Las Galerías Pacífico
Del Bon Marché Argentino a las Galerías Pacífico, la historia de un edificio que siempre combinó arte y comercio
El edificio que ocupa buena parte de la manzana de Córdoba, Viamonte, Florida y San Martín pasó a llamarse Edificio del Pacífico cuando el ferrocarril BAP (Buenos Aires al Pacífico) se mudó allí en 1908
Fue construido en 1889 para dar cabida allí al Bon Marché Argentino –imitando a las galerías comerciales Au Bon Marché de París–, pero la crisis de 1890 hizo que el proyecto original tuviera que cambiar de rumbo
Bon Marché Argentino, Galería Florida, Galerías del Ferrocarril de Buenos Aires al Pacífico, fueron los nombres de este gran edificio pensado para ser un pasaje de locales comerciales imitando el concepto de la famosa Au Bon Marché de París, pero en espacio semejante a la Gallería Vittorio Emanuele II de Milán. Sin embargo, a raíz de la crisis de 1890 pasó por sucesivas administraciones hasta llegar a ser la sede administrativa del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico y locación de numerosas instituciones culturales, enfrentar un drástico cambio interno y volver a ser, por fin, un pasaje de compras, en formato shopping, sin perder el anclaje cultural del Centro Cultural Borges y, recientemente, el Museo Nacional de Arte Oriental.
El origen francés
Los hermanos Paul y Justin Videau, asociados con el matrimonio Aristide y Marguerite Boucicaut, le encargaron en 1869 al arquitecto francés Louis Auguste Boileau crear de cero un edificio exclusivo para una tienda por departamentos. Los Videau tenían una mercería y los Boucicaut vendían sombreros.
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Así nació en París el concepto de “Grand Magasin”, un comercio de múltiples especialidades regenteado por un solo dueño, planteado en un edificio ad hoc, en la manzana comprendida por las calles Sevres, Babylone, Bac y la Velpeau en el barrio Saint-Germain-des-Prés.
Pese al éxito inmediato, los Videau se retiraron pronto. “Au Bon Marché” pasó a llamarse “Le Bon Marché”. El edificio en el 7e arrondissement de tuvo dimensiones desconocidas para la época y sumó sucesivas ampliaciones y anexos en los que participaron el hijo y el nieto del arquitecto Boileau: Louis-Charles y Louis-Hippolyte Boileau y los ingenieros Armant Moisant y Gustave Eiffel.
El impacto fue tal que el modelo de negocio se expandió por las principales ciudades del mundo y hasta Emile Zola escribirá una novela con los dueños de la gran tienda como protagonistas: El paraíso de las damas.
La empresa pervivió con el mismo nombre 151 años hasta 1989 y hoy pertenece al grupo LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy).
Nace el Bon Marche argentino
A poco de ser concebido, el proyecto tuvo que cambiar, por la crisis de 1890. Las obras, iniciadas en 1888 en terrenos de León Gallardo Esnaola (1841-1892) habían quedado inconclusas. Posteriormente, su viuda Angela Lebrero de Gallardo, acuerda con una sociedad integrada por Francisco Seeber y Emilio Vicente Bunge, entre otros, la continuación de las obras en el sector de Córdoba y Florida. El proyecto original contemplaba construir toda la manzana, pero las dificultades económicas de la época impidieron superar los 8000 m2 cuando se pensaban 11.000.
La idea no era que fuera una sucursal de la firma francesa, sino “a la manera de” ya que el modelo se impuso en todo Occidente.
La elección de los arquitectos no fue casual, la dupla de Emilio Cornelio Agrelo y el parmesano Roland Le Vacher (en algunos textos nombrado como Raoul Levacher) contó con un hándicap insuperable: desde 1868 la hermana del primero, Fanny, era la esposa de Francisco Seeber, padre de sus diez hijos. Otras obras icónicas de la ciudad llevaron su firma, las Caballerizas presidenciales de Alem 859, actual Mercado de Los Carruajes, la modificación y finalización de la sede del Jockey Club de Florida 559, iniciado por el arquitecto Manuel Turner y parte de la Fábrica de Bagley en Barracas.
Los planos de Agrelo muestran grandes cúpulas que nunca pasaron de ser estructuras metálicas. El museólogo Pablo Chiesa, del equipo de restauración del Congreso Nacional, señala “la gran cúpula de hierro se llegó a levantar, al igual que el resto de las cubiertas de los cuatro pasajes. Se estima que se mantuvieron hasta la década de 1910. En las fotografías de época se destaca su silueta por sobre el horizonte de Buenos Aires”.
El investigador Daniel La Moglie también puntualiza “muchos textos reproducen dos hechos apócrifos sobre las Galerías: no fue la sucursal argentina del Bon Marché francés, ni fue una estación de tren”.
La transformación
A partir de 1897, pasó a llamarse Galería Florida. El 18 de agosto de ese año, el sueño de la galería cerrada por cúpulas terminó y parte de sus accionistas, junto a nuevos inversores crearon esta nueva sociedad anónima con 2 millones de pesos en 5000 acciones preferidas y 15.000 ordinarias.
Estaba integrada por Franz Mallmann, Rodolfo Heimendahl, Cayetano Gandolfi, Enrique Allchurch, Emilio Noceti, Martin Gittar, F. Steppuhn, Francisco Cayol, José Toso, Francisco Seeber y Sofia Taut de Seeber, su madre. Pidieron un empréstito de 60.000 libras esterlinas a la empresa londinense Ruffer and Sons.
El 16 de julio de 1895 se fundó el Museo de Bellas Artes, que abrió sus puertas el 25 de diciembre de 1896, bajo la dirección del pintor y crítico de arte Eduardo Schiaffino. Tanto el museo como la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes funcionaron en el Pasaje.
No fue la única asociación cultural. También tuvieron su sede allí la entidad literaria El Ateneo, entre 1895 y 1902 (en el primer piso); la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, entre 1895 y ca. 1909 (su escuela de bellas artes se nacionalizó como Academia Nacional de Bellas Artes en 1905) y la Colmena Artística, entre 1895 y 1897 (en el segundo piso).
La Sociedad de Estímulo de las Artes, se transformó en mecenas de varios artistas sin recursos, como el escultor Pedro Zonza Briano. Ernesto de la Cárcova, Ángel Della Valle, Reinaldo Giudici y Eduardo Sívori hacían docencia en sus aulas. La política y la polémica no faltaban. En 1904, el escritor Pedro Bonifacio Palacios –Almafuerte– encabeza un mitin en apoyo de la candidatura presidencial de Marco Avellaneda.
Los intelectuales discutían acaloradamente sobre la idea de un arte nacional o simplemente copiar las técnicas y temáticas extranjeras, a escasos 70 metros se hallaba la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires, otra obra proyectada por Agrelo como residencia particular, que hoy alberga a Rectorado de la UBA. En 1910, el Museo de Bellas Artes se traslada al Pabellón Argentino que había llegado de Francia.
El dominio inglés
Hacia 1908 se instalaron las oficinas del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, que compraron una parte y le dieron su nombre al edificio. Fundada por un empresario chileno e inscripta en Londres, la empresa fue adquiriendo ramales y absorbiendo compañías como Ferrocarril Villa María a Rufino y Ferrocarril Gran Oeste Argentino. Su misión era conectar los puertos de Buenos Aires en el océano Atlántico y el puerto de Valparaíso en el océano Pacífico.
En 1910, Sir Guy Spencer Calthrop, primer Baronet, de gran experiencia en la Caledonian Railway Company dejó Gran Bretaña para convertirse en director general de Buenos Aires and Pacific Railway.
El sucesor de Caltrhop, Harry Usher, fundó la Guatraché Land Co Ltd con el mismo modelo: ferrocarril, urbanización con el germen de un centro cívico compuesto una estación con estafeta postal con telégrafo o apeadero, iglesia, almacén de ramos general, un gran depósito, colegio, comisaria, molino y algunas casas y a lotear para poblar.
El tren fue fundamental para desarrollar San Juan y Mendoza, acortando los tiempos de otras compañías. Las empresas fundaban colonias con extranjeros, poblando el país.
Los británicos permanecieron así cuatro décadas décadas, hasta la nacionalización de los FFCC dispuesta por Juan Domingo Perón el 1º de marzo de 1948, quien la rebautizó Línea General San Martín.
El Mapa interactivo de Buenos Aires de 1940 muestra a las claras cómo era la intención original de ocupar toda la manzana, pero la esquina de Florida y Viamonte ya tiene otras construcciones que no respetan el trazado del pasaje en cruz, así como la del Hotel Phoenix, en avenida Córdoba y San Martín, cuya autoría por Agrelo y Levacher aún se discute entre los investigadores.
La reforma de Aslan y Ezcurra
En 1945 los arquitectos Jorge Aslan y Héctor Ezcurra, creadores entra otras obras del Estadio Monumental de River, separaron las oficinas de los locales comerciales. El Taller de Arte Mural intervino la cúpula y las lunetas del edificio, con obras de los mayores exponentes de la pintura y el muralismo de la época: Antonio Berni, Lino Spilimbergo, Juan Carlos Castagnino, Demetrio Urruchúa y Manuel Colmeiro. Así surgió la bóveda de paneles policromáticos que deslumbra a visitantes y turistas y hoy se multiplica en instagram.
El efecto del desnivel genera que las escaleras formen una suerte de palco para admirar las obras, ya que no es común que un edificio tenga bóvedas a una altura asequible para apreciarlas.
Camino al presente
En 1981 se realizó una muestra de planos y grabados originales del arquitecto Agrelo, algunos de ellos, gentileza de Juan José Agrelo Reinoso Aberastury, bisnieto de Agrelo, que ilustran esta crónica.
La declaratoria de Monumento Histórico Nacional llegó a las Galerías en 1989, a través del decreto 929 de ese año. El gobierno del presidente Menem lo concesionó a 30 años con el nombre de Galerías Pacífico S.A. y el 18 de mayo de 1992 el espacio abrió al mejor estilo de los malls estadounidenses, a cargo del desarrollador Mario Falak y propiedad del Grupo Sutton Dabbah, tras una remodelación a cargo del estudio arquitectónico de Juan Carlos López y Asoc.
El Centro Cultural Borges fue inaugurado en 1995, con 10.000 m2 dedicados a exposiciones, espectáculos, seminarios, conferencias, talleres y todo tipo de eventos, muchos de ellos de notable impacto en el ambiente cultural porteño.
Uno de los grupos económicos más grandes de la Argentina, IRSA, Inversiones y Representaciones Sociedad Anónima, fundada en 1943 y controlante de la mayoría de los shoppings, compró el inmueble en 1996, pero los derechos de explotación siguieron en manos de Falak, hasta que IRSA también los compró en el año 2000, junto con el 50% de la explotación del hotel Llao Llao.
El 7 de diciembre de 2022, en el segundo piso del centro, se abrió el Museo de Arte Oriental, que no encontraba su espacio en el Museo Nacional de Arte Decorativo.
Desde su concepción en el siglo XIX, estas galerías conservan el privilegio de seguir cumpliendo la primitiva función por la cual fueron erigidos, comercio y cultura.
Fuente: La Nación Diario