Nuestra historia

Louis Pasteur


(1822-1895)

Autor: Alejandro Jasinski

Cumplidos los 18 años, pocos podrían creer que Louis Pasteur, nacido en Dôle, Francia, en 1822, llegaría a ser el fundador de la microbiología moderna y daría grandes inventos a la humanidad, como la práctica de la vacunación preventiva y la esterilización.

Proveniente de una familia ajena a la medicina, fue recién tras terminar sus estudios básicos que comenzaría una imparable carrera como docente e investigador. A los 23 años, alcanzó la licenciatura en Ciencias en la Escuela Normal Superior de París y, dos años más tarde, el doctorado. Siendo profesor de química en la Universidad de Estrasburgo, se casó a los 27 años con la hija del rector, con quien tuvo cinco hijos, de los cuales sólo dos superaron la infancia.

En 1854, a los 32 años, ya era decano y profesor de química de la Facultad de Ciencias de Lille, donde impulsó una novedosa iniciativa, al promover cursos nocturnos para jóvenes trabajadores. La investigación universitaria y la producción fabril constituían, para él, un universo inseparable, contribuyendo en los procesos de producción de textiles, alimentos y bebidas.

Poco tiempo después, fue convocado como director de Estudios Científicos en la Escuela Normal Superior de París, y continuó con sus investigaciones sobre fermentación y ácidos lácticos. A pesar de un derrame cerebral que le paralizó medio cuerpo, Pasteur avanzó con los descubrimientos de remedios para distintas infecciones y estableció los principios básicos de la esterilización. Justamente, este proceso de aniquilación de microbios en líquidos le fue reconocido en la misma denominación: pasteurización.

Con posterioridad, en 1881, descubrió -en razón del experimento de un científico inglés- que una enfermedad muy grave podía prevenirse inyectando en el ser vivo un virus similar de menor intensidad. Daba así el nacimiento a los sistemas de vacunación que constituyeron uno de los mayores logros de la humanidad.

En 1884, lograría aplicar esta invención a la cura de la rabia, que le dio fama universal. En junio de 1887, el gobierno francés creó por decreto el instituto que llevaría su nombre, del cual saldrían luego ocho premios Nobel y descubrimientos tan relevantes como, en 1983, el virus del sida. A pesar de sus logros, no le faltaron a Pasteur los críticos, que afirmaron que sus teorías eran “ficción ridícula” o, aun más, lo retaron a duelo. Pasteur murió en St. Cloud, Francia, el 28 de septiembre de 1895.

Fuente: el historiador