¿Qué hacer cuando una persona no se deja cuidar?
¿Tu padre mayor o abuelo o hermano no acepta la ayuda de buen grado? Es una situación normal, que se puede solventar si se dispone de la información oportuna, sabemos de varias recomendaciones que pueden ayudar a mitigar el problema de tener un familiar que no se deja cuidar.
¿Es habitual el que mis mayores no se dejen cuidar?
Es más habitual de lo que imaginamos el que nuestros mayores no se dejen cuidar. La gente no suele tratar este tema por guardar la privacidad y discreción de su núcleo familiar, pero es una situación que se repite con mucha frecuencia.
¿Cuáles serían los casos más habituales en que un mayor no se deja cuidar?
Los ejemplos son muy variados. Podríamos referirnos a la negativa del mayor a ser cuidado en caso de contratarse una persona para preparar la comida y ayudarle con las curas, o casos extremos en que el mayor no acepta siquiera una mera compañía. Hay situaciones que son sobrevenidas, que son la minoría, y situaciones que son claras desde un primer momento.
”Es más habitual de lo que imaginamos
Una conversación podría ser algo parecido a: – Mami estoy pensando en contratar a alguien para que te ayude con la casa y te acompañe al parque – a lo que la madre de 90 años responde – Pues no me hace falta, yo estoy estupenda y no necesito ni ayuda ni compañía.
¿Qué hago si he detectado que mi mayor no se deja cuidar?
El primer consejo es: no pasa nada. Todo tiene solución y no es necesario angustiarse. En muchas ocasiones los familiares nos agobiamos y terminamos por transmitírselo a nuestros mayores. No debemos obviar que los mayores sufren al verse dependientes, ellos son los primeros afectados de sus dolencias, y aunque intenten disimularlas les entristece el estar así. Dicho esto, hay que buscar solución, pasando por lograr una aceptación de esta nueva situación entre el mayor y el familiar.
¿Qué pasos debo seguir si mi mayor no se deja cuidar?
Partamos de que cada persona es diferente y por tanto no existen unos consejos comunes a todos los casos, pero sí unas directrices que pueden ayudar. Estas directrices van encaminadas a “¿Qué podemos hacer para que nuestros mayores que no se dejan cuidar terminen por aceptar esos cuidados?”. Nuestro papel debe ser activo, nunca pasivo en esta búsqueda de soluciones. Las directrices serían:
1. Comprendamos el porqué de no dejarse cuidar
Ante un problema, en muchas ocasiones no nos planteamos el porqué la persona afectada reacciona de esa manera. Cuando son temas de familia, y más de familiares mayores, esto es aún más frecuente. Por ello es bueno ponerse en el lugar de nuestro mayor y preguntarse por qué no quiere que nadie le cuide, por qué está agresivo y da la impresión de estar estresado nuestro mayor.
Cuando un mayor acepta ayuda externa reconoce su dependencia y falta de autonomía. Nos han educado para ser independientes, el reconocer nuestra falta de autonomía es algo que lleva un tiempo asimilar. Más aún si es un padre o una madre. El papel del padre y de la madre es cuidar a sus hijos, protegerlos, atenderlos… y no es sencillo el reconocer que el papel de padre o madre o esposo ya no se puede desempeñar.
Llegado este momento en que el mayor necesita ser cuidado, es bueno hacerle partícipe de lo que ocurrirá en los próximos meses. Es importante hacerle entender que el hacerse mayor implica una notable pérdida de autonomía, pero que no por ello se le va a querer menos.
Si se logra convencerle de que es un proceso lógico en la vida, las reticencias serán menores a aceptar ayuda. Es un proceso que lleva tiempo, altas dosis de paciencia, mucha comprensión y mucho afecto.26 diciembre, 2018 in Cuidadores
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2. Convencer a nuestro mayor de que debe dejarse cuidar.
Una vez se logra mantener una línea de comunicación fluida y ausente de conflictos sobre la necesidad de dejarse cuidar, se puede abordar el tema desde un punto de vista más persuasivo.
Es bueno el familiar se informe de los diferentes servicios que ofrece el mercado de los cuidados y cuál se ajusta mejor a lo que necesita la persona dependiente.
Una vez se decide abordar el tema de los cuidados con el mayor, es recomendable plantearlo de una forma natural. Es aconsejable hacerle ver que en su entorno hay gente que usa estos servicios de forma habitual.
Hay que diferenciar entre convencer e imponer. No debemos olvidar que el mayor tiene derecho a opinar sobre su vida y por tanto es bueno mantener una escucha activa en todo momento. En estas situaciones el papel de los familiares es guiarle y ayudarle a tomar una decisión que asegure su salud, calidad de vida y bienestar.
3. ¿Cuál es la mejor opción una vez acepta el que debe dejarse cuidar?
En un primer momento es siempre mejor introducir los cambios de forma gradual. Para comenzar, lo más recomendable es siempre evitar el traslado a una residencia, ya que esto saca al mayor de su zona de confort y éste mostrará más reticencias a dejarse cuidar.
Lo mejor es contar con ayuda de una persona externa, si un familiar no lo puede hacer, en las tareas diarias en el domicilio. La opción más gradual y correcta es contar en un primer momento con los servicios de una cuidadora a domicilio durante un par de horas varios días.
El ser cuidado en el domicilio ayuda a que la persona mayor se sienta en un lugar conocido. El permanecer en el hogar ayudará a que la persona mayor perciba que es aún independiente y que controla la situación.
4. ¿Existe ayuda de profesionales si no logro que se deje cuidar?
Claro. En ocasiones nos vemos desbordados en lo emocional y no somos capaces de seguir las directrices anteriores. No pasa nada. Hay psicólogos que trabajan de forma habitual tratando este tipo de situaciones.
Son psicólogos especializados en gerontología que trabajan tanto con personas mayores como con familias. Entienden a ambas partes y son capaces de encontrar puntos en común. Son excelentes profesionales, que median entre esa persona mayor adorable que no se deja cuidar, y ese familiar que está desbordado y ya no sabe qué más hacer.
Hay empresas que ofrecen este servicio, de apoyo familiar. Nosotros, Cuidado mayor, como empresa especializada en cuidado de mayores, lo préstamos. Con nuestro equipo de psicólogos gerontólogos logramos que las partes afectadas entiendan los comportamientos ajenos y logren ponerle solución. El contar con un interlocutor con experiencia, profesional y con vocación por ayudar, es una solución ideal para afrontar una situación que nos angustia.
En Cuidado mayor fomentamos la buena relación entre los más mayores y sus familiares. Creemos que es necesario estrechar lazos y mantener una buena comunicación. Nuestros mediadores ayudan a alcanzar estas metas y a que las familias vuelvan a estar en ese punto de partida en que se sentían cómodos.
Fuente: https://www.cuidadomayor.com/blog/anciano-no-se-deja-cuidar/