A 10 años del fin de ETA

El 20 de octubre de 2011 la organización vasca anunció que no volvería a asesinar. Así sienten y piensan los españoles hoy.

«¿Sabes lo que es eso de salir de casa sabiendo que nadie te va a matar?». La pregunta, que no espera respuesta, sale de la boca de Consuelo Ordóñez, presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) y hermana de Gregorio Ordóñez, el diputado del Parlamento Vasco y teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián que fue asesinado por la banda terrorista ETA en 1995.

Consuelo Ordóñez resume así lo que España siente desde el 20 de octubre de 2011, hace justo una década, cuando, en un comunicado escrito y a través de un video de tres encapuchados, la organización vasca anunció que no volvería a asesinar.

“Fue el día más emocionante de mi vida. Terminaba para siempre el tiro en la nuca. Todos los días recuerdo a las víctimas. Debemos valorar más la paz y unirnos como país en el reconocimiento a ellas”, dice hoy el ex presidente José Luis Zapatero, jefe del Gobierno de España en 2011, cuando ETA comunicó públicamente el adiós a su violencia terrorista, casi siete años antes de declarar su disolución definitiva, en mayo de 2018.Play VideoTerrorismo. Hace 10 años ETA dejaba las armas y terminaba una época dolorosa de la historia española

Diez años de la renuncia de ETA a la lucha armada, en imágenes

ETA, iniciales de Euskadi Ta Askatasuna (Euskadi en libertad), no iba a poner más bombas ni a pegar más tiros. Ya lo había hecho, sin embargo, durante 52 años.

Una década después del fin de la violencia, el legado de ETA consiste en un inventario cruel de más de tres mil atentados: 853 asesinatos, 2.000 heridos, 84 secuestros y más de 300 crímenes que nunca se resolvieron.

Quedan 184 etarras presos y unos veinte integrantes de la banda fugados de la Justicia española.

El gobierno de coalición PSOE-Podemos que lidera Pedro Sánchez acercó ya a 73 de los etarras presos a cárceles dentro del País Vasco y transfirió la competencia de los penales al gobierno autonómico de Euskadi.

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Otegi y las víctimas

Para conmemorar la década sin terrorismo, Arnaldo Otegi, el independentista vasco que trató de reconstruir el ilegalizado Batasuna siguiendo directivas de ETA y hoy lidera el partido político abertzale (patriótico) EH Bildu, se refirió a las víctimas: “Sentimos su dolor y desde ese sentimiento sincero afirmamos que el mismo nunca debió haberse producido”, dijo Otegi que, hace diez años, estaba en la cárcel.

“Queremos trasladarles nuestro pesar y dolor por el sufrimiento padecido -sostuvo-. Pero estamos convencidos de que es posible al menos aliviarlo desde el respeto, la consideración y la memoria», dijo.

Y siguió: «Queremos decirles de corazón que sentimos enormemente su sufrimiento y nos comprometemos a tratar de mitigarlo en la medida de nuestras posibilidades. Siempre nos encontrarán dispuestos a ello”.

Atentado de ETA contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Vic (Barcelona) que causó nueve muertos, cuatro de ellos niñas, el 29 de mayo de 1991. Foto: EFE

Maixabel Lasa, viuda de Juan María Jáuregui, gobernador civil socialista asesinado por ETA en 2000, considera que “con esto no termina todo. Esto no es el final, porque seguramente dentro de la izquierda abertzale, como en todos los partidos y colectivos, habrá personas que no estén de acuerdo con las palabras de Otegi, pero es un paso importante”.

Lasa, quien dirigió la Oficina de Víctimas del Gobierno vasco entre 2001 y 2012 remarca: “Siempre digo que para terminar una maratón hay que ir paso a paso”.

Una película: Maixabel

“Era esto lo que les estábamos pidiendo, ¿no? Pues ya está”, dice la mujer cuyo nombre -Maixabel- da título a la película que está en cartelera en España y que recrea un conmovedor episodio de su vida: cuando accedió a reunirse con los etarras que asesinaron a su marido.

Maixabel Lasa, viuda del exgobernador de Guipúzcoa Juan María Jáuregui, y la actriz Blanca Portillo (der) tras la proyección de la película "Maixabel". Foto: EFE

Maixabel Lasa, viuda del exgobernador de Guipúzcoa Juan María Jáuregui, y la actriz Blanca Portillo (der) tras la proyección de la película «Maixabel». Foto: EFE

«Lo de Otegi es una broma macabra diciendo que tratará de mitigar el dolor de las víctimas, quien no conjuga la palabra condena y justifica a ETA. No la condenará nunca por haber sido miembro de ETA. Se ríe de las víctimas», opina el presidente del Partido Popular en el País Vasco, Carlos Iturgaiz.

«No me parece relevante que se pida perdón y tampoco basta con que se limite a constatar el daño causado», dijo a Clarín antes de las palabras de Otegi el filósofo vasco Daniel Innerarity, director del Instituto de Gobernanza Democrática, Globernance, y catedrático de Filosofía Política.

“Lo que se le pide a ETA es algo que está entre esos dos extremos. Es necesario que lo haga rechazando su actuación anterior. El terrorismo no fue un fenómeno meteorológico que causara daños sino una acción intencional de sujetos que se equivocaron, política y moralmente”, agregó el filósofo.

Euskadi, hoy

Para buena parte de la sociedad vasca, Euskadi sigue siendo hoy la patria del silencio y un terreno resbaladizo en el que el olvido y la memoria se baten a duelo.

En Hernani, el pueblo de 20 mil habitantes a diez minutos en auto de San Sebastián que el escritor vasco Fernando Aramburu eligió como escenografía para su novela Patria, Clarín comprobó que (casi) nadie leyó el libro -que fue Premio Nacional de Narrativa 2017 en España y vendió más de un millón de copias- en el que se narra, y desgarra, el drama de dos familias atravesadas, de un modo antagónico, por la lanza de ETA.

Poster en la localidad de Hernani donde se habría ambientado novela Patria, de Fernando Aramburu. Foto Cezaro Luca.

Poster en la localidad de Hernani donde se habría ambientado novela Patria, de Fernando Aramburu. Foto Cezaro Luca.

“Hay en la sociedad vasca, muy mayoritariamente nacionalista, un proceso que podríamos denominar de secularización de la idea nacional, en virtud del cual la identidad nacional (vasca, española o ambas) se vive de una manera menos enfática o épica, salvo en sus versiones más extremadas”, dijo a Clarín Innerarity cuando España comenzó a experimentar una creciente producción cultural sobre la cuestión vasca.

Documentales, películas y libros

Documentales, películas -como Maixabel-, libros y hasta la reciente puesta en escena de una versión de Voces desde la oscuridad, de Ariel Dorfman, protagonizada por estudiantes universitarios a los que se sumaron la víctima de ETA Irene Villa y el cineasta Jon Viar, hijo de un etarra arrepentido.

“El 20 de octubre de 2011 lo cambia todo. Para mí fue un día feliz, de emociones. Puedo dividir mi vida a partir de ese día”, dice Eduardo Madina, ex diputado del PSOE que sobrevivió a un atentado de ETA en 2002.

Madina tenía, por entonces, 25 años y era secretario de Política Institucional de las Juventudes Socialistas de Euskadi. El medio kilo de dinamita que un comando de ETA colocó debajo de su Seat Ibiza gris oscuro estalló cuando le faltaban dos cuadras para llegar a su trabajo. Madina, que se retiró de la política en 2017, perdió su pierna izquierda en el atentado.

“No pude evitar sentir una enorme felicidad de una vida que para mí se abría, que me tenía que configurar, redefinir. Cómo imaginar un país sin ETA, algo que había determinado el paisaje de mi vida, de mi infancia, de mi juventud y que se iba ese día”, dice durante la presentación de Todos los futuros perdidos. Conversaciones sobre el final de ETA, el libro que enhebró con otra víctima del terrorismo vasco, Borja Sémper, ex presidente del PP de Gipuzkoa.

Cartel indicador rutero en el que está tachado nombre castellano de San Sebastián y permanece su equivalente original Donostia. Foto: Cezaro Luca.

Cartel indicador rutero en el que está tachado nombre castellano de San Sebastián y permanece su equivalente original Donostia. Foto: Cezaro Luca.

“Vivíamos en una sociedad en la que ser vasco se definía de una única manera. Los vascos auténticos y puros debían responder a una serie de requisitos y condiciones para ser catalogados como tal”, dice Sémper, quien vivió su juventud con custodia porque figuraba en las listas de ETA como un posible blanco.

“Quienes no teníamos la suerte de ser nacionalistas no éramos vascos puros. Y esa impureza pasaba factura en la vida cotidiana, en las relaciones sociales”, agrega el co-autor de Todos los futuros perdidos.

“El problema no es ETA, que ya no existe desde hace diez años. No es un problema de rencor ni de recordar a ETA ni al terrorismo ni a los que apoyaron al terrorismo. El problema es que se utiliza muchas veces como argumento político”, opinaba Gorka Landaburu, presidente y director del digital de actualidad Cambio16 y víctima de la banda terrorista, en una charla que mantuvo con Clarín hace unos meses.

En 2001 Landaburu recibió una carta bomba que lo mutiló, lo dejó ciego de uno ojo y perdió parte de la audición. Foto: EFE

En 2001 Landaburu recibió una carta bomba que lo mutiló, lo dejó ciego de uno ojo y perdió parte de la audición. Foto: EFE

En 2001 Landaburu recibió una carta bomba que lo mutiló, lo dejó ciego de uno ojo y perdió parte de la audición.  “Se usa el tema ETA como un comodín, y siempre lo hacen los conservadores cuando se está avanzando hacia esa convivencia, hacia la cicatrización de las propias heridas y eso es lo que nos molesta a muchas víctimas”, dijo Landaburu.

“Hubo prácticamente un asesinato cada tres días. De todos los nudos que me quedan de aquella historia tan compleja, creo que los he desanudado todos. Hay uno que no: el de la indiferencia -confiesa el sobreviviente Madina-. No soy capaz de entender de qué material se compone la indiferencia.”

Cuando en 2020 la novela Patria de Aramburu se convirtió en serie de HBO, los pocos afiches que la promocionaban en las paradas de colectivo de San Sebastián lanzaban interrogantes incómodos: “Muchos callamos. ¿Qué podíamos hacer?” A diez años del fin de ETA, no son pocos los vascos que, lejos de la ficción, se siguen preguntando: «¿Cómo fue posible? ¿Cómo lo toleramos?»

Fuente: https://www.clarin.com/mundo/anos-final-eta-dia-espana-termino-tiro-nuca-_0_2Isf9oegJ.html