Adultos mayores, abuso y maltrato

Personas mayores, abuso y maltrato: la pandemia silenciosa. Pese a tratarse de un importante problema de salud pública, tanto por su gravedad como por su frecuencia, el maltrato a las personas mayores pasa a menudo desapercibido. En el Día Mundial de la Toma de Conciencia del Maltrato a la Vejez, opinaron para Télam Martín Ava, abogado, magíster en Derechos Humanos, maestrando en Derecho de la Vejez (Universidad Nacional de Córdoba) y Derecho Penal (UBA) y Carolina Iglesias, psicóloga, maestranda en Derecho de la Vejez (Universidad Nacional de Córdoba), creadora de @SeneS.PersonasMayores

POR MARTÍN AVA Y CAROLINA IGLESIAS

Telam SE

En 2011, la Asamblea General de la ONU estableció el 15 de junio como el «Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez», con el fin de visibilizar las violencias que sufren las personas mayores, sensibilizar acerca de esta problemática y promover estrategias para superarla.

El maltrato y abuso hacia las personas mayores es una problemática social muy extendida, originada en múltiples factores. En general, se traduce en una violación a la integridad personal o la vida de las personas, pero también comprende prácticas como el abandono, el sometimiento, la invisibilización, las estafas, o la desidia estatal.

En 2021, la Organización Mundial de la Salud informó que 1 de cada 6 personas mayores sufrió algún tipo de abuso, mientras que 2 de cada 3 trabajadores/as de residencias de larga estadía admitieron infligir malos tratos a dichas personas. También se indicó que el maltrato se incrementó durante la pandemia de Covid 19.

En Argentina, la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema relevó que, en 2021, el 6% de las/os denunciantes fueron personas mayores, lo que representa un total de 650 víctimas. Sin embargo, estos registros sólo comprenden residentes de Ciudad Autónoma de Buenos Aires y alrededores. No hay datos acerca de lo que sucede en el resto del país.

La dimensión real de esta problemática no se puede registrar, ya que el maltrato suele producirse en entornos privados, por lo que se considera un fenómeno masivo de violaciones de los Derechos Humanos de una población muy vulnerable. Paradójicamente, también es uno de los temas más ignorados por la sociedad y el estado.

Las mujeres y disidencias son más proclives a padecer situaciones de maltrato y abuso, debido al machismo imperante en la sociedad. Las mujeres mayores vienen de épocas en que el sometimiento de la mujer estaba naturalizado. Además, muchas carecen de independencia económica, tienen escasa alfabetización, viven en áreas rurales o son migrantes, lo que agrava la situación. Lo mismo ocurre con la población travesti trans, que ha padecido décadas de exclusión e indiferencia.

Gran parte de la toma de conciencia acerca del maltrato de las personas mayores se la debemos a la pandemia, que puso en evidencia que los viejismos no tienen fronteras. Las prácticas viejistas se vieron reflejadas en políticas que posicionaron a las personas mayores como objetos a ser cuidados, y no como sujetos con derechos.

Existe una tendencia generalizada a pensar en las personas mayores a través de roles pasivos y situaciones de decrepitud, fragilidad, impotencia, y a verlas como pesadas cargas. Es necesario y urgente que las políticas públicas y los emprendimientos privados se construyan desde una perspectiva de Derechos Humanos, que incorpore las voces y experiencias de las personas mayores. La perspectiva antiviejista se debe incluir en todas las estrategias para hacer frente a un mundo envejecido. Hacer de la vejez una experiencia más digna y respetada es una responsabilidad colectiva.

Por Martín Ava, abogado, magíster en Derechos Humanos, maestrando en Derecho de la Vejez (Universidad Nacional de Córdoba) y Derecho Penal (UBA) y Carolina Iglesias, psicóloga, maestranda en Derecho de la Vejez (Universidad Nacional de Córdoba), creadora de @SeneS.PersonasMayores

Fuente: Télam