Señales de que te estás haciendo mayor
¿Son reales las crisis de edad o un invento del ‘marketing’? ¿Qué nos indica que ya no somos tan jóvenes y nos acercamos peligrosamente a una de estas crisis?
Todos envejecemos. Todos los días. Cuando termines de leer este texto serás un poco más viejo que cuando empezaste. Y, paradójicamente, aunque esa es la mejor de las posibilidades (piensa en cuál es la única alternativa a hacerse mayor), el paso del tiempo y rebasar ciertas décadas y cifras simbólicas siempre han causado temores e inquietudes para todos nosotros. ¿Existen realmente las crisis de edad o son un invento del marketing?
«Cada década tiene sus propios hitos y mitos: a los 30 la obligación es tener pareja estable, a los 40 cierta estabilidad profesional, a los 50 hay que afrontar signos de envejecimiento físico como el aumento de peso o la calvicie…»
«Es posible que esas crisis estén más relacionadas con momentos de transición sociales que con la expresión de traumas no resueltos», explica Violeta Alcocer, neuropsicóloga clínica. «Cada década tiene sus propios hitos y mitos: a los treinta parece que la obligación es tener pareja estable y formar una familia, a los cuarenta se espera de ti cierta estabilidad profesional, a los cincuenta hay que afrontar signos evidentes de envejecimiento físico como el aumento de peso o la calvicie… Es casi inevitable que en torno a esas edades las personas se hagan determinadas preguntas sobre su proyecto de vida».
¿Hay alguna barrera en la que uno empiece a sentir el peso de la edad? Las manifestaciones físicas son obvias, pero se habla de otros momentos más emocionales, por ejemplo, ese en el que alcanzamos la edad de nuestros padres cuando nos tuvieron. «Esa barrera de las edades de tus padres existe y pesa bastante», confirma Alcocer, «tanto si eres consciente de ello como si no».
Pero, ojo, no todo son malas noticias con respecto a envejecer. En primer lugar, está la insuperable noticia de que sigues vivo. Y, en segundo lugar, «la experiencia acumulada compensa muchas de las carencias que provoca la edad: más serenidad una vez superadas la menopausia y la andropausia (al producir menos testosterona ellos y menos estrógenos ellas), mejor afrontamiento de los problemas y el estrés y el aumento de seguridad en uno mismo», remata Alcocer.
Aclarados todos estos puntos, vamos con una lista de señales de que nos hacemos mayores, de que hemos ido quemando etapas en la vida y lo que nos espera puede ofrecer tantos momentos buenos y tantos momentos malos como los que nos ha traído la más tierna juventud. Hay en ella una mezcla de datos arrojados por estudios, vivencias propias o de conocidos y humor, probablemente la única respuesta absoluta a los problemas que podamos tener tener a los cinco años, a los cuarenta o a los cien.
1. Facebook, sí. Twitter, regular. Instagram, apenas. Snapchat no tienes ni idea de qué es
La velocidad del avance tecnológico en el siglo XXI hace que ese teléfono, ese mando a distancia o esa red social que uno sabía manejar hace dos años esté obsoleta hoy. Cada vez es más fácil sentir que uno se queda atrás. La clave es intentar correr con ella. «Uno de los secretos para mantener la juventud física y mental es no dejar de aprender nunca. Es bueno preguntarse: ¿cómo funcionará esta nueva red social?», afirma Alcocer.
2. Las películas empiezan a parecerte demasiado largas.
3. Te sorprendes repitiendo cada vez más a menudo: «Qué rápido pasa el tiempo»
«El tiempo pasa rápido cuando tenemos mucha actividad y estamos mentalmente muy activos, implicados en mil historias», señala la psicóloga, «pero sin estar realmente presentes en el momento actual. Así, nos da la sensación de que el tiempo pasa volando (y lo que es peor, de que no lo aprovechamos). Convivir con niños o chavales jóvenes también puede influir en esa sensación, ya que su ritmo de maduración es más veloz que el de una persona de cuarenta o cincuenta, cuya vida y aspecto físico cambian más despacio».
4. No conoces la versión de ‘Te recuerdo, Amanda’, de Amaia, sino la original de Víctor Jara
5. Cuando tus amigos te ofrecen ir a un nuevo bar a tomar una copa y sólo preguntas si la música está demasiado alta y si hay sofás
6. El mismo banco que hasta hace poco te acribillaba a llamadas para cantarte las virtudes de su Cuenta Joven te llama ahora para hablarte de la necesidad de hacerte un seguro de deceso.
7. No sabrías definir a qué se dedican exactamente un ‘youtuber’ o un ‘influencer’, solo que ganan mucho dinero.
La neuropsicóloga clínica añade como otro factor importante para envejecer con salud «sustituir el rechazo y la intolerancia por curiosidad. Desde el punto de vista neurológico, nuestro cerebro va perdiendo el interés por aprender y por la novedad a medida que cumplimos años». Y añade: «Por eso, algunas personas se van volviendo cada vez más intransigentes y aferradas a sus viejas ideas, sin capacidad para aceptar lo nuevo». Si no comprendes el éxito del electrolatino, escucha un par de canciones y pregunta a alguien joven qué les gusta de ellas. Si no comprendes el éxito de un célebre youtuber que entusiasma a tus sobrinos, pregúntale por qué se sienten tan identificados con él.
8. Es sábado y a las nueve de la mañana ya estás despierto.
La ciencia ha estudiado a menudo la razón por la que a medida que envejecemos empezamos a dormir menos. Una de las teorías lo achaca a la pérdida de un tipo de neuronas en el grupo intermedio lateral del cerebro. Otras hablan del cristalino del ojo, que al volverse amarillento con la edad altera los estímulos que la retina recibe de luz azul. Lo único que sabemos es que a partir de cierta edad aprovechamos mucho mejor los fines de semana.
9. Las almohadas de los hoteles, es de repente un tema importante para tus viajes
10. Llegaste a la conclusión de que hay algo importante en lo que merece la pena gastar: un buen colchón
11. Hace tiempo que los futbolistas multimillonarios son más jóvenes que vos.
Neymar, de 26 años, cobra un sueldo mensual de 3.069.520 millones. Eso es 4.000 euros a la hora. 4.000 euros. A. La. Hora. ¿Qué hacías tú con 26 años?
12. Recibir medias y ropa interior cómoda como regalo ya no es una tragedia sino una alegría
13. Conoces sólo algunos pedacitos de canciones de moda entre los adolescentes
El 84 % de los jóvenes entre 16 y 24 años escuchan la música principalmente a través de sus móviles, en contra de únicamente el 30 % entre 55 y 64, según el informe Music Consumer Insight. El consumo online, con todas sus ramificaciones, hace inevitable que el oyente sea más propenso a topar con novedades, recomendaciones y explore nuevos géneros.
14. Tus cabellos han decidido abandonar tu cabeza y mudarse a otros lugares de tu cuerpo en los que nunca deberían haber estado
15. No sabrías nombrar una discoteca de moda de tu ciudad
¿Hay una edad para dejar de ir a la disco y no acabar como Sally Lippman, la nonagenaria que quemaba cada noche Nueva York y quedó para la historia como Disco Sally? Un estudio llevado a cabo entre 5.000 adultos de Inglaterra arrojó que la media para dejar de frecuentar discotecas y apostar por un nuevo tipo de ocio nocturno más relajado es 31 años. ¿Quiere decir esto que tú deberías dejar de hacerlo aunque haya rebasado esa edad? Si te hace feliz, en absoluto.
16. Cada vez escuchas menos emisoras de música pop y cada vez escuchas más otras de nostalgia donde conoces todas las canciones
Aunque el mero hecho de mencionar cadenas de radio puede alinear a nuestros lectores más jóvenes: según un estudio de LOOP publicado por Forbes, solo un 12 % de los millennials escuchan en alguna ocasión la radio tradicional. Eso no ha matado el formato, solo los hábitos de consumo: los podcasts (programas que el oyente escoge a la carta) gozan de tan buena salud que ya se habla de su edad de oro.
17. Empiezas a utilizar la excusa «al final me quedé en el sofá» muchas más veces de las que deberías
18. El orden en casa, la jardinería y el estado del tiempo son de repente algunos de tus temas de conversación favoritos
La crisis ha retrasado el momento en que los jóvenes se compran su primera vivienda y se enfrentan, por lo tanto, a cuestiones como amueblarla. Si en 2009 el grupo situado entre los 25 y 35 años eran la mayoría (casi un 66 %) que compraban casa, en 2016 la cifra bajó al 41 % para dar paso al grupo de edad situado entre 36 y 45, que está ganándole terreno.
19. Estás bebiendo menos cerveza y ahora te gusta más el vino
Es habitual que un adolescente beba lo que sus amigos, un veinteañero joven lo que está de moda según la publicidad, un veinteañero tardío lo mismo que bebe la gente a la que admira, y a partir de los treinta años, por fin, nos asentemos en una bebida alcohólica que nos gusta y nos sienta bien. El vino, más acorde a planes tranquilos que la cerveza y con cierta ceremonia añadida, empieza a ser más popular a medida que abandonamos la discoteca y abrazamos otro tipo de lugar. Según un estudio del Observatorio Español del Mercado del Vino, solo el 5,5 % de los jóvenes entre 18 y 25 años declaran consumir vino habitualmente.
20. Simulas interés por algo que ni te va ni te viene o simpatía por alguien a quien detestas.
21. No entiendes cómo hay grupos que a van a festivales nostálgicos de los años noventa están en un festival nostálgico cuando a vos te siguen pareciendo contemporáneos.
Perdona, ¿OBK en un concierto de homenaje a los noventa? ¡Si acaba de sacar disco!
22. Empiezas a estar convencido de que las llaves del coche están jugando a la escondida
23. Tu conversación empieza a estar llena de referencias que los más jóvenes no captan
«No, Twitter no, Twister. He dicho que conocí a tu madre jugando al twis-tter«.
24. Empiezas a ir al abogado mucho más que antes y no entiendes por qué
25. Te consideras con el derecho de decir lo que piensas cuando, donde y a quién te dé la gana
¿Qué tienes que perder? ¡Si ya eres mayor!
Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/02/16/icon/1518789886_121023.html