Sexo en la terecera edad
Sin límite: una guía oficial dice que “el orgasmo se alcanza toda la vida” y que “la masturbación puede ser saludable”. El manual Buen vivir del PAMI busca promover la autonomía de los adultos mayores. La opinión de dos sexólogos.
“La masturbación puede ser saludable física y mentalmente” es una frase que podríamos leer en libros de sexología o en redes sociales. Pero esta vez llama la atención porque fue publicada en una guía oficial, creada por el PAMI, y destinada a los adultos mayores.
“La sexualidad es una fuente de placeres a lo largo de toda la vida y la edad por sí misma no supone una barrera para la satisfacción. De hecho, la mayoría de las personas mayores sigue teniendo orgasmos durante el encuentro sexual, que no se limita al coito”, indica el material.
Estos conceptos forman parte de “Buen vivir”, una guía integral que también aborda temas de nutrición, actividad física, consumo de medicamentos y detección de situaciones problemáticas. Incluye 64 páginas escritas en un lenguaje claro, que se pueden descargar gratis en el sitio web del PAMI.
La médica Mónica Roque, secretaria general de Derechos Humanos y Políticas de Cuidado del PAMI, dijo a la agencia Télam que la guía pretende promover la autonomía de la persona mayor y la independencia desde el punto de vista biopsicosocial.
En el apartado destinado a “sexualidad, goce y deseo”, la publicación detalla que el sexo es deseable a cualquier edad. Que el coito no es la única manifestación de la sexualidad. Y que el orgasmo se alcanza a lo largo de toda la vida.
“Uno de los cambios con la edad es la lentificación de los procesos sexuales. Los problemas (falta de deseo, incapacidad para estimularse o dolores) no se explican por la edad sino por enfermedades, medicamentos y discapacidades que pueden disminuir la capacidad y el interés”, dice el manual.
“Haga una consulta médica si se le presenta algún inconveniente”, indica la publicación, que también sugiere usar lubricantes (“para mejorar la satisfacción sexual y cuidar a la mujer”) y preservativos (“ya que las enfermedades de transmisión sexual se producen a cualquier edad”).
Además, brinda recomendaciones para la familia o las personas del entorno, como recordar que no hay edad para enamorarse y tener presente que la sexualidad es parte de la intimidad de cada persona.
Por último, dedica un espacio a la pandemia de coronavirus. “Pasar más tiempo en casa puede ser una oportunidad para reencontrarse con su pareja”, señala. En ese sentido, sugiere apelar a películas y libros. E incluso usar la tecnología o participar en actividades para conocer gente.
“Siempre es tiempo para enamorarse y disfrutar”, cierra el informe que invita a los mayores a explorar cada uno de los sentidos y tener disposición a experiencias de placer. “Tanto el olor, el perfume, el tacto como la vista recrean nuestra posibilidad de goce”, concluye.
Consultado por Clarín, el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, propone desterrar la idea de que a “los viejos” no les interesa el sexo, o que la fisiología sexual queda anulada como consecuencia del envejecimiento.
Es que, si bien el paso de los años trae cambios en los tejidos, los genitales, y la producción de estrógenos o testosterona, el mayor limitante suele estar en la cabeza.
“Las modificaciones hormonales no justifican que muchas personas mayores dejen de tener sexo. En la mayoría, la creencia o el mito de que la madurez puede prescindir del sexo es más influyente que cualquier condicionante orgánico”, alerta Ghedin.
La revolución del viagra
Un estudio publicado en 2007 por el New England Journal of Medicine (NEJOM) reveló que el 73% de los adultos (de 53 a 75 años) había tenido una sexualidad activa en el último año, bajando a un 26% en aquellos de 75 a 85 años. Quienes gozaban de un buen estado de salud tuvieron casi el doble de probabilidades de mantener su actividad en la cama.
En la investigación, la mayoría de los hombres (1 de cada 7) reportaron el uso de citrato de sildenafil o viagra. Mientras que un 43% de mujeres refirió tener disminución del deseo sexual y un 39% sequedad vaginal.
Según Ghedin, la ciencia benefició más a los varones. Dan cuenta de esto el citrato de sildenafil y sus derivados para los problemas en la erección y desde unos años la dapoxetina para la eyaculación precoz. Sin embargo, se avanza para lograr una molécula que ayude a las mujeres, como la droga ospemifeno que fue aprobada en 2013 en Estados Unidos.
El camino hacia el orgasmo
Para Mauricio Strugo, psicólogo, sexólogo y especialista en vínculos, el orgasmo
puede suceder toda la vida. “Llegamos a él, sobre todo las mujeres, a partir de conocer sus cuerpos. Esto significa que a medida que crecemos somos más conscientes de lo que necesitamos para experimentarlo”, sostiene.
En la tercera edad, por cuestiones hormonales y médicas, los orgasmos pueden ser diferentes a los de la juventud o la adultez. A veces pueden tardar un poco más en llegar, otras pueden ser pequeñas sensaciones, y otras incluso no producirse.
“Lo importante es no idealizar la situación pensando en la espectacularidad, sino más bien disfrutar del encuentro y pasarla bien. Sin centrarse tanto en resultados”, recomienda el sexólogo.
Hacia una sexualidad más abierta
A las generaciones de nuestros abuelos se les enseñó que la masturbación era algo impúdico y pecaminoso. “Hablar del tema en la tercera edad, por lo tanto, es algo difícil«, comenta Strugo. Pero, en la intimidad, quienes han podido superar estos mandatos rígidos, pueden disfrutar de ese momento «sagrado».
El especialista le adjudica numerosas bondades a esta práctica. Por ejemplo, sirve para poder contarle al otro, en el encuentro, aquellas cosas que descubrimos que nos gustan. Y también impacta positivamente en la autoestima.
Incluso trae beneficios fisiológicos, ya que en el acto de la masturbación intervienen la serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina, conocidas como las «hormonas de la felicidad».
Para mantener las funciones sexuales activas, también es clave la ayuda de estímulos externos. “La sexualidad en la madurez está siendo cada vez más abierta. Más de lo que pensamos”, celebra Ghedin.
En la consulta aparecen preguntas sobre el uso de juguetes eróticos, sobre todo vibradores, lubricantes que ayudan a la vasodilatación, y películas porno. En estas cuestiones, vinculadas al erotismo, las mujeres son las que más se animan.
Los varones, por su parte, consultan a los profesionales por el uso de fármacos, como el viagra. Un dato que demuestra que la potencia masculina sigue siendo un factor de preocupación.
Fuente: Clarín