PAMI: Ajuste en medicamentos

Medicamentos. Otro ajuste que recae sobre los jubilados

El Pami puso en marcha una profunda reforma en su esquema de cobertura de medicamentos que, en algunos puntos, perjudica a muchos afiliados.

Otro ajuste que recae sobre los jubilados
Hay cambios recientes en las coberturas de medicamentos de Pami.

El Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, más conocido como Pami, puso en marcha una profunda reforma en su esquema de cobertura de medicamentos, que en principio perjudica a la mayoría de sus afiliados.

Aproximadamente 1.100 fármacos a partir de este mes tendrán una cobertura eventual porque se los considerará de venta libre. En consecuencia, Pami los califica como no esenciales para el tratamiento prolongado de enfermedades y deja de cubrirlos al 100%.

Estamos hablando, por ejemplo, de complejos vitamínicos y de calcio, antibióticos, corticoides, analgésicos, antiinflamatorios y antiparasitarios. En no pocos casos, se trata de drogas que tienen una alta rotación comercial. Hasta el mes pasado, estaban cubiertos al 100%, pero desde ahora los afiliados tendrán que abonar un porcentaje significativo.

Laura González

Una de las justificaciones que dio el Pami es que muchas personas “tienen una farmacia en su casa y toman los medicamentos de una manera muy irregular, lo que no es bueno ni conveniente para su salud”.

El razonamiento puede ser correcto, pero no su uso. Si una persona, cualquiera sea su edad y condición, ingiere una medicación de manera irregular perjudica el tratamiento y, por tanto, atenta contra su salud. Pero no por ello se le debe retirar la cobertura preexistente en la compra de la medicación, sino ayudar a comprender que se debe cumplir con las indicaciones del médico.

Otra justificación establece una diferenciación entre patologías para privilegiar aquellas que pasan a ser prioritarias. Es que al mismo tiempo que a los productos mencionados se les redujo el descuento, el nuevo vademécum de Pami ahora contiene medicamentos utilizados para el tratamiento del cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, por ejemplo, con una cobertura del 100%.

¿Pueden los jubilados comprender y avalar esta discriminación? Los medicamentos para tratar un cáncer suelen ser muy caros, es verdad, pero convengamos que la mayoría de los más de cinco millones de afiliados al Pami pueden tener necesidades médicas más vinculadas con la estructura ósea o los protectores gástricos.

En cualquier caso, es claro que el organismo no está ampliando los beneficios que brinda a los jubilados, sino que está sustituyendo unos por otros.

Finalmente, aquellos jubilados que no puedan adquirir su medicación por cuestiones económicas deberán iniciar un trámite en las oficinas de Pami presentando la receta y la historia clínica que justifique el tratamiento, con el correspondiente dictamen médico. Se evaluará cada caso particular y oportunamente se decidirá si se le vuelve a otorgar el beneficio.

El trámite –aunque parece razonable, por ciertos abusos que se detectaron en afiliados que adquieren medicamentos para familiares y amigos– es engorroso y largo. El afiliado tiene que ir primero a ver a su médico, este tiene que llenar un formulario y acompañarlo con una copia de la historia clínica, y luego el jubilado tiene que presentar la documentación a Pami, que se tomará un tiempo para evaluar si le devuelve la cobertura del 100% y por qué lapso.

Como sabemos, todo esto ocurre en medio de una fuerte licuación de las jubilaciones y de una inflación que no cede. Mes a mes, los medicamentos aumentan y el poder adquisitivo de los jubilados disminuye. El nuevo esquema de Pami representa un nuevo ajuste sobre los ya empobrecidos jubilados.

Fuente: La Voz