30 años sin Piazzolla
Hace 30 años, el 4 de julio de 1992, fallecía uno de los más grandes músicos contemporáneos: Ástor Pantaleón Piazzolla, el mayor símbolo del tango contemporáneo en el mundo.
POR SERGIO ARBOLEYA
Cuando todavía resuenan los ecos de la celebración planetaria por el centenario de su nacimiento, este lunes se cumplen 30 años de la muerte de Astor Piazzolla (el 4 de julio de 1992), una de las figuras más importantes de la música argentina a la que dio una notable proyección internacional.
Desde el tango, género al que rebautizó como música de Buenos Aires, e integrando además al jazz y a la clásica –los tres territorios de los que se nutrió- el compositor y bandoneonista creó una síntesis inspirada y audaz que borró las fronteras entre esos estilos y contra el aluvión de críticas que levantó la apuesta, expandió como nadie los alcances de los sonidos de esta parte del mundo.
La muerte de Piazzolla se produjo tras casi dos años de larga agonía a partir de una trombosis cerebral que se le produjo el 5 de agosto de 1990 en un hotel de París, ciudad en la que residía.
Nueve días después, en estado de coma y con lesiones cerebrales irreversibles, fue trasladado a Argentina y si bien salió del coma 15 días más tarde, su estado obligó a internarlo varias veces más hasta su fallecimiento.
En la prolífica e intensa vida del artista el haber estado unos 23 meses sin poder crear fue una excepción dolorosa ya que el nacido el 11 de marzo de 1921 en Mar del Plata, generó una obra con alrededor de un millar de composiciones originales.
En esa producción que incluye músicas para unas 40 películas, no pueden pasarse por alto los arreglos ideados, por ejemplo, para la orquesta de Aníbal Troilo –que integró entre 1939 y 1944- y otros de autores diversos que desplegó en sus diversos conjuntos.
Fuente: Télam