Cómo hacer nuevos amigos de adultos
Una guía de habilidades sociales útiles
Se necesita tiempo y práctica para perfeccionarse en la interacción con otras personas. Algunos consejos de los psicólogos para hacerlo más fácil
Por: Eric Ravenscraft
Aprender habilidades sociales va más allá de la teoría; se trata de práctica y exposición (Getty Images)
A diferencia de materias como las matemáticas o las ciencias, las habilidades sociales dependen más de un aprendizaje práctico. Cuando eres niño puedes aprender a manejar los conflictos, hacer amigos y desenvolverte en grupo simplemente haciéndolo. Pero no todos aprenden las mismas lecciones de la misma manera. A veces, se requiere de toda una vida para perfeccionarlas y muchos jamás las dominamos.
Aprender habilidades sociales puede ser difícil cuando no has estado expuesto a las dinámicas grupales tradicionales de niño, si lidias con un padecimiento mental como la ansiedad o la depresión o incluso si no tuviste muchos ejemplos positivos al crecer. Los jóvenes aprenden cómo manejar sus propias emociones, reconocer las de otras personas y gestionar ambas de manera eficaz, mediante la socialización. Si no desarrollaste estas habilidades en tu crianza, no te preocupes. No estás solo.
Los cimientos sociales: la inteligencia emocional Antes de hablar de situaciones sociales específicas, es útil analizar el concepto de la inteligencia emocional (o IE). Dicho de manera muy sencilla, la IE es tu capacidad de reconocer tus propias emociones, así como las de otras personas, y usar esa información para guiar tu comportamiento. Esta es un área de estudios relativamente nueva en el campo de la psicología, y desarrollar tu propia IE puede ayudarte a entender y mejorar tus interacciones sociales. Hay varios modelos de inteligencia emocional, pero para el objetivo de esta guía, tomaremos en cuenta el trabajo del autor Daniel Goleman. Según él, hay cinco categorías generales de IE que se complementan y se respaldan.
- La autoconciencia: esto significa que eres capaz de identificar tus propias emociones y la manera en que funcionan. ¿Los entornos ruidosos te generan ansiedad? ¿Te enojas cuando la gente te corta la palabra? Si reconoces estas cosas, entonces estás practicando la autoconciencia. Puede ser más difícil de lo que parece, pero solo se necesita estar consciente de ti mismo para lograrlo.
Hablar con un extraño por primera vez —ya sea en una fiesta, en un evento del trabajo o simplemente en la calle— puede ser complicado (NYT)
- La autorregulación: el siguiente paso es la autorregulación, que no solo depende de tu capacidad de conocer tus emociones, sino de manejarlas. A veces eso implica controlarlas cuando surgen. Si te enojas, es importante saber cómo calmarte. Sin embargo, también puede tratarse de manejar las emociones que enfrentarás. Si sabes que espiar a tu ex en Facebook solo te hará sentir mal, la autorregulación te ayudaría a hacer algo para mejorar tu vida en vez de repetir ese comportamiento.
- La motivación: los factores externos como el dinero, el estatus o el dolor son motivadores poderosos. Sin embargo, en el modelo de Goleman, la motivación interna es un componente clave. Esto implica saber cómo manejar tu propia motivación y crear o continuar proyectos porque así lo decides, no porque algo externo te lo exige.
- La empatía: es igual de importante estar consciente de las emociones de los demás. Esto podría significar el desarrollo de las habilidades para reconocer la manera en que se expresa la gente (¿puedes detectar la diferencia entre alguien que se siente cómodo y una persona que está ansiosa?), pero también significa entender cómo podrían responder otras personas a las circunstancias que atraviesan.
- La socialización: Esta área se trata de tu capacidad de dirigir tus relaciones y navegar situaciones sociales. No significa controlar a los demás, sino entender cómo llegar al punto que deseas con otras personas. Eso podría implicar expresarles tus ideas a tus colegas de trabajo, gestionar un equipo o lidiar con un conflicto en una relación.
Todas las situaciones sociales son distintas y no siempre hay una manera “correcta” de manejarlas. Sin embargo, cuando lo ves a través de la óptica de estas habilidades esenciales, la mayoría de las situaciones sociales se vuelven mucho más manejables. Ahora veremos algunos episodios comunes que pueden ser difíciles de manejar, incluso para los adultos. Ten en cuenta que estos principios pueden aplicarse en todo tipo de contextos.
Hacer amigos en la adultez exige motivación interna y la búsqueda activa de oportunidades (Imagen ilustrativa Infobae)
Enfrentar a alguien de manera constructiva
Confrontar a alguien cuando tienes un problema puede ser aterrador. Si eres de los que evitan los conflictos, quizá lo racionalices diciendo que quieres mantener la paz o que no quieres molestar a nadie. No obstante, esa puede ser una manera de evadir tus propios sentimientos. Si nada te molestara, no habría por qué enfrentar a nadie en primer lugar.
Ryan Howes, psicólogo clínico, explicó en Psychology Today que nuestros propios miedos evitan que enfrentemos a los demás: nuestro temor de perder algo que tenemos, de lastimar a alguien que nos importa o de que la situación nos dolerá pero no lograremos nada. “Uno de los primeros pasos para enfrentar a alguien de manera constructiva es reconocer ese miedo” e identificar los problemas reales que ocasionaron ese conflicto en primer lugar. Por ejemplo, si te molesta que tu pareja haya olvidado tu cumpleaños, ignorar tus sentimientos no resolverá el problema.
Cuando estés listo, Gregg Walker, profesor de la Universidad Estatal de Oregon, recomienda tener una conversación al respecto cuando haya tiempo de hablar sobre el tema, enfocándote en frases en primera persona como esta: “Me hirió que no hiciéramos nada en mi cumpleaños” y en describir tu comportamiento y tus reacciones, en vez de señalar a la otra persona. Los enfrentamientos saludables requieren una buena medida de conciencia sobre tus propias emociones, así que esta es una buena situación para practicar esa habilidad.
©The New York Times 2024