Cómo afecta la obesidad a la esperanza de vida
La obesidad es una patología cada vez más frecuente que compromete el estado de salud general, está relacionada con la aparición de otras enfermedades y podría acortar la esperanza de vida. Por este motivo, es fundamental incidir sobre la prevención.
Algunos expertos, como veremos a continuación, sostienen la idea de que la obesidad podría frenar el incremento de la esperanza de vida en los próximos años. A pesar del avance de la medicina y de la farmacología, mantener un estado poco saludable de composición corporal supone un riesgo.
La relación existente entre la obesidad y la esperanza de vida
De acuerdo con un estudio publicado en la revista BMJ, mantener hábitos saludables y un correcto estado de composición corporal se asocia con mayores probabilidades de superar patologías crónicas. Cuando la dieta es adecuada, se descansa correctamente y se realiza ejercicio físico con frecuencia, el organismo funciona de forma mucho más eficiente.
La inflamación y la oxidación se mantienen bajo control, lo que implica que existan menores errores en la replicación del ADN.
Del mismo modo, existen estudios, como el publicado en la revista The Journals of Gerolontogy, que afirman que la obesidad reduce el bienestar, así como disminuye la expectativa de vida. Cuando los niveles de grasa corporal superan los límites recomendados, el organismo se vuelve más propenso a enfermar.
Los órganos realizan de forma menos efectiva sus funciones, lo que compromete las reacciones fisiológicas que tienen lugar dentro del cuerpo humano. A partir de aquí se entra en un círculo vicioso.
De todos modos, no hace falta desarrollar obesidad para que la esperanza de vida se reduzca. Solo con padecer sobrepeso bastaría para perjudicar la función del organismo. De hecho, los grupos poblacionales más longevos suelen presentar un índice de masa corporal (IMC) de entre 22 y 24, que es lo considerado normal.
No obstante, hay que tener en cuenta que esta medida no siempre es eficaz para estimar el estado de composición corporal, ya que no tiene en cuenta la masa muscular. En colectivos deportistas es frecuente el error si nos basamos solo en ello.
Desarrollar obesidad acorta la vida
Mucha gente no es consciente de que, si se desarrolla obesidad en cualquier momento de la existencia, aunque después se solucione el problema se podría limitar la esperanza de vida. Los adipocitos que acumulan grasa pueden aumentar o reducir su tamaño, pero el número permanece casi invariable.
Esto provoca que, una vez que se multiplican por exceso de masa grasa, el número se encuentre incrementado de por vida. Dicha condición impacta de forma negativa en el metabolismo y en los mecanismos de la inflamación.
Hay que tener en cuenta que también se producen otras alteraciones fisiológicas que podrían condicionar el funcionamiento de los órganos. En ocasiones, la inflamación a nivel hepático se mantiene. También es posible que se expresen genes relacionados con enfermedades complejas a partir de una situación de obesidad, quedando latentes.
Tal y como evidencia un estudio publicado en la revista Current Opinion in Pediatrics, la influencia de la obesidad sobre los genes se produce sobre todo en las primeras etapas de la vida, dejando secuelas que condicionan el bienestar futuro. Por ello es tan importante centrarse en la prevención.
Lo que está claro es que resulta fundamental hacer especial hincapié en la promoción de hábitos de vida saludables, sobre todo en lo referente al ejercicio físico. El sedentarismo es una de las causas del sobrepeso y se relaciona con alteraciones en la función metabólica.
El creciente problema de la obesidad
Tanto el sobrepeso como la obesidad suponen un problema de salud cada vez más incidente en la población de los países desarrollados. Esto se debe a un estilo de vida poco saludable, en el que el sedentarismo le gana la batalla a la actividad física.
La industria también ha ejercicio una influencia grande en este proceso. Se invierten grandes cantidades de dinero en promocionar alimentos ultraprocesados de muy baja calidad. El consumo de estos se asocia con un mayor riesgo de desarrollar obesidad y patologías metabólicas, tal y como afirma una investigación publicada en la revista Current Obesity Reports.
Resultan preocupantes las crecientes tasas de obesidad infantil. Desarrollar este problema durante la infancia condiciona el crecimiento y la salud futura. Sin embargo, la mala alimentación en los niños ocasiona una mayor incidencia del sobrepeso.
La prevalencia de la obesidad a nivel mundial se ha duplicado en los últimos 20 años. De hecho, se calcula que más de 40 millones de niños en edad escolar cuentan con sobrepeso.
Teniendo en cuenta que esta situación ha demostrado estar muy relacionada con la aparición de problemas cardiovasculares en edades adultas, podemos afirmar que es posible que en las próximas décadas se experimente un incremento de la incidencia de los accidentes cardiovasculares.
La dieta hipocalórica como mecanismo para alargar la vida
Si bien la obesidad se relaciona con un acortamiento de la esperanza de vida, mantener una dieta hipocalórica parece generar un incremento de la misma. Este tipo de alimentación produce una reducción de los mecanismos inflamatorios y oxidativos, sobre todo a partir de los 40 años de edad.
Además, el hecho de consumir menos calorías de las que se necesitan suele llevar a cambios positivos en la composición corporal, que se acentúan si se practica ejercicio físico. De este modo, se puede conseguir un buen tono muscular y una reducción de la masa grasa.
No obstante, es importante garantizar que se cubran los requerimientos de nutrientes esenciales en el contexto de la dieta hipocalórica. Si se generan déficits de vitaminas o de minerales podrían aparecer patologías como la anemia.
Cuando se habla de dieta hipocalórica se hace referencia solo al aporte energético. Esto no quiere decir que sea necesario realizar grandes restricciones de alimentos, ya que una de las bases de la alimentación saludable es la variedad.
Según una investigación publicada en la revista International Journal of Molecular Sciences, una restricción energética bien planteada podría incidir en los mecanismos genéticos del envejecimiento, retrasando su expresión. Eso se asocia con una menor incidencia de patologías ligadas a la edad, como las de tipo neurodegenerativo.
Otros hábitos que alargan la vida
A la hora de alargar la esperanza de vida no solo es importante centrarse en la dieta. También hay que promocionar otros hábitos, como el ejercicio físico, el correcto descanso y la exposición regular a la luz solar.
La actividad física consigue mantener la eficiencia en el desarrollo de las funciones fisiológicas. Además, previene el sobrepeso y las alteraciones a nivel metabólico. A su vez, el descanso asegura el equilibrio hormonal y la reparación de los órganos y tejidos dañados durante la jornada.
Ambos factores son esenciales para asegurar una situación de homeostasis. Cuando estos dos hábitos se ponen en práctica se reduce la concentración de radicales libres en los tejidos.
Por último, hay que destacar que para incrementar la esperanza de vida es óptimo exponerse a la luz solar con cierta frecuencia. Así se consigue aumentar la síntesis de vitamina D, un nutriente con multitud de funciones.
La obesidad es un problema creciente que acorta la esperanza de vida
Según lo comentado, la obesidad reduce la esperanza de vida. Acelera el envejecimiento y el desarrollo de las patologías ligadas a la edad. Por este motivo, es especialmente importante promocionar buenos hábitos con el fin de ejercer una prevención eficiente.
Hay que tener en cuenta que, en ocasiones, la obesidad viene determinada por un componente genético o por una alteración hormonal. Detectar el problema a tiempo es clave para impedir que la patología progrese y que el estado de salud se deteriore. El diagnóstico precoz permite un tratamiento mucho más efectivo en edades tempranas.
Por último, hay que tener en cuenta que el marketing de los ultraprocesados podría influir en el riesgo de desarrollar obesidad, sobre todo durante las primeras etapas de la vida. Hay que hacer hincapié en la importancia de aprender a valorar y a interpretar los etiquetados nutricionales desde la infancia.
Fuente: https://muysalud.com/salud/afecta-obesidad-esperanza-vida/