¿Cómo serán los jubilados del futuro?
Cómo serán los «jubilados del futuro»: en busca de la felicidad. Se espera que los adultos mayores de los próximos años sean longevos, activos y más saludables. Especialistas explican por qué.
En Argentina las mujeres de 60 años y los hombres de 65 que tengan 30 años de aportes están en condiciones de jubilarse. Este retiro del mundo laboral representa un punto clave en la vida de las personas, que experimentan cambios sustanciales desde varios frentes.
Así como los jubilados de hoy son distintos a los de décadas pasadas, los del futuro también presentarán nuevas características. Pero, ¿cuáles serán las diferencias más notorias entre quienes se retiren dentro de 10 o 15 años?.
Jubilación y estereotipos
En la actualidad siguen vigentes ciertos estereotipos relacionados a la imagen de los jubilados y jubiladas. Belén Tarallo, psicoterapeuta de INECO y especialista en bienestar, sostuvo que lo esperable es que con el correr de los años estos vayan desapareciendo.
Entre los más comunes, detalló:Siguen vigentes numerosos estereotipos alrededor de los adultos mayores.
- Que la persona jubilada deja de ser productiva.
- Que la etapa de jubilación es de tristeza e infelicidad.
- Que la persona jubilada no puede adaptarse a los cambios.
- Que la persona jubilada no puede asumir responsabilidades.
- Que la etapa jubilatoria indefectiblemente es sinónimo de enfermedad.
Alcanzar la plenitud
«Estamos viviendo cada vez más y más sanos», destacó Bernardini. Foto ilustración Shutterstock.
Una de las características en la que los especialistas coinciden respecto a las y los jubilados del futuro es la búsqueda constante del bienestar, algo que ya comienza a visualizarse al día de hoy.
“La jubilación debe ser tomada como un retiro laboral, una de las tantas aristas que tiene la vida de una persona. Estamos viviendo cada vez más y más sanos. Y una de las grandes posibilidades que ofrece el retiro es tener más tiempo libre para hacer lo que nos gusta”, aseguró Bernardini.
En la misma línea, Tarallo y Fernanda Giralt Font, psicoterapeuta y subdirectora operativa de INECO, mencionaron que el aumento de la expectativa de vida llevó a que después de la jubilación, lejos de iniciarse el camino del retiro, se abran las puertas a una nueva vida, que puede transformarse en una etapa de pérdidas y limitaciones o en un período de plenitud, en el que se pueda llevar a cabo todo aquello que las exigencias y obligaciones no permitieron hacer anteriormente”.
Sin embargo, aclararon, “esto depende de distintos factores como la situación de salud, los recursos disponibles y la personalidad, entre otros. Es una etapa en la que se trata de diseñar y desarrollar una nueva agenda de vida, con la sabiduría, la experiencia y el conocimiento adquiridos”.
El médico (en Instagram, @doctorbernardini) añadió también que “los estudios muestran que la gente no quiere cortar de un día para el otro sino de una manera más ordenada y que dé tiempo a acomodarse mentalmente a lo que esto significa. Para que el cambio no sea tan brusco es necesario adecuar esquemas flexibles de retiro, de forma tal que haya una transición gradual”.
Para cultivar el bienestar y mejorar la calidad de vida en esta etapa Tarallo y Giralt Font ofrecieron tres recomendaciones esenciales:
- Mantener una rutina con actividades que generen disfrute.
- Fomentar el contacto social y evitar el aislamiento.
- Favorecer espacios para seguir aprendiendo y mantener un estilo de vida activo y saludable.
Adultos mayores e institucionalización
«Las residencias de larga estadía y la atención geriátrica comienzan a orientarse hacia la atención integral centrada en la persona», dijeron desde INECO. Foto ilustración Shutterstock.
Diferentes factores asociados, por ejemplo, a la salud o la seguridad, en ocasiones hacen necesario institucionalizar al adulto mayor.
“La institucionalización es un recurso más vinculado por ejemplo a la dependencia y el deterioro cognitivo”, explicó Bernardini.
Estas residencias o geriátricos deberían cumplir con ciertas características: “La institución tiene que ser considerada como un espacio de vida que, de alguna manera, replique el espacio de vida que cada uno de nosotros teníamos antes. Con determinados cuidados como implica una institución pero donde el norte de todo esto es el bienestar y la calidad de vida”.
Adriana Fiorino, directora del Departamento de Terapia Ocupacional de INECO, coincidió:
“En los últimos años y con tendencia creciente hacia el futuro, las residencias de larga estadía y la atención geriátrica en general comienzan a orientarse hacia la atención integral centrada en la persona. Este modelo, se basa en el reconocimiento de la dignidad, el valor, los intereses y preferencias de la persona mayor, ubicándola en un rol activo para que pueda continuar teniendo control sobre su entorno, los cuidados que recibe y en su vida cotidiana”.
Una opción diferente, señaló, va de la mano de las viviendas colaborativas conocidas como “cohousing”. En las mismas, describió, “se integran domicilios particulares con áreas comunes en las que los integrantes autogestionan los servicios, espacios y actividades que realizan. Esta modalidad brinda una alternativa para evitar el aislamiento de las personas mayores, las mantiene activas y fomenta su organización y autodeterminación”.
Jubilados de hoy vs. jubilados del futuro
Mientras tanto, “los que venimos por detrás, las generaciones más jóvenes, de alguna forma vamos a poder planificar”. Su importancia radica en que “la nueva longevidad va a ser el espacio que la mayoría de nosotros va a compartir porque va a ser la etapa más larga que nos toque vivir”, afirmó.
Por su parte, Julián Bustin, médico jefe de gerontopsiquiatría de INECO, evaluó que si tomamos los parámetros actuales, desde el punto de vista físico y cognitivo de aquí a 10 o 15 años los adultos mayores tendrán una salud equivalente a una edad menor a la cronológica.
“Por lo tanto, van a poder vivir muchos más años en forma activa y pudiendo cumplir sus objetivos y deseos con un menor impacto de las cuestiones de salud”, cerró.
Fuente: Clarín