que el grupo contaba con cierta popularidad en el ambiente de los bailes, Tanguito decidió intentar una carrera solista y comenzó a frecuentar los lugares en donde se comenzaban a juntar quienes darían vida al rock argentino.
Junto a Litto Nebbia, Pipo Lernoud, Moris, Javier Martínez y Pajarito Zaguri, entre otros; conformó el núcleo que divagaba entre La Cueva y el bar La Perla, en medio de interminables charlas que derivaban en poemas o letras de canciones, e intercambio de melodías.
En ese contexto, Tanguito, quien también gustaba de cambiarse el apodo y hacerse llamar alternadamente Ramsés VII o Donavan el Protestón, marcó los trazos gruesos para canciones como «Amor de primavera», «La princesa dorada», «Natural», «El hombre restante» y, fundamentalmente, «La balsa».
El éxito de esta última composición, a la que completó, armonizó y dio forma Litto Nebbia, le confirió a Tanguito cierta celebridad y ganancias económicas que dilapidó por su displicente andar.
Dueño de un carácter tímido e inseguro, e incapaz de realizar cualquier actividad que implicara una mínima disciplina, esta figura fue sumergiéndose en las drogas y perdiendo cada vez más su rumbo artístico, casi en paralelo a la conformación de una modesta industria alrededor del rock local.
El joven divertido, ingenioso, cálido, que era un diamante en bruto, pasó a convertirse en una persona que cargaba consigo un sinfín de problemas para quien se le acercara.
A instancias de Javier Martínez, llegó a registrar algunas canciones que fueron publicadas en 1972, en un disco que llevó su nombre y que fue reeditado a mediados de los `80.
Los últimos años de Tanguito fueron una larga procesión por comisarías, juzgados y neuropsiquiátricos, a raíz de su adicción a las drogas y sus rebeldes comportamientos ante las autoridades.
En un intento de fuga del Instituto Borda, fue arrollado por un tren en la zona de Puente Pacífico, un hecho que en el momento pasó desapercibido y del que ni siquiera sus amigos tuvieron noticias.
Convertido en una figura de culto, la imagen de Tanguito tuvo una especie de renacimiento cuando en 1993 se estrenó el filme de Marcelo Piñeyro «Tango Feroz», una historia ficticia basada en su vida, que lo mostraba como un genio incomprendido, cuya rebeldía y espíritu libre lo habían convertido en víctima de un estado represivo, además de haber sido traicionado por sus amigos.
A pesar de las polémicas, la película fue un éxito, generó un interés inusitado por este artista y por los inicios del rock argentino, pero fundamentalmente terminó de convertir a una figura de culto en un mito.
En 2009, se lanzó otro disco con cintas encontradas llamado «Yo soy Ramsés», en donde también interpretaba temas de Moris.