Artrosis: la inactividad física aumenta el dolor
La artrosis es una enfermedad que afecta a más del 43% de la población mayor de cuarenta años, aunque no siempre se manifiesta con dolor articular; y es una enfermedad que se produce de forma común por el paso de los años y que se puede ver agravada. Esta patología puede afectar a cualquier articulación, pero las que más la sufren son las rodillas, la cadera y las manos
Pero, a pesar del desgaste en las articulaciones, el ejercicio físico también puede ser saludable para quienes lo padecen, puesto que la inactividad también aumenta el dolor. Esto sí, a la hora de hacer ejercicio, los expertos recomiendan en primer lugar a quienes sufren este proceso degenerativo que reduzcan su peso. Y es que al artrosis se puede agravar con la obesidad, así como con la falta de descanso o la debilidad muscular.
En este sentido, la práctica de ejercicios aeróbicos y de resistencia puede ayudar a estos pacientes a disminuir su peso corporal y a mantener la integridad de los cartílagos (nuestro revestimiento de las superficies óseas. En personas mayores, no es necesario hacer ejercicios de alta intensidad para beneficiarse de la actividad física y si notamos dolor al ejercitarnos debemos consultar con nuestro médico.
Rehabilitación articular
En este sentido, caminar es una actividad excelente para comenzar de forma suave, caminar entre 3 y 7 días por semana de 20 a 60 minutos ya puede mejorar nuestra capacidad aeróbica, ayudarnos a mantener una buena masa muscular y favorecer la rehabilitación articular, entre otros beneficios.
También lo son la natación y los ejercicios acuáticos, puesto que el estado de ingravidez que experimentamos dentro del agua nos hace distender los músculos, al tiempo que nuestras articulaciones se relajan y descomprimen. Todo ello provoca que un alivio del dolor y la inflamación. Además, favorece los movimientos y la reducción de la sobrecarga articular. También se recuerda así la importancia de realizar ejercicio y recomienda la gimnasia acuática como alternativa de bajo impacto en las rodillas.
Por su parte se considera que el ejercicio físico a cualquier edad no solo previene problemas de salud, sino que también mejora algunos de ellos, tan solo es necesario adaptar la intensidad de la actividad de acuerdo con el riesgo individual de cada persona: «Realizar ejercicio, mantenerse en el peso adecuado y acudir al fisioterapeuta si hay dolor o lesión, son algunas de las claves para hacer frente a la artrosis».
Más del 70% de los mayores de 50 años presenta signos radiológicos de artrosis siendo la causa mayor de incapacidad y la cuarta enfermedad que más calidad de vida resta por cada año vivido, según la Organización Mundial de la Salud. En el mundo hay 242 millones de personas que sufren artrosis, y 7 de ellos en España, donde es la primera causa de incapacidad permanente.
Recientes estudios hablan de una mayor frecuencia de artrosis radiológica frente a sintomática, de hecho, se calcula que más del 70% de los mayores de 50 años tienen algún signo de artrosis, según los estudios radiológicos, sea cual sea la localización. Desde el punto de vista epidemiológico, es la enfermedad articular más frecuente y la que causa más discapacidad entre las personas mayores en los países occidentales.
La obesidad, la hipercolesterolemia e hiperglucemia, la actividad laboral o la práctica deportiva son algunos de los factores de riesgo, a los que se suman factores no modificables como el déficit de estrógenos, las enfermedades por depósito de calcio, o las alteraciones en la alineación de extremidades.
Síntomas
El dolor es el síntoma principal de artrosis y suele ser de características mecánicas, es decir, que empeora con ciertos movimientos. Si bien puede ser un dolor intermitente, al principio, se vuelve más persistente conforme avanza la enfermedad, pudiendo derivar en una inflamación crónica y generar una discapacidad.
La rigidez es la característica principal que aparece después de periodos de inactividad; por ejemplo, la rigidez matutina suele oscilar entre los 15 y 30 minutos, y es una característica de artrosis. La disminución de la movilidad, asociada a la inestabilidad y a la limitación de movimientos; así como los crujidos o la tumefacción articular también son frecuentes
Las articulaciones más afectadas son las rodillas, manos, caderas, pequeñas articulaciones de la columna, así como la articulación metatarsofalángica del primer dedo del pie. Mientras que no suele afectar a hombros, codos ni tobillos, salvo en casos de artrosis secundarias por traumatismos u otras enfermedades.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento de la artrosis son fomentar la concienciación de la persona que la padece para que pueda mejorar su estilo de vida mediante la disminución de factores de riesgo; así como aliviar el dolor, mejorar la función articular y retrasar la progresión del daño.
Debido al aumento de pacientes con artrosis, la enfermedad ha crecido más del 70% en dos décadas, para los especialistas en reumatología la clave es poner a la persona en el centro de la enfermedad para que ella misma intente frenar la progresión.
Si bien existen factores de riesgo como la genética (50% de los casos), el sexo (hay un predominio de mujeres) o la edad (a partir de 45 años), hay una serie de factores sobre los que sí podemos incidir, como la obesidad. El sobrepeso corporal aumenta la carga sobre las articulaciones, pudiendo originar cambios en la postura, y provocando un mayor estrés y sufrimiento en las articulaciones. En cambio, la realización de una dieta eficaz que permita en una mujer de mediana altura la pérdida de 5 Kg de peso se asocia con una disminución del 50% en el riesgo de sufrir una artrosis sintomática de rodilla.
También hay estudios científicos que avalan el beneficio de mantener la actividad física, concretamente ejercicios aeróbicos para mejorar la función articular y el sistema circulatorio, y ejercicios isométricos para la musculatura. Además, se recomienda realizar ejercicio suave de forma regular, entre 20 y 30 minutos por sesión, al menos tres días en semana. También aconseja el uso de bastón para evitar riesgo de caídas, y utilizar un calzado adecuado. La aplicación local de calor y frío también puede ser útil para aliviar el dolor.
Fuente: https://www.65ymas.com/salud/ejercicio-fisico-me-conviene-si-tengo-artrosis_22862_102.html