La infancia de Walt Disney
Vivió en una granja, sus fracasos comerciales y la creación de un imperio sobre un pantano
A los siete años vendió sus primeros dibujos a vecinos del barrio. Su contacto con los animales durante su niñez marcaron toda su carrera como animador. Era perfeccionista y saboreaba los retos. Sus mayores aciertos y el “domingo negro” en el que inauguró Disneyland
Por: Gabriela Cicero
(Subtítulo original) Walt Disney (1901-1966), famoso creador de películas animadas de larga duración, en su mesa de dibujo.
El mundo mágico de Walt Disney cumplió cien años este 2023 y sus personajes no pierden vigencia. El tierno ratón Mickey, igual que todos sus personajes forman parte de la infancia de varias generaciones. Sus grandes obras son remasterizadas, para expresar al máximo su belleza, clásica y atemporal ¿Quién fue Walt Disney? ¿Cómo logró amasar una fortuna dibujando? ¿Cómo creó sus parques, uno de los lugares más amados por grandes y chicos, en lugares donde solo habían plantaciones de naranjas y pantanos?
Walter Elías Disney nació el 5 de diciembre de 1901 en un hospital de Chicago y se crió en una granja en Marceline, Missouri desde pequeño, algo que nunca olvidó. Walt era el tercer hijo varón, nacido después de Herber, Raymond y Roy. Dos años después del nacimiento de Walt, llegaría su querida hermana Ruth. Todos participaban de las labores en el campo. En sus años en Marceline fue donde se despertó su interés por el dibujo y pintura, observando a los animales que lo rodeaban: perros, patos, ratones. Desde mucho chico dio muestras de su talento y los adultos no tardaron en notarlo. A los siete años vendió sus primeros dibujos a unos vecinos.
La vida rodeado de animales -que más tarde poblaron su imaginación- duró poco ya que la familia se vio obligada a mudarse a Kansas City cuando su padre casi se muere por una fiebre tifoidea, enfermedad provocada por la bacteria salmonela. En esa ciudad, comenzó su etapa como repartidor de diarios. Era un tan solo un niño.
Su rendimiento en la escuela no era nada bueno. Aunque él dijo alguna vez que se debía a que vivía cansado. Debía madrugar todos los días junto con su hermano Roy para cumplir con la tarea del reparto. Su padre, que se había comprado un puesto, les había dado esa responsabilidad antes de ir a la escuela.
Después del reparto, tuvo otros trabajos, como vendedor de golosinas en los ferrocarriles, su otra pasión. Walt amaba los trenes. Uno de sus mayores placeres de chico era visitar la estación. En 1917 Walt se inscribió en un instituto de Bellas Artes y allí empezó a ilustrar con caricaturas una publicación escolar, The Village Voice, donde se abordaban temas relacionados a la política y la Primera Guerra Mundial. Tal era su interés por el conflicto internacional que se alistó en el ejército siguiendo los pasos de su hermano Roy, aún cuando no tenía la edad suficiente para ingresar. Lo hizo con un documento falso, con el que consiguió un puesto de ambulancista de la Cruz Roja. Al llegar a Francia, no participó de ningún combate porque se acaba de firmar el armisticio. Su hermano Roy se enfermó de tuberculosis y permaneció mucho tiempo internado.
Cuando el deseo de convertirse en un dibujante fue creciendo, Walt decidió trabajar como aprendiz en Kansas City con animadores y técnicos en efectos especiales. Empezó en la agencia Pesmen-Rubin Commercial Art studio. Allí conoció a Ubbe Iwerks, un animador con quien tiempo después crearía al ratón más famoso de la historia: Mickey Mouse.
Con Ubbe se hicieron grandes amigos enseguida y soñaron con tener una empresa juntos, la Iwerks-Disney Commercial Artists. La empresa duró un suspiro. Un mes. Es que Walt prefirió asegurarse un salario fijo y entró a la productora Kansas City Film Ad, pero no dejó solo a su amigo. Convenció a los nuevos jefes de incorporarlo.
A los dos años el joven Walt sintió que ya estaba listo para volver a emprender. En 1922 fundó el estudio de animación Laugh-O-Gram Films y comenzó a dibujar cortometrajes para niños. Con mucha creatividad, lanzaron unos cortos espectaculares para la época, que combinaban la animación de los dibujos con imágenes rodadas en estudios. Así hicieron Alice’s Wonderland, en base al famoso libro en Alicia en el país de las maravillas, escrita por Lewis Carroll en 1862. La pequeña actriz Virgina Davis se presentaba en los estudios de animación en el corto y luego, se adentraba al mundo animado. Estamos hablando de 1923, pocos años antes de que irrumpiera el cine sonoro. Este experimento, que empezó en Fleischer Studios con las animaciones como Out of the inkwell que interactuaban con la realidad (un dibujo y una mosca, por ejemplo), fue tomado por la genial dupla que redobló la apuesta e incorporó una actriz, a la pequeña Virginia. Alice’s Wonderland fue el primero de varios cortos que pudo ser completado antes de que Laugh-O-Gram Films se fuera a la bancarrota. Apasionado y a la vez perfeccionista, invirtió demasiado y no pudo afrontar los gastos. Por esos tiempos, Walt dormía en la oficina.
Finalmente recurrió a su hermano Roy, que vivía en Los Ángeles para dar con quien pudiera continuar financiando su negocio. Y lo consiguió. Winkler Pictures apoyó su trabajo Alice’s Wonderland, y con ese dinero el 16 de octubre de 1923 fundaron con Roy la Disney Brothers Cartoon Studio, que se toma como la fecha de nacimiento de The Walt Disney Company. En ese nuevo período, comenzaron a crearse las Comedias de Alicia, con el que entregaron más de 50 episodios, y la protagonista fue cambiando. Continuó Dawn O’Day, Margie Gay, y por último Lois Hardwick.
El productor de cine y dibujante Walt Disney con un juguete del Pato Donald leyendo Alicia en el país de las maravillas, 1951.
En 1924 volvió a reencontrarse con su amigo Ubbe Iwerks y con él se dedicó a lo que más le gustaba, crear personajes, narrar historias y dirigir. Tenía especial interés por los cuentos de hadas, presentes en todos sus animaciones. Al año siguiente, conoció a Lilian Bounds, el amor a su vida y la relación fue a toda velocidad. Era una de sus empleadas. Se casaron antes de cumplir el año de noviazgo.
0 seconds of 7 minutes, 22 secondsVolume 0%El primer corto animado sonoro lanzado por Walt Disney en el que aparecía por primera vez su personaje más famoso, el ratón Mickey
Antes de crear a su personaje más icónico, el ratón Mickey, Walt e Iwerks dieron vida a Oswald, el Conejo de la Suerte, pero Charles Mintz, que manejaba la productora Winkler Pictures les hizo una mala jugada, litigó los derechos del personaje y se los ganó. A partir de ahí, los amigos empezaron a estar más atentos con la cuestión de derechos. El simpático ratón fue bautizado originalmente como Mortimer Mouse, pero la mujer de Walt, consideró que era mucho, algo “pomposo”. Entonces, se quedaron con el nombre de Mickey, quien protagonizó Steamboat Willie, el primer corto animado sonoro de la historia en 1928 y a partir de ese todas las animaciones de Disney lo fueron. Steamboat aparece llena de animales, y ya se puede ver a Minnie taconeando con sus zapatitos en una aventura. Fue el empresario Pat Powers quien lo apoyó para hacer este cortometraje. Además de darle vida al ratón, Walt le puso su voz hasta 1947.
Lo que no se sabe a ciencia cierta es si Mickey fue un invento de Walt o de Ubbe. Curiosamente, el ratón que entretuvo finalmente a varias generaciones de chicos, no fue bien recibido en un principio. No había interés en él, ni aún en sus primeras películas: Plane Crazy y The Gallopin Gaucho.
Después llegaron las Silly Symphonies (Sinfonías tontas). Entre 1929 y 1939 presentó una serie de cortos animados, donde nacen otros personajes de su universo, como Pluto, Goofy y el Pato Donald. Con la incorporación de la tecnología Technicolor, Walt lanza el corto Flowers and Trees (Flores y árboles), donde cuenta la historia de dos árboles enamorados que sobreviven a un incendio en el bosque provocado por un árbol seco y celoso. Con esta obra, gana su primer Oscar al mejor cortometraje de animación. La historia es narrada con dramatismo, como cada vez que cuenta una historia de la naturaleza. También sucede en El Viejo molino. Esto hizo que sus nuevas creaciones fueran tan populares como su Mickey Mouse, que ya había conquistado a las audiencias.
Ya con una hija, Diane, y Sharon, que adopta en 1936, se embarca en algo que fue llamado la “locura de Disney”, su primer largometraje animado, Blancanieves y los siete enanitos (1937) que se convirtió en la película más taquillera de la historia, hasta ser superada dos años después por Lo que el viento se llevó. La historia es más que conocida: la malvada madrastra decide deshacerse de Blancanieves al envidiarle su belleza, mientras la joven se refugia en la cabaña de los siete enanos y termina siendo envenenada al morder una manzana. Este film fue remasterizado este año por la celebración del centenario de la productora de Walt Disney.
Walt Disney cabalgó con orgullo el 1 de enero de 1966 como Gran Mariscal del Desfile de las Rosas con un personaje al que hizo famoso: Mickey Mouse.
El éxito abrumador permite que el empresario se mudara un importante edificio, en Burbank, donde actualmente se encuentra su sede, la Walt Disney Productions, con su hermano Roy en las finanzas. Allí continuaron haciendo un éxito tras otro: Pinocho, Dumbo, Bambi.
En los treintas surge un gran competidor para Walt Disney. Llega Looney Tunes de la mano de la Warner Bros, con su familia de cartoons, afianzándose en los cuarentas con la llegada del conejo Bugs Bunny. Rápido de reflejos, el padre de Mickey volvió a apostar por los personajes reales, como lo había hecho en las Comedias de Alicia y planifica sus parques temáticos. Así logró diversificarse y crear el imperio que hoy lleva su nombre.
Personas reunidas en el parque temático Magic Kingdom antes del desfile del «Festival de Fantasía» en Walt Disney World en Orlando, Florida, EE.UU. 30 de julio de 2022
El 17 de julio de 1955 inauguraba el primer parque de atracciones, Disneyland, sobre la que había sido una plantación de naranjos, en Arheim, California. Se convertía en realidad su sueño, ofrecer algo más que lo que siempre le pedían, visitar los estudios y construir un parque de diversiones propio le entusiasmaba. Los frecuentaba con sus hijas y lo que que había notado era que los padres en la espera se aburrían. Algo que en sus parques no suele suceder.
Con la idea de invitar a vivir la magia de los estudios con experiencias inmersivas, abrió las puertas de Disneyland. El tan esperado día de apertura, durante su discurso habló sobre “revivir los sueños del pasado y saborear los retos del futuro”. Pero la inauguración fue un absoluto desastre, tanto que fue recordado como “El domingo negro de Disneyland”. Una ola de calor convirtió la jornada en un infierno. De las 15 mil personas que habían invitado, se agolparon un total de 30 mil porque se habían falsificado las invitaciones.
Los bebederos no funcionaban y había una huelga de plomeros. Walt tuvo que elegir entre habilitar esas fuentes de agua o los baños, por lo que razonablemente eligió lo segundo. Elección por la que fue acusado de beneficiarse por la compra de gaseosas. En ese día de aglomeraciones a los chicos nada le importaba. Pudieron entrar al Castillo de la Bella Durmiente. Estaban fascinados.
A la semana de la inauguración, ya había recibido un millón de visitantes. Después se volvió más ambicioso y quiso agrandar su proyecto, llevarlo a un espacio más grande. Compró terrenos en Orlando, que era un suelo pantanoso, pero no llegó a ver lo que hoy está construido. Murió a los 65 años, tras un paro cardiorrespiratorio. El animador era un fumador compulsivo y poco antes le habían detectado un cáncer de pulmón. A partir de se momento, se crea la leyenda, que dice que Walt Disney fue congelado antes de morir para mantenerlo vivo hasta que la ciencia sea capaz de curar su enfermedad.
Pocos artistas recibieron tantos reconocimientos como Walt Disney. Recibió nada menos que 59 nominaciones a los Premios Óscar y un total de 22 estatuillas. Y su mundo, Walt Disney World, continúa despertando interés de grandes y chicos como desde un principio. Hasta 2022, su 14 parques temáticos que se reparten en cuatro países, recibieron unas 112,3 millones de personas. Su legado está más vivo que nunca.
Fuente: Infobae