Las caminatas aumentan las emociones positivas
Una intervención simple y de bajo costo que puede mejorar la salud del cerebro.
A un hábito de por sí saludable como lo son las caminatas, añadirle una cuota de asombro puede incrementar el nivel de bienestar, ya que es una forma sencilla de impulsar emociones saludables como la compasión y la gratitud, según un nuevo estudio realizado por investigadores del Centro de Memoria y Envejecimiento (MAC) de la Universidad de California San Francisco y el Instituto de Salud Cerebral Global (GBHI).
En el estudio, publicado en la revista Emotion, los adultos mayores que realizaron «caminatas asombrosas» semanales de 15 minutos durante ocho semanas informaron un aumento de las emociones positivas y menos angustia en su vida diaria.
«Las emociones negativas, en particular la soledad, tienen efectos negativos bien documentados en la salud de los adultos mayores, en particular los mayores de 75 años», afirmó Virginia Sturm, profesora asociada de neurología y de psiquiatría y ciencias del comportamiento en el Instituto Weill de Neurociencias de la UCSF. «Lo que mostramos aquí es que una intervención muy simple, esencialmente un recordatorio para cambiar ocasionalmente nuestra energía y atención hacia afuera en lugar de hacia adentro, puede conducir a mejoras significativas en el bienestar emocional».
Sturm dirige el laboratorio de Neurociencia Clínica Afectiva (CAN) en la UCSF, donde su equipo estudia cómo las enfermedades neurodegenerativas afectan los sistemas emocionales del cerebro.
La nueva investigación se inspiró en una convocatoria del GBHI para propuestas de investigación para identificar intervenciones simples y de bajo costo para mejorar la salud del cerebro. Para encarar la búsqueda, la investigadora se asoció con el psicólogo de la Universidad de California en Berkeley, Dacher Keltner, experto en emociones.
«El asombro es una emoción positiva provocada por la conciencia de algo mucho más grande que uno mismo y no comprensible de inmediato, como la naturaleza, el arte, la música o estar atrapado en un acto colectivo como una ceremonia, concierto o marcha política», dijo Keltner. «Experimentar el asombro puede contribuir a una serie de beneficios que incluyen un mejor sentido del tiempo y una mayor sensación de generosidad, bienestar y humildad».
Una intervención simple, con beneficios
Los investigadores reclutaron a 52 adultos mayores sanos del Estudio de Envejecimiento Saludable Hilblom de larga duración del MAC, dirigido por el coautor del estudio Joel Kramer, profesor de neurología y director del programa de Neuropsicología. Le pidieron a cada uno de los voluntarios que hiciera al menos una caminata de 15 minutos cada semana durante ocho semanas. A la mitad de ellos, los investigadores les describieron la emoción del asombro y sugirieron intentar experimentar esa emoción durante sus caminatas.
Los participantes completaron breves encuestas después de cada caminata, en las que detallaron las características de la caminata y las emociones que habían experimentado. Estas encuestas mostraron que las personas en el «grupo de asombro» informaron una experiencia cada vez mayor de asombro en sus caminatas a medida que avanzaba el estudio, lo que sugiere algún beneficio de la práctica.
Las respuestas a las preguntas abiertas de la encuesta reflejaron la creciente sensación de asombro y aprecio de los participantes por los detalles del mundo que los rodea. Por ejemplo, un participante reflexionó sobre «los hermosos colores del otoño y la ausencia de ellos en medio del bosque siempre verde … cómo las hojas ya no estaban crujientes bajo los pies debido a la lluvia y cómo la caminata ahora era más esponjosa … la maravilla que un niño pequeño siente mientras explora su mundo en expansión».
Por el contrario, los participantes del grupo de caminata de control tendieron a estar más enfocados hacia adentro. Por ejemplo: «Pensé en nuestras vacaciones y en todas las cosas que tenía que hacer antes de irnos». Otro reflexionó sobre «qué hermoso día era y que luego iba a ir a ver a mi bisnieta».
Los investigadores también pidieron a los participantes que se tomaran selfies al principio, a la mitad y al final de cada caminata. El análisis de estas fotos reveló un cambio paralelo y visible en la forma en que los participantes se representaban a sí mismos: las personas en el grupo de asombro se hicieron cada vez más pequeñas en sus fotos durante el transcurso del estudio, dejando más espacio a los paisajes a su alrededor. Al mismo tiempo, las sonrisas en los rostros de los participantes se volvieron considerablemente más intensas.
«Una de las características clave del asombro es que promueve lo que llamamos ‘yo pequeño’, un sentido saludable de la proporción entre uno mismo y la imagen más amplia del mundo que lo rodea», explicó Sturm. «¡Nunca esperé que pudiéramos documentar la capacidad de asombro para crear un pequeño yo emocionalmente saludable literalmente en cámara!», afirmó.
Los investigadores también enviaron encuestas diarias a los participantes durante el estudio de ocho semanas para evaluar su estado emocional día a día. Las respuestas revelaron que aquellos en el grupo de asombro experimentaron aumentos significativos en su experiencia diaria de emociones prosociales positivas como la compasión y la gratitud a lo largo del estudio.
Los participantes en el grupo de control realizaron caminatas más frecuentes durante la experiencia, quizás porque algunos sospechaban que el estudio estaba enfocado en el ejercicio. Sin embargo, esto no resultó en cambios significativos en el bienestar emocional o en la composición de sus selfies, lo que sugiere que los resultados obtenidos en el otro grupo se debieron en realidad a la experiencia de asombro, y no solo al tiempo dedicado a hacer ejercicio al aire libre.
Los efectos que observaron los investigadores fueron relativamente moderados pero fáciles de obtener y se hicieron más fuertes con el tiempo, lo que sugiere que los beneficios podrían ir en aumento con una práctica más prolongada.
«Me parece notable que la intervención más simple del mundo (solo una conversación de tres minutos al comienzo del estudio que sugirió a los participantes practicar el sentimiento de asombro en sus caminatas semanales) pudo generar cambios significativos en su experiencia emocional diaria», afirmó Sturm. «Esto sugiere que promover la experiencia del asombro podría ser una herramienta de muy bajo costo para mejorar la salud emocional de los adultos mayores mediante un simple cambio de mentalidad«.
«Experimentar el asombro es una práctica tan simple, simplemente tomarse un momento para mirar por la ventana o hacer una pausa para considerar las maravillas que nos rodean, y ahora demostramos que puede tener efectos medibles en nuestro bienestar emocional», agregó la investigadora. «Un poco más de alegría y un poco más de conexión con el mundo que nos rodea es algo que todos podríamos buscar en estos días».
Fuente: Clarín