Abuelita dime tú
La autora rescata la historia de Melina De Capri, alguna vez denominada «La Reina de los hippies» y su nieta Arya, unidas por la rebeldía y la pasión por la música
Por Carolina Santos
En octubre de 1967, la Revista Gente publicaba una nota titulada “Hippies en Buenos Aires: ¿al paredón o tolerancia?”, y se sumaba así a una larga lista de artículos publicados en diferentes diarios y revistas, que se escandalizaban por este movimiento que empezaba a hacerse visible en nuestro país, al tiempo que una nueva cultura juvenil contestataria comenzaba a convertirse en canción.
En un recuadro de la nota, se presentaba, con foto incluida, a Melina De Capri, definida allí como “La Reina de los hippies”. Sobre ella, podía leerse:
“Tiene 18 años, el pelo largo y negro, y esa voz tan particular que la convirtió en la reina de los hippies argentinos. Sus dos creaciones más exitosas son “Con su blanca palidez” y “Prueba de fuego”, ambas grabadas en un 33 simple. Es el ídolo femenino de esta nueva corriente juvenil, y artísticamente tiene sobrados méritos como para serlo”1.
Melina de Capri era Silvina Arruabarrena, una cantante extraordinaria que, en verdad no pertenecía al movimiento hippie, pero sí compartía los mismos ideales que éste enarbolaba. Efectivamente, había grabado un simple en RCA con su versión de “Con su blanca palidez”, que no era otra que la canción “A Whiter Shade Of Pale”, del grupo psicodélico-progresivo Procol Harum, un tema icónico, uno de los himnos, del “verano del amor” de 1967.
El simple de Melina de Capri, se completaba con “Prueba de fuego”, una versión en castellano de “Prova De Fogo”, tema tomado de la cantante Wanderléa, pionera del rock brasileño.
Antes de convertirse en Melina de Capri, Silvina Arruabarrena se había ido de su casa, con 15 años de edad, porque su familia no le permitía dedicarse a la música. No estaba dispuesta a aceptar las premisas de domesticidad, ni a someterse a la autoridad patriarcal; dejó el hogar, llevándose su voz infinitamente hermosa, y su libertad.
Además del simple mencionado, Melina también grabará otros simples, para el sello CBS, y actuará en muchos escenarios de la noche porteña. Pero en el año 1978 algo la hará interrumpir su carrera en nuestro país: una noche, a la salida de un show, y estando embarazada, la policía la intercepta para pedirle documentos, mientras le apuntan con un arma en su panza.
Este violento episodio la decide a emigrar a Italia, junto a su pequeña hija, Majo. Allí desarrollará una importante carrera musical, cantando con su guitarra, y su charango, y se abrazará a otro movimiento: el feminismo. Volverá a vivir en nuestro país 30 años después, e instalará en su departamento su propio estudio de grabación. Le quedaba aun por delante una nueva obra: cumplir los sueños musicales de su nieta.
En mayo de 2021, el suplemento Soy del diario Pagina 12, publicaba una nota, con foto incluida, de la cantante Arya. Allí podía leerse:“Acaba de estrenar en todas las plataformas musicales el nuevo single de la cantante y artista Arya, que entre powerbeats y ritmos diversos explora y mixtura las confluencias de los géneros R&B, Hip hop y rap”2.
Arya es Ariadna Rosso Chabaneau, la canción que venía de estrenarse lleva de título “Bajo Amenaza”, y es la nieta de Melina de Capri.
Y hace música porque su abuela le transmitió ese amor; los recuerdos de su niñez incluyen siempre a su abuela sosteniéndole un micrófono para que cante, sus manos mostrándole cómo tocar guitarra, y charango; su abuela frente a la computadora de su estudio de grabación armando bases rítmicas para que Ariadna improvise sobre ellas. Uno de esos recuerdos quedó registrado: en unas vacaciones en Uruguay junto a su abuela, ella escribió un tema para que cante su pequeña nieta, llevó su micrófono, sus auriculares, su computadora, y grabaron en una habitación, un tema que hoy puede escucharse YouTube, llamado “Verde esperanza”.
Melina De Capri y su nieta Arya.
Ariadna tiene ahora 22 años, y una carrera musical que ya empezó oficialmente, con el lanzamiento en todas las plataformas musicales de su tema “Bajo Amenaza”. Su abuela no llegó a escuchar su canción. Tampoco llegó a ver a su nieta abrazada a otras chicas en cada una de las marchas del Ni una Menos, o festejar en la plaza que había salido la ley de interrupción voluntaria del embarazo.
Silvina Arruabarrena había partido de este mundo para siempre en 2015, pero claro que antes de partir, le dejó a su nieta quizás la mejor herencia que pueda dejarse: un punto de vista sobre el mundo.
En este caso, lo fue la música, el feminismo. Dicho de otro modo: el amor.
* Carolina Santos es coautora del libro «Historia de las mujeres que hicieron el rock argentino» . Este artículo contó con la colaboración de Silvia Arcidiácono y Víctor Tapia, coautores del mismo libro, de pronta edición.
Fuente: Télam