Síntesis Política
Fue una semana plagada de temas económicos, poca política.
Coletazos de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, conversaciones con el Club de Paris, Precios que suben y el gobierno obliga a bajar, controles estrictos para mantener el valor estable de los alimentos y, algunas otras cuestiones.
De lo que no se habla, al menos públicamente, es de la falta total de relación entre el presidente y la vicepresidenta.
Los medios no formalizan el divorcio, la parejita, menos. Pero, según cuentan en la intimidad, los papeles ya están avanzados y la separación es un hecho. Una cuestión de días.
Están enojados y, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, terminó de sellar el divorcio entre el presidente, Alberto Fernández, y su vice, Cristina Fernández de Kirchner.
Se espera en estos días una carta de la vicepresidenta con duras críticas hacia el acuerdo con el organismo internacional.
Esta vez, se especula, para oficializar un quiebre definitivo que cerca del presidente ya dan por hecho, como preanuncio de nuevas tormentas en el oficialismo.
Allegados al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, sostuvieron que “el funcionario está lejos de la posibilidad de ejercer un rol de mediador entre el presidente y la vice. “Ser intermediario no es hoy una opción que esté tomando. La relación es de ellos.
Pero tenemos bien en claro que somos cristinistas y nuestra conducción es Cristina.
Somos el primer gobierno kirchnerista de la provincia de Buenos Aires. Siempre estamos bajo ese paraguas, el del kirchnerismo duro, pero, por responsabilidad institucional, la relación con el gobierno nacional se va a mantener”.
«Si el diálogo no funciona, no me va a temblar el pulso. Tengo que defender el ingresos de los argentinos», indicó.
Llegó el aniversario número 46 del último y más duro golpe militar producido en la Argentina.
El primer mandatario dijo que el 24 de marzo de 1976 la Argentina “comenzó a vivir una tragedia con un nivel de crueldad inimaginable” con un régimen militar que actuó “con impudicia”.
La última dictadura cívico militar “fue impiadosa con los opositores porque le temieron al pensamiento que conducía a construir una sociedad más justa”, añadió.
Fernández aseguró que le “da vergüenza el negacionismo” que expresan algunos sobre los crímenes cometidos por la última dictadura cívico-militar.
Finalmente aseguró que en el campo popular “no hay diferencias” a la hora de condenar el terrorismo de Estado.
Pasando a la economía, el ministro del área, Martín Guzmán, destacó que el acuerdo alcanzado con el Club de París “permite seguir mejorando la sostenibilidad de la deuda externa”.
También remarcó que “contribuye a apuntalar la recuperación de la producción y el empleo”.
Mientras, el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, explicó: «El gran desafío es controlar la inflación.
Sabemos que hay un proceso inflacionario muy complejo a nivel global. Vemos países avanzados que no tenían inflación y hoy están en 7%, 8% o aún más.
En una economía como la argentina, debilitada y con una deuda importante, esto impacta mucho más», señaló el funcionario quien ahora comprende que todos los problemas no solo se solucionan por despertarse cotidianamente a las 6 de la mañana.
“Al que madruga Dios lo ayuda”, dice un dicho popular, mientras que hay otro que lo contradice: “No por mucho madrugar se amanece más temprano.
Las mediciones del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) correspondientes a febrero arrojaron un incremento de casi 9 por ciento en los productos alimenticios y una suba del 4,7 por ciento en el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Ante este contexto, el presidente de la Nación deploró las conductas especulativas de algunos formadores de precios y de forma contundente advirtió que, “si el diálogo no funciona», no le va a «temblar el pulso» para «defender los ingresos de los argentinos».
«Creo que hay que atender cada una las causas que tiene el problema. Estamos haciendo un esfuerzo y trabajando en toda la cadena de valor. Queremos buscar un punto de acuerdo con los empresarios»
“La inflación es un fenómeno histórico en la Argentina, casi una maldición con la que muchos y muchas hemos crecido. Ha sido un callejón recurrente del que pareciera ser imposible salir.
Con la idea de “hacerse de dólares” el gobierno dispuso el aumento a las retenciones para la harina y el aceite de soja, que pasaron del 31 al 33, y la creación de un Fondo de Estabilización del Trigo.
Fernández pidió además a los formadores de precios que, en las discusiones sobre las subas de los alimentos, «cada uno asuma las responsabilidades que tiene».
«Algunos suben los precios por las dudas. Esto es una batalla que tenemos que dar entre todos. Me cuestionan los modos porque no lo digo a los gritos, pero hago lo que hay que hacer», remarcó el jefe de Estado, en lo que pareció ser un mensaje a su ex amiga Cristina Kirchner.
Entre tanto, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, señaló que “el presidente le indicó a los ministros de ser implacables con los que buscan especular y sacar renta extraordinaria en este momento”.
“La codicia o la especulación en cualquier época y tiempo es algo inaceptable pero en un momento de guerra internacional y de crisis económica para la Argentina casi se diría que es un acto criminal”, subrayó.