Caputo ante la desesperación de los jubilados: “sólo el 11% es pobre”

Luego de ajustar las jubilaciones y pensiones, el gobierno recortó en Pami el acceso de medicamentos a miles de jubilados. Caputo defendió la medida argumentando que “sólo el 11% es pobre”. La declaración no solo carga de insensibilidad por la situación de los adultos mayores, sino que es una mentira. Las cifras del Indec indican que el 30% de los jubilados son pobres y se agravó con Milei.

Julio Pérez

Este jueves el ministro de Economía, Luis Caputo, mostró no saber cuál es la magnitud real de la pobreza en Argentina desconociendo la situación de los jubilados. Desde Uruguay, donde participaba de la cumbre del Mercosur, defendió ante la prensa la medida de recorte de medicamentos en Pami argumentando que “sólo el 11% de los jubilados son pobres”. Una cifra que es de casi un tercio de la que informó el Indec para el primer semestre.

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Según informó el Instituto de Estadísticas y Censos (Indec) el 29,7% de los adultos mayores de 65 años no alcanzan a cubrir el costo de la canasta básica. Mientras el 4% se encuentra en la indigencia, es decir, que no alcanza a cubrir sus necesidades alimentarias.

Un informe de la UCA en base a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec indica que la población mayor de 65 años o más fue la que más se empobreció en el primer semestre de 2024. Desde enero a julio de 2024, 701.750 adultos mayores pasaron a ser pobres con el nuevo gobierno, engrosando el total de 1.694.523 jubilados que no llegan a cubrir actualmente la canasta básica, según informó la UCA.

Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad, calcula en forma semestral la canasta básica para un jubilado con items que no toma en cuenta el Indec. Según la última actualización de esa cifra, que publicó para el 1ero de octubre, una persona jubilada necesita 912.584 pesos por mes para cubrir todos sus gastos de vivienda, alimentos, transporte, servicios, medicamentos, limpieza, vestimenta y recreación.

Según el último Boletín Estadístico de la Seguridad Social (BESS) que publicó el Ministerio de Capital Humano con datos de septiembre, el 90% de los jubilados del SIPA (excluyendo las cajas jubilatorias particulares) perciben un haber inferior a la canasta básica (para no ser pobre) calculada por la Defensoría de la Tercera Edad.

Bono congelado y jubilaciones de hambre

El Gobierno confirmó que en diciembre volverán a cobrar el bono de hasta $70.000, que se mantiene congelado desde marzo, un total de 5 millones de jubilados y pensionados. Podrán acceder aquellos que perciban menos de $329.599. Según el informe que presentó el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos ante el senado la semana pasada, estos jubilados representan el 67% del total.

La jubilación mínima tendrá un incremento del 2,69% con respecto a noviembre de acuerdo a la fórmula de movilidad. Pero al mantenerse congelado el bono de hasta $70.000, el aumento real final será más bajo; entre el 1,9% y el 2,1%.

Pero este ajuste no nace ahora, desde 2015, entre Macri, Alberto y Milei, recortaron el poder de compra de las jubilaciones un 52%, es decir, en menos de 10 años los jubilados perdieron la mitad de su poder adquisitivo. En tanto que para los de la mínima con bono la pérdida fue del 32%.

Según un cálculo del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal), el ingreso promedio anual de un jubilado que cobra la mínima, este año 2024 finalizaría con una pérdida real del 15%. Respecto al año 2017, la pérdida sería del 29%. En ese sentido, el ingreso promedio mensual de 2017 hoy sería equivalente a $450.000.

“Un jubilado que no cobra bonos perdería entre los años 2017 y 2024 el equivalente a 19,4 haberes de 2017. En pesos de diciembre de 2024, la pérdida acumulada de alguien que cobra 3 veces el haber mínimo sería de $26.000.000. Como referencia, la pérdida acumulada de un haber mínimo es de $8.700.00”, dice el Informe del IARAF.

Elegir entre comer o comprar medicamentos

La Defensoría de la Tercera Edad, aseguró que entre el 80% y el 90% de los adultos mayores sufren de hipertensión y problemas de colesterol, pero sus jubilaciones les impiden acceder a los alimentos necesarios para cuidar su salud.

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Al actual recorte de la cobertura total se le suman 2 recortes previos. En primer lugar eliminaron mas de 44 medicamentos de cobertura gratuita, muchos de ellos analgésicos como la morfina o el tramadol, que se utilizan en tratamientos oncológicos y pacientes que sufren de dolores crónicos de alta intensidad. Luego en junio se le suman otros 11 medicamentos que dejaron de tener cobertura, muchos de ellos gástricos como el omeprazol que pasaron a venta libre en favor de las grandes farmacéuticas que vienen ganando millones. Otros fueron las cremas hidratantes corporales, altamente demandadas por pacientes diabéticos.

Por otro lado, dieron vía libre a las farmacéuticas que aumentaron sus medicamentos (+194%) muy por encima de la inflación. Algunos de los más consumidos por la tercera edad (muchos de ellos para la hipertensión):

Robarle a los jubilados para darle al FMI

Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) en el acumulado de los primeros nueve meses del año, de cada $100 recortados en el gasto público, $25 fue a jubilaciones, que tuvo el mayor ajuste. Es decir, que los distintos superávits tan festejados por Caputo y Milei – y exigidos por el FMI – fueron gracias al recorte a los jubilados.

Para el año que viene, el Gobierno había diseñado un presupuesto donde la partida destinada a jubilaciones y pensiones caía un 8,7% respecto a 2023 y 1% respecto a 2024 (inflación Banco Central), consolidando así el ajuste de los últimos años en estas partidas. Éstos días el vocero del Presidente comunicó que el presupuesto no será tratado, por lo cuál las partidas quedarán a discrecionalidad del ejecutivo.

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También para marzo del año que viene vence el plazo de la moratoria de la Ley 27.705, que permitió jubilarse al 85% de las altas que se dieron en 2023. El director de ANSES ya confirmó que no van a prorrogar la moratoria con la que acceden a la jubilación un 80% de las personas.

En la Ley Bases quisieron eliminar la moratoria previsional y no pudieron por el rechazo popular. Y en su lugar quisieron implementar una “prestación proporcional” que aumenta el mínimo de edad jubilatoria para mujeres a 65 años como hicieron con la PUAM (que cobran el 80% del haber mínimo que cobran los jubilados).

El proyecto del gran capital que expresa Milei es en definitiva el de minimizar lo más posible lo que el trabajador percibe cuando se logra jubilar y convertir todo rincón en una fuente de negocios. Este ajuste no es sólo para pagar la deuda, sino que se inscribe en una perspectiva de subir la edad jubilatoria y volver al sistema de capitalización con fondos de pensión privados que defiende Milei, a la par de mantener jubilaciones de indigencia.

Mientras el Gobierno dice que no hay plata, se desfinancia la seguridad social: incentivando el trabajo informal, la precarización, la estafa del monotributo, y la falta de fiscalización. También con los permanentes mecanismos para rebajar contribuciones patronales con la excusa falsa de generar empleo.

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Desde el Frente de Izquierda se han presentado diferentes proyectos para que ninguna jubilada, ni ningún jubilado perciba menos que el equivalente a la Canasta de los Jubilados y otorgar el 82 % móvil del mejor salario en actividad.

Pero, ¿no hay plata como dice el presidente? Si se restituyen las contribuciones patronales al 33 % vigente antes de la reforma menemista impulsada por Domingo Cavallo, si se eliminan todo tipo de exenciones a las contribuciones patronales, si se terminan con todo el resto de beneficios y rebajas impositivas al gran capital y se deja de pagar la fraudulenta deuda a los especuladores financieros, la plata está.